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SEGURO PARA ACOMPAÑAMIENTO A NIÑOS ENFERMOS


El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley, iniciado en mensaje de Su Excelencia la Presidenta de la República, en primer trámite constitucional, que crea un seguro para el acompañamiento de niños y niñas que padezcan las enfermedades que indica, modificando el Código del Trabajo para estos efectos, con segundo informe de la Comisión de Trabajo y Previsión Social e informe de la Comisión de Hacienda, y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.281-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite: sesión 24ª, en 20 de junio de 2017 (se da cuenta).
Informes de Comisión:
Trabajo y Previsión Social: sesión 37ª, en 8 de agosto de 2017.
Trabajo y Previsión Social (segundo): sesión 49ª, en 3 de octubre de 2017.
Hacienda: sesión 49ª, en 3 de octubre de 2017.
Discusión:
Sesión 38ª, en 9 de agosto de 2017 (se aprueba en general).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Comisión de Trabajo deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que los artículos 1, 2, 4, 9, 12, 16, 17, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 36, 37, 39, 40, 41, 42 y 44 (contenidos en el artículo primero del proyecto); el artículo segundo permanente y los artículos primero, tercero, cuarto, quinto, sexto, octavo, noveno y décimo, transitorios, no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones.
Estas disposiciones deben darse por aprobadas, salvo que alguna señora Senadora o algún señor Senador, contando con acuerdo unánime de los presentes, solicite su discusión y votación.
Hay que tener en cuenta que en su momento deberá dejarse constancia del quorum respecto de los artículos 1, 2, 4, 9, 12, 16, 17, 19, 20, 22 a 29, 30 y 40, contenidos en el artículo primero permanente, y de los artículos tercero, sexto, octavo y décimo, transitorios, por tratarse de normas de quorum calificado que requieren 19 votos favorables para su aprobación.
Asimismo, con la misma cantidad de votos afirmativos deben aprobarse en particular los artículos 3, 5, 6 y 13, contenidos en el artículo primero permanente, que no fueron objeto de modificaciones en el segundo informe.
La Comisión de Trabajo y Previsión Social efectuó diversas enmiendas al texto aprobado en general, todas las cuales fueron aprobadas por unanimidad.
Por su parte, la Comisión de Hacienda se pronunció acerca de las normas de su competencia, y solo introdujo una enmienda de concordancia al texto despachado por la de Trabajo y Previsión Social en su segundo informe. Dicha modificación recayó sobre el artículo 14 contenido en el artículo primero del proyecto.
Cabe recordar que las enmiendas unánimes deben ser votadas sin debate, salvo que alguna señora Senadora o algún señor Senador manifieste su intención de impugnar la proposición de la Comisión respecto de alguna de ellas o existan indicaciones renovadas.
De las enmiendas unánimes, las recaídas en los artículos 7, 8, 10, 11, 14, 15, 18 y 21, contenidas en el artículo 1º permanente, y en los artículos segundo y séptimo transitorios requieren para su aprobación 19 votos favorables por incidir en normas de quorum calificado.
Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado que transcribe el proyecto aprobado en general, las enmiendas realizadas por la Comisión de Trabajo y Previsión Social, la modificación de concordancia introducida por la Comisión de Hacienda y el texto como quedaría de aprobarse tales modificaciones.
Nada más, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Antes de poner en discusión el proyecto, solicito la autorización de la Sala para el ingreso al Hemiciclo del Subsecretario de Salud Pública, señor Jaime Burrows, quien ha llevado adelante este tema.
El señor PROKURICA.- Por supuesto.
El señor LARRAÍN.- Conforme.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Muy bien.
Acordado.
En la discusión particular del proyecto, tiene la palabra la Senadora señora Goic.

La señora GOIC.- Señor Presidente, como titular de la Comisión de Trabajo y Previsión Social me corresponde informar esta iniciativa que nos ha tocado analizar y que además hemos tramitado con la mayor celeridad posible, entendiendo que es el fruto de un trabajo que han encabezado durante muchos años sobre todo las mamás y los papás de niños y niñas con cáncer.
Están presentes en las tribunas las denominadas "oncomamás", y quiero representar en ellas el esfuerzo, el trabajo de numerosas mujeres que han vivido la experiencia difícil de tener un hijo con cáncer -algunos han salido exitosos de sus tratamientos, otros no-, pues han sido capaces de transformar ese dolor en algo que no solo debemos celebrar hoy día, sino que además es muy esperanzador para otros padres y madres que viven esta situación.
Nosotros en la tramitación del proyecto introdujimos cambios que tienden a mejorar el texto que se había presentado.
Y quiero referirme brevemente a los principales.
El primero tiene que ver con una de las contingencias del desahucio o estado terminal que se plantea dentro de la cobertura. Cabe recordar que en la licencia que se contempla en caso del cáncer que lleva a un estado terminal y también en el de accidentes graves que puedan derivar en secuelas funcionales importantes o llevar lamentablemente a la muerte, utilizamos un término que nos pareció más adecuado: "Fase o estado terminal de la vida". De ese modo, especificamos el rol de los Comités de Ética Médica, que en este caso no son vinculantes para otorgar la licencia respectiva, de manera que pueden seguir cumpliendo la función que desarrollan actualmente.
La segunda modificación que nos habían pedido realizar las futuras beneficiarias de este permiso dice relación con la posibilidad de que el padre o la madre traspasen parte de los días. Cabe recordar que son 90 días para el papá y 90 para la mamá, lo cual va en la lógica de la corresponsabilidad y de reconocer el derecho de cada uno de los padres.
En este caso, si bien los integrantes de la Comisión compartimos la importancia de la corresponsabilidad, entendemos que también hemos de facilitar los aspectos prácticos, lo cual debe quedar en la decisión de cada una de las familias.
Nosotros habíamos planteado la posibilidad de traspasar completos los 90 días. Al momento de la discusión se determinó que solo fuera la mitad. Finalmente, dado que esta materia es resorte del Ejecutivo, el Gobierno respaldó el traspaso de un tercio del período máximo de permiso. O sea, la mamá puede traspasar al papá -o viceversa- hasta treinta días (un mes) de su permiso.
Con esto creemos que avanzamos.
Probablemente, en lo que resta de la discusión del proyecto quizás podamos revisar el porcentaje, pero pensamos que esto es una mejora en comparación a lo que se había planteado inicialmente.
Asimismo, acordamos que no debe existir una tasa de reemplazo decreciente. La cobertura llegaba al 80 por ciento para algunas contingencias, pero se mantiene el 100 por ciento, entendiendo que no hay incentivo para burlar el sistema y se trata de un diagnóstico claro.
También avanzamos en adelantar la entrada en vigencia para algunas contingencias. Se acordó que a partir del 1 de abril de 2018 regirá para el trasplante de órgano sólido y, a contar del 1 de diciembre de 2018, para el estado terminal de la vida.
Con esto adelantamos la cobertura para casos que no son tan extendidos, como el de accidentes graves, donde sí se mantiene la vigencia a partir del 1 de diciembre de 2020 con el objeto de que se contemple un fondo suficiente para respaldar el pago de las licencias.
Por otro lado, se establece un primer estudio actuarial de evaluación de la sustentabilidad del Fondo para el 2021, a fin de permitir hacer las mejoras necesarias.
Quiero finalizar señalando que todavía hay dos aspectos que restan por revisar.
Uno de ellos dice relación con que las funcionarias y los funcionarios públicos no están sujetos a tope imponible en el pago de las licencias. Nosotros esperamos -y así lo planteamos en la Comisión- que eso sea revisado durante la tramitación del proyecto en la Cámara de Diputados (no quisimos dilatar más la discusión), y que efectivamente se reconozca el pago íntegro, así como tuvimos que corregir en su momento lo realizado respecto al posnatal de seis meses.
Por otro lado, hay que corregir lo relativo a los trasplantes de médula, pues estos no son catalogados como trasplantes, al no tratarse de órganos sólidos, ni tampoco como cánceres. Se trata de pocos casos, y me parece que también deben quedar incorporados.
Por último, es necesario avanzar en la pronta tramitación de este proyecto para pagar los beneficios -esperamos- durante este año.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Solicito la anuencia de la Sala para el ingreso de los asesores del Ministerio de Hacienda señor Roberto Godoy y señora Francisca Pérez.
--Se autoriza.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, primero que nada, valoro el hecho de que en la Sala estemos debatiendo y aprobando -espero que por unanimidad- el proyecto que crea un seguro de acompañamiento de niños y niñas que padezcan las enfermedades que se indican, y que modifica el Código del Trabajo para estos efectos, también conocido como "proyecto SANNA".
Como bien dijo la Presidenta de la Comisión, la iniciativa tiene como antecedente la ley N° 21.010, que se publicó en abril del presente año, que extendió la cotización extraordinaria para el seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y creó un fondo destinado al financiamiento del seguro para el acompañamiento de niñas y niños.
El artículo 4 de esa ley dispuso la obligación para el Presidente de la República de enviar, dentro de los sesenta días siguientes a su publicación, un proyecto que regule el fondo, la entidad administradora, los requisitos de acceso, los beneficiarios, la extensión del permiso, las prestaciones que se otorgarán con cargo a él y los demás elementos necesarios para su funcionamiento.
Por lo tanto, el objetivo de esta iniciativa es, precisamente, permitir al padre trabajador o madre trabajadora del sector público y privado o que sean independientes, prestar acompañamiento o cuidado personal a sus hijas o hijos menores de edad afectados por una condición grave o irrecuperable de salud. En algunos casos puede ser cáncer, trasplante de órgano sólido, estado terminal o accidente grave con riesgo de muerte o de secuelas.
Asimismo, se crea un seguro obligatorio que entregará un subsidio que reemplazará la remuneración mensual del trabajador o trabajadora que deba ausentarse justificadamente y de manera transitoria, y sujeto a una licencia médica para acompañar y cuidar a sus hijos o hijas.
El diseño del proyecto considera la implementación progresiva de la inclusión de las contingencias hasta la aplicación en régimen de la ley el año 2020, como lo señaló la Presidenta del órgano técnico. De esta forma, en una etapa inicial solo estarán cubiertos los casos de cáncer y trasplante.
Por otra parte, se establece la obligación de la Dirección de Presupuestos y de la Superintendencia de Seguridad Social de realizar estudios actuariales cada cinco años para evaluar, justamente, dicho comportamiento y la sustentabilidad del fondo. Es decir, para determinar si se cubren las contingencias y si el monto de la cotización resulta suficiente, y así poder efectuar las enmiendas necesarias.
Adicionalmente, se contempla que si el fondo disminuye, también lo hagan, de manera proporcional, las licencias médicas que se otorguen.
El proyecto de ley es claro al señalar que quien tiene derecho al pago del subsidio es el trabajador o trabajadora que haga uso del permiso que corresponda, según la contingencia. Entonces, la remuneración neta del usuario será la que determine el pago, y no la renta del padre o la madre que traspase sus días.
Como bien señaló la Presidenta de la Comisión, la situación de los trabajadores o trabajadoras del sector público es distinta en otros casos.
Cabe precisar que este proyecto de ley habla de cáncer como contingencia, pero hay que consultar si se refiere a cualquier tipo de cáncer o solo a algunos. ¿Cómo se entiende la definición de "estado terminal"? Es muy importante determinarla con la debida precisión para los efectos de esta iniciativa, porque así los favorecidos sabrán en qué casos les corresponde acogerse al beneficio.
Por lo general, estamos absolutamente de acuerdo en que la iniciativa que estamos analizando es muy buena, toda vez que busca el bienestar del núcleo familiar. Es decir, permitir a los padres o madres que deban cuidar a sus hijos o hijas, que se ausenten de sus puestos de trabajo para acompañarlos cuando ellos padezcan enfermedades graves, determinadas en la propia ley, y entregarles un subsidio que reemplace la remuneración mensual del padre trabajador o madre trabajadora.
Me parece de toda lógica que el Estado aporte con esa ayuda, ya que no hay nada más importante para los padres que la salud de sus hijos, el acompañamiento mismo en su recuperación, el amor, el cariño que se les entregue en un momento tan difícil, al padecer una enfermedad que podría ser de carácter terminal.
Por eso, señor Presidente, felicito el avance que ha tenido el proyecto. Ojalá que sea ley lo antes posible, porque hay muchas familias esperando la posibilidad de acompañar a sus hijos en esta situación.
He dicho.

El señor GIRARDI (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para abrir la votación?
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Sugiero que se haga una sola votación, en razón de que hay normas que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones en la Comisión, entre las cuales existen disposiciones de quorum especial, y, además, considerando que todas las enmiendas introducidas fueron aprobadas por unanimidad.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- ¿Están de acuerdo, señores Senadores?
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Harboe.


El señor HARBOE.- Señor Presidente, no me voy a referir a los aspectos técnicos del proyecto, sino que solo voy a felicitar a las mamás y los papás que han dado una lucha permanente por poner este tema en discusión.
Una sociedad que acompaña a quien está sufriendo es una mejor sociedad. Si ella tiene la capacidad de dar cobertura económica al padre o la madre, que ya está sufriendo por la enfermedad de un hijo o hija, es una sociedad más solidaria.
La familia que se ve afectada por una enfermedad grave de un hijo o hija es una familia devastada, muchas veces con complicaciones familiares, emocionales, de vínculo, pero también económicas. No poder acompañar a un hijo o hija en un tratamiento de quimioterapia o radioterapia; no poder estar a su lado durante el tratamiento de una enfermedad grave por miedo a perder el trabajo, no es lo adecuado.
Por eso felicito al Gobierno por haber dado la urgencia necesaria y debida para sacar adelante este proyecto.
Felicito a todos los Diputados y Diputadas, Senadores y Senadoras que participamos activamente en la gestación de esta iniciativa.
Felicito a los equipos asesores de los Ministerios del Trabajo y Previsión Social y de Hacienda que permitieron darle forma a una necesidad, cual era dar cobertura económica a lo propuesto en el proyecto.
Agradezco a quienes, en su oportunidad, el año 2010 o 2011 -ya no recuerdo con exactitud-, junto con la Diputada...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Ruego mantener silencio en las tribunas. Hago presente al público que no se permite su intervención. Yo sé que este tema es muy sensible, pero les agradecería respetar el Reglamento para poder avanzar.
El señor HARBOE.- Tiene toda la razón quien me recuerda que en 2010 o 2011 recibimos la visita de Álvaro Acuña, un joven padre que me expuso su problema. Yo era Diputado por Santiago y él pertenecía a otra Región del país, y me contó su historia, la situación dramática que estaba viviendo. Y así como él, hubo otras personas -entre ellas Carol Alvo- que participaron anónimamente y cuyos nombres desconozco, quienes hicieron posible que esta lucha se mantuviera en el tiempo.
Si hoy día llegamos como sociedad, como Estado a financiar y a aprobar un proyecto como este, es porque nos damos cuenta de la real necesidad de que nuestro país tenga un mayor nivel de cobertura, de apoyo a las familias que sufren esta lamentable situación.
Reitero mis agradecimientos a todas las organizaciones, a unas y a otras; a los padres y madres que anónimamente participaron de esto y a todos los equipos que hicieron posible la discusión de este proyecto.
Pienso que a partir de su aprobación la sociedad va a ser un poquito más justa, más solidaria, al darles protección laboral a las mamás y a los papás que ya están sufriendo por las enfermedades de sus hijos y que no pueden acompañarlos o acompañarlas por miedo a perder su trabajo.
Me habría encantado que no hubiese sido necesaria una ley como la que estamos aprobando y que los empleadores hubiesen dado el permiso cuando se les requería. Pero, lamentablemente, en una economía como esta no siempre es posible lograr eso de parte de ellos.
Ahora por ley va a ser un derecho. Más allá del gobierno de turno, de este, del que venga y del que siga, este será un derecho aprobado por ley, para que nunca más una mamá, un papá o un tutor, por miedo a perder su trabajo, deba dejar solo o sola al niño o a la niña a su cargo y que padece una enfermedad grave.
Por eso, me sumo muy feliz y muy contento a aprobar este proyecto. Y felicito a todos quienes han participado en él.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, primero quiero felicitar la persistencia de las familias cuyos hijos menores de 18 años sufren o padecen una enfermedad grave.
Y también deseo reconocer el esfuerzo que hubo por parte de un grupo transversal de parlamentarios.
En tal sentido, destaco al Senador Bianchi, al Senador Harboe, a la Senadora Carolina Goic, a la ex Senadora Ximena Rincón. También reconozco a la Diputada Karla Rubilar y al Diputado Tucapel Jiménez, con quienes presentamos una iniciativa en la Cámara de Diputados en aquel entonces.
Este ha sido un esfuerzo consistente de muchos parlamentarios que hemos estado respaldando este sueño de los padres. Y valoro su lucha y persistencia. Obviamente, aspiramos a que este derecho se extienda también a muchas otras patologías. Eso es parte del camino que debemos enfrentar.
Hoy día se ha consolidado la posibilidad de que las familias tengan un derecho.
Es muy relevante para la recuperación de los hijos contar con la presencia del padre o de la madre durante los procesos de quimioterapia, radioterapia o también en aquellos casos en que sufren accidentes graves.
El desafío de este Congreso, como ya se abrió la puerta, es entender claramente que hay que dar el paso siguiente para extender este derecho a otras patologías graves.
Hay que reconocer además el esfuerzo consistente tanto de las asociaciones que han participado como de los parlamentarios que estamos presentes y que hemos impulsado esto con mucha fuerza. Hubo un proyecto inicial del Senador Bianchi; luego, la iniciativa que presentamos en la Cámara de Diputados con Karla Rubilar y con Tucapel Jiménez; la Senadora Carolina Goic también ha puesto mucha fuerza, al igual que el Senador Harboe y tantos otros.
Ciertamente, acá se responde a la necesidad de enfrentar una situación compleja.
Ximena Rincón, siendo Senadora y después como Ministra del Trabajo interlocutando con el Ministerio de Hacienda, trató de sacar rápido la normativa en estudio. Y se logró esta fórmula de financiamiento a través de este ajuste.
Agradezco a la actual Ministra del Trabajo y al Subsecretario de Salud Pública, que están presentes en la Sala, quienes empujaron con tanta energía este proyecto.
Por eso, señalo con mucha fuerza que hoy día hemos dado un primer paso en dignidad y en acompañamiento. Pero ese primer paso requiere efectivamente también extender el derecho a otras patologías.
Asimismo, deseo reconocer el esfuerzo que ha hecho finalmente el Ministerio de Hacienda, que era un escollo para que esta iniciativa saliera adelante. Hubo presión de la opinión pública, de los parlamentarios, de la propia Ministra del Trabajo, del Subsecretario de Salud Pública y de la Ministra de Salud ante Hacienda -es bueno transparentarlo- para que finalmente esta iniciativa viera la luz del día. ¡Así que estamos contentos!
Ustedes bien saben que esto se va a financiar con recursos que estaban ad portas de perderse si no había una aprobación rápida. Se hizo el ajuste pertinente y se aprobó el primer proyecto; y luego había que pasar a esta nueva iniciativa para regular ese derecho. Estamos culminando dicho proceso. Esto es un paso decisivo para avanzar en dignidad en la atención de los menores de 18 años que sufren enfermedades o accidentes graves.
¡Este es un primer paso!
Por último, quiero agradecer a la Presidenta Bachelet, porque también corresponde hacerlo, ya que muchas veces se la critica. Sin embargo, hay que señalar que tuvo el empuje para avanzar en esta dirección.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar a las oncomamás que nos acompañan en las tribunas. Gracias a su organización fue posible poner en la agenda política, en la agenda legislativa la situación que viven miles de familias en nuestro país. Deseo saludarlas y felicitar que la sociedad civil organizada pueda conseguir estos grandes momentos y triunfos que hoy día estamos dando a conocer en nuestro Parlamento.
Este proyecto de ley viene a fortalecer lo que se ha buscado durante tanto tiempo por los Gobiernos de la Presidenta Bachelet: reforzar el sistema de protección social. Y respecto de esas políticas hemos conseguido ponernos de acuerdo distintos sectores que tenemos representación en el Parlamento. Lograr fortalecer estas políticas es de gran trascendencia, porque en una sociedad tan competitiva e individualista como la que desgraciadamente hemos ido construyendo no hay espacio para que padres y madres, por ejemplo, en este caso, puedan hacerse cargo de la enfermedad grave de sus hijas y sus hijos, ya que ello entra en colisión con un derecho esencial y fundamental: el derecho al trabajo. Esta colisión entre familia y trabajo es un drama que debemos enfrentar como sociedad.
Este tipo de proyectos apunta a ir asumiendo entre todos, en especial el empresariado, que tan importante como entregar la fuerza de trabajo es que las trabajadoras y los trabajadores cuenten con un ambiente de tranquilidad y de paz para conciliar esa labor con el cuidado de sus hijas y sus hijos.
Señor Presidente, quisiera solamente recordar de qué se trata esta iniciativa. La Senadora Goic, Presidenta de nuestra Comisión, ya lo ha señalado. Pero es muy importante decir que este seguro va a permitir financiar, con cargo al empleador, un subsidio que reemplaza total o parcialmente la remuneración o renta mensual de los padres y las madres trabajadoras cuyos niños y niñas mayores de un año y menores de 15 o 18 años de edad se encuentren afectados por una condición grave de salud.
Hoy solo existe un permiso para el cuidado de los hijos menores de un año. Esta propuesta legislativa viene, entonces, a extender esta protección hasta los 15 o 18 años, en el caso de enfermedades graves.
Las condiciones graves de salud que quedan protegidas con este seguro son el cáncer, el trasplante de órgano sólido, el desahucio o estado terminal, accidente grave con riesgo de muerte o de secuela funcional grave y permanente.
Este permiso se concretará a través de una licencia médica que se otorgará al padre o a la madre, por períodos diversos según se trate de la causa que lo origina.
Su financiamiento -es muy importante, además, que se cumpla- será de cargo del empleador, reponiendo una cotización vigente que fue abordada en un proyecto hace algunos meses.
En la Comisión de Trabajo logramos perfeccionar la normativa en estudio en tres puntos que son importantes: la precisión del monto del subsidio, la anticipación de la cobertura para el caso de trasplante y la factibilidad de traspasar cierta fracción del permiso al otro padre.
Entonces, señor Presidente, es valorable esta iniciativa, que se aprobará por unanimidad.
Solo quiero recordar algo que señaló la Senadora Goic y que yo planteé en la Comisión. Lamentablemente, estamos cometiendo el mismo error en que incurrimos al aprobarse el proyecto del permiso de pre y posnatal: dejar al sector público, a las funcionarias y a los funcionarios, sin que se garantice el pago total de las remuneraciones. Esto sucede porque la normativa en estudio pone un tope respecto de las remuneraciones que estuvieren percibiendo los funcionarios públicos que van a ejercer el permiso que se otorga a través de esta iniciativa.
Resulta realmente lamentable que no hayamos logrado resolver ahora esa situación. Quizás se podrá solucionar de la misma forma como se procedió en la ley de pre y posnatal, es decir, mediante la vía judicial, a la cual acudieron los funcionarios y las funcionarias públicas.
Voto a favor, y felicito a todos los colegas que han participado durante años en este esfuerzo.
Por cierto, felicito también a la Presidenta Michelle Bachelet, que en sus dos Gobiernos ha generado no solamente reformas profundas y centrales, que van a pasar a la historia de nuestro país, sino también un conjunto de iniciativas que fortalecerán un sistema de protección social tan importante para miles de chilenas y chilenos, para miles de compatriotas que hoy día viven situaciones graves, como las que enfrentan las oncomamás, quienes muchas veces, ante la disyuntiva de cuidar a su hija o hijo o perder el empleo, se sienten absolutamente solas y sin respaldo.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, creo que los comentarios formulados por quienes han hecho uso de la palabra ahorran emitir otros.
Se trata de un proyecto -como se ha dicho- realmente valioso, que viene a resolver una inquietud muy angustiosa de los padres con hijos que tienen enfermedades gravísimas, crónicas, y que requieren la compañía de sus padres, no solo por una cuestión sentimental, sino como parte de su terapia.
La legislación, obviamente, no incluye dicho aspecto y, por lo tanto, significa un problema extraordinariamente grave y delicado para los padres.
De ahí, entonces, que distintas fuerzas se hayan unido para avanzar en esta iniciativa, siendo la principal de ellas, ciertamente, las llamadas "oncomamás", que han venido levantando el tema y haciendo sus planteamientos desde hace mucho tiempo. Por lo mismo, creo que el primer reconocimiento que hay que hacer es a la perseverancia que ellas han tenido para que este proyecto esté llegando al final de su tramitación.
También hay que destacar la labor de otras personas. Una de ellas es el doctor Francisco Barriga, quien en su calidad de oncólogo ha sido uno de los que más han trabajado esta problemática preocupado de la necesidad que representa la compañía de los padres para hijos enfermos que enfrentan este tipo de situaciones.
Y, por cierto, hay muchos parlamentarios (Diputados y Senadores) -ya se los nombró- que han estado detrás de esta iniciativa desde hace mucho tiempo.
En lo personal, hemos apoyado este proyecto desde el principio, porque se justifica plenamente.
Solo quiero subrayar un solo aspecto respecto del cual hubiese querido que esta iniciativa ofreciera una solución distinta.
Básicamente, lo que busca el proyecto es otorgar un permiso de hasta noventa días para cada uno de los padres a fin de acompañar a sus hijos cuando estos se encuentren en las situaciones aquí ya descritas.
Sin embargo, como me dijeron cuando tuve oportunidad de conversar con ellas, las oncomamás estiman -y tienen razón- que la distribución de los tiempos no es necesariamente la más adecuada, no es necesariamente la que apunta al mejor interés de los niños.
Y desde el punto de vista del principio de la corresponsabilidad parental, he insistido en la conveniencia de que sean los padres quienes definan cuánto tiempo va a destinar cada uno de ellos al cuidado de sus hijos. Porque las situaciones de los padres no son las mismas.
Ahora bien, el Gobierno ha planteado un argumento que me parece válido y justo en el sentido de que en esta materia las cargas de esta naturaleza deben ser compartidas en igualdad por los padres. En caso contrario, si solo se dejan en las madres, significaría un paso más en la brecha que las perjudica en cuanto a su contratación laboral.
Entiendo el argumento, y en la Comisión estamos trabajando para intentar reducir todas las brechas que existan entre hombres y mujeres, de manera que la igualdad se dé con plenitud. Pero no podemos forzar situaciones.
A mi juicio, en cinco o en diez años más eso se va a poder cumplir enteramente. Pero hoy día la situación es distinta. Y me parece que la realidad nos debería haber permitido una flexibilidad mayor: dejar que los padres resuelvan cómo distribuyen sus tiempos.
Producto de este debate, que fue muy compartido al interior de la Comisión por los Senadores y Senadoras que la integran, el Ejecutivo presentó una indicación que permite una flexibilidad para que cada padre le pueda entregar un tercio de su tiempo al otro para que le dedique un tiempo mayor al hijo.
Esto último, obviamente, ayuda. Y valoro que se haga tal reconocimiento, porque se trata de una situación real. No obstante, dejo planteada la inquietud porque quizás en un debate ulterior, a lo mejor en la Cámara de Diputados o en una Comisión Mixta, se puede llegar a una fórmula que permita respetar aquello.
Lo que aquí importa es acompañar a los niños. Lo más importante es el interés superior del niño. Y eso me parece que es prevalente ante esta búsqueda de igualdad en las cargas laborales entre el hombre y la mujer.
Por cierto, también está el principio de la corresponsabilidad parental: son los padres los que, finalmente, pueden decidir.
Hecha esta salvedad, creo que nos encontramos ante un gran proyecto, que da una muy buena respuesta. Por lo tanto, no cabe más que felicitar a todos quienes han sido partícipes de la iniciativa, especialmente a las oncomamás.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, ya se ha dicho lo más importante respecto del proyecto que nos ocupa.
Solo quiero recordar que en algún minuto, hace ya algunos años, me visitó un grupo de madres de la comuna de Pica, provincia del Tamarugal, Región de Tarapacá. Me contaron que dos de ellas habían perdido sus trabajos producto del traslado de sus hijos afectados por una leucemia o un linfoma (no lo recuerdo bien). Evidentemente, ellas dejaron sus trabajos y acompañaron a sus hijos menores de edad durante todo el tratamiento, que se prolongó por varios meses. Y uno se da cuenta de la importancia que tiene un proyecto como este cuando conoce un testimonio de ese tipo, porque pone el acento en lo más relevante: el bien superior del niño.
El bien superior del niño dice relación no solo con tener acceso a un tratamiento, a los medicamentos que correspondan, sino también con poder contar con el cuidado de los padres.
Desde esa perspectiva, el cuidado de los padres pasa a ser parte del tratamiento médico. Y este es un tema bien importante, especialmente cuando hablamos de menores de edad.
Pero fíjense -y lo quiero dejar planteado- que hoy día nuestro sistema de salud presenta algunas falencias importantes cuando desde regiones extremas se traslada a pacientes a centros hospitalarios que quedan, por ejemplo, en Antofagasta (traslado de Iquique a Antofagasta) o a algún recinto u hospital de Santiago. Muchas veces no se le paga ni el pasaje ni el alojamiento al acompañante. Y ese es un tema reimportante, especialmente con relación a las zonas extremas, a las regiones, porque el paciente -incluso cuando no es menor- necesita viajar acompañado. Un paciente con una enfermedad que requiere un tratamiento prolongado, una hospitalización extensa, se halla en un estado de precariedad no solo en el ámbito de su salud física, sino también de su salud mental. Es un paciente vulnerable; es un paciente que requiere, como parte de su terapia, el apoyo familiar. Y desde regiones la gente parte hacia Santiago sin red social de apoyo, muchas veces sin red familiar de apoyo. Ahí también tenemos que hacer algo.
Yo, simplemente, quiero reforzar lo que aquí se ha dicho.
Este proyecto significa un avance importante en materia de derechos, en este caso de los padres, pero también desde el punto de vista de los derechos del niño: el derecho del niño a recibir un tratamiento con el padre y la madre a su lado, sintiendo que les otorgan cariño y cuidado, que, como señalé con antelación, pasa a ser una parte relevante y vital del tratamiento.
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El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Quiero aprovechar de saludar al Centro Educacional Huechuraba, que nos visita en las tribunas con una delegación de los terceros y cuartos medios.
¡Bienvenidos!
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El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no voy a repetir lo que aquí ya se expresó en forma muy importante.
Solo quiero destacar que cuando un proyecto es apoyado transversalmente uno dice "qué fácil es emparejar la cancha". Eso ocurre cuando se trata de iniciativas tan relevantes como esta que favorece a las personas.
Porque la situación actual de padres y madres trabajadores en Chile es que frente a la realidad de una enfermedad grave de uno de sus hijos muchas veces deben elegir entre renunciar al trabajo o continuar trabajando en condiciones dramáticas, sabiendo que sus hijos necesitan su apoyo y su cuidado.
Nuestro Código Laboral, si bien ha evolucionado y cambiado bastante a favor de los trabajadores de Chile, aún tiene pendientes varias situaciones, entre ellas la de los permisos por enfermedades graves de los hijos, que no se halla cubierta.
El proyecto que nos ocupa en este momento viene a llenar un vacío muy importante para los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país.
Sabemos que nadie está libre de enfrentarse alguna vez en la vida al terrible problema de un hijo que padece una enfermedad catastrófica o sufre un accidente grave.
Se plantea la existencia de un seguro social de cargo del empleador a través del pago de una cotización.
Recordemos que la legislación laboral vigente no establece para los trabajadores ningún mecanismo de compensación económica o subsidio por los días en que deben ausentarse para hacerse cargo del cuidado de sus hijos en cualquiera de aquellas situaciones.
Este proyecto, que crea un seguro de acompañamiento, será para los casos de niños o niñas -como se ha dicho- diagnosticados con cáncer, o que necesiten un trasplante de órganos sólidos, o que se encuentren en estado o fase terminal, o que hayan sufrido un accidente grave con peligro de muerte.
¡Qué difícil es ponerse en alguna de tales situaciones! Sin embargo, ¡nadie está ajeno a ellas!
En nuestro país casi un millar de niños y niñas son diagnosticados con cáncer cada año y los accidentes constituyen la principal causa de muerte de unos y otras.
Voy a votar a favor de este proyecto porque, además de reconocer, haciéndose cargo del problema emocional, que los niños y niñas que se encuentran en aquellas condiciones están mejor cuidados por sus padres, reconoce la importancia de establecer continuidad en el empleo, sobre todo tratándose de las mujeres, quienes -lo sabemos- enfrentan mayores barreras para entrar en el campo laboral.
Esta iniciativa busca eliminar las barreras al menos en dicho ámbito, ya que el permiso podrá ser solicitado por cualquiera de los padres, a su elección.
Empero, hay un aspecto no menor que vale la pena destacar.
En efecto, la mayoría de los países miembros de la OCDE consagran mecanismos para otorgar a los progenitores permisos laborales que les permitan cuidar a sus hijos menores enfermos.
Entonces, yo pregunto: si en otros aspectos nos queremos elevar a los estándares que nos entrega la referida Organización, ¿por qué en este caso no deberíamos hacer lo mismo?
La ley en proyecto constituye un gran aporte para nuestro país: cubre vacíos legales y avanza hacia una legislación laboral moderna, que considera tanto la responsabilidad de los padres frente al cuidado de sus hijos cuanto la significación de la continuidad en el empleo sin que ello afecte a la economía.
Por eso, voto que sí.
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El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Saludo a la delegación del liceo Juan Agustín Morales González, de Lontué, que se halla en las tribunas invitada por el Diputado señor Celso Morales.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, quiero reafirmar mi voto positivo a este proyecto, pues considero tremendamente importante lo que estamos aprobando. Y no tengo ninguna duda de que la votación será unánime.
También, deseo felicitar, en primer término, a los padres y a las madres que han dado una larga batalla ante la tan injusta situación derivada de un vacío muy grande, que podemos reputar de desprotección social.
Felicito asimismo a los parlamentarios que plantearon originalmente mociones sobre la materia, las que han ido experimentando sucesivos perfeccionamientos, hasta llegar a lo que se nos propone en esta oportunidad.
Debemos alegrarnos, señor Presidente, pues estamos dando un paso más hacia el fortalecimiento de la protección social, ampliándola, según se ha expresado en la Sala, a contingencias que no están cubiertas y que provocan un impacto tremendo en las familias, en la medida que afectan la estabilidad laboral, los ingresos, la calidad de vida, el desarrollo, es decir todo lo que sucede en el entorno familiar cuando sobrevienen situaciones imprevistas como las ya mencionadas, de las cuales nadie está libre.
Por eso es tan relevante establecer el beneficio como un seguro; o sea, prever la eventual existencia de alguna de esas situaciones, cuyos efectos para las familias son devastadores.
Pero tenemos además la otra cara. Es decir, surgido un problema en la línea indicada, es indispensable darles a los padres y a las madres la posibilidad de acompañar al niño o a la niña que debe enfrentar un cáncer, un trasplante de órgano sólido, un accidente grave, o una enfermedad terminal.
Es cierto que fijamos en un tercio el tiempo que pueden traspasarse los progenitores. Pero, como señalaba el Senador Larraín, debería reestudiarse el punto a futuro. ¡Quién mejor que los padres puede saber cómo necesitan alternarse para cuidar más adecuadamente al niño que se encuentra en alguna de las situaciones indicadas!
En todo caso, lo significativo es lo que estamos haciendo.
Efectivamente, se ha comprobado que, de haber preocupación y cuidados de los progenitores, el proceso es más rápido, porque hay menos días de hospitalización, en fin.
Ahora, como se ha dicho, fue el Gobierno quien impulsó el establecimiento del mecanismo solidario de que se trata. Y avanzamos en esta iniciativa sobre la base de la ley N° 20.010, que creó el fondo a través del cual se financian los permisos y los subsidios. Así, entre otras fuentes, se fija una cotización, de cargo del empleador, de 0,03 por ciento de las remuneraciones o rentas imponibles de los trabajadores.
Aquí quiero hacer mía la preocupación que manifestó la Senadora Adriana Muñoz, quien en la Comisión de Trabajo, a propósito del artículo 16 del proyecto, abogó por garantizar el pago total de las remuneraciones a los trabajadores del sector público con derecho al beneficio que se está otorgando.
Que en este caso pongamos un tope es tan injusto como lo fue tratándose del prenatal y del posnatal durante el Gobierno del Presidente Piñera. Por cierto, estuvimos de acuerdo con el posnatal ampliado, pero nunca -y perdimos la batalla- con colocar un límite a las trabajadoras del sector público, pues ello nos parecía arbitrario.
No estimamos convincente que se nos diga "cuesta mucho dinero", ya que se trata de derechos sociales. Porque somos una comunidad y un país mejores cuando logramos la protección social envuelta en aspectos como los explicitados.
Entonces, nuevamente vamos a incurrir en aquel error y una vez más estaremos haciendo una discriminación que no considero apropiada.
Finalmente, quiero destacar la potencialidad de la ley en proyecto.
En Chile tenemos cinco millones y medio de trabajadores asalariados y de trabajadores independientes que cotizan para la seguridad social. De ellos, sobre tres millones y medio tienen al menos un hijo o hija de entre uno y menos de dieciocho años de edad, rango donde está justamente el vacío que se debe cubrir; porque en el caso de los menores de un año existe el resguardo de la licencia médica.
Por eso, con mucha satisfacción, vamos a votar a favor de este proyecto, dejando en claro la referida inquietud, para que en lo futuro se revise la situación explicitada.
Como expresé, los problemas en comento se pueden presentar en cualquier familia. Por eso es tan importante que el seguro dispuesto tenga financiamiento, opere y se proyecte en el tiempo.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, Alvarito Hijerra Vidal cumplió quince años de vida hace una semana: él y su mamá fueron quienes inspiraron este proyecto de ley, de mi autoría, y luego, otras iniciativas, las cuales se sumaron en igual línea.
En paralelo, un grupo de mamás y de papás sin licencia para cuidar a sus hijos enfermos estaban dando una enorme lucha desde las regiones, desde todos los lugares de nuestro país (recuerdo fundamentalmente a Concepción), tal como la que hoy día protagonizan las oncomamás.
A mí me costaba entender que un empleador le negara a una mamá o a un papá la autorización necesaria para cuidar a una niña o a un niño que era víctima de una enfermedad gravísima.
Y en medio de toda la discusión aparece una persona a la que quiero resaltar en su máxima expresión: el doctor Francisco Barriga.
--(Aplausos en tribunas).
El doctor Barriga, de quien nadie ha hablado, prácticamente ha dado su vida profesional y su vida personal para proteger a las criaturas que atraviesan por enfermedades gravísimas, como las mencionadas.
Cuando hice mi proyecto de ley sobre la materia me encontré con el doctor Francisco Barriga. También, con Karla Rubilar, quien, desde la Cámara de Diputados, estaba llevando adelante un proyecto igual, inspirado por su profesión y por su calidad humana. Y comenzaron a surgir otras iniciativas en similar dirección.
Desplegamos todos los esfuerzos necesarios para que este proyecto fuera ley hace ya mucho tiempo. Sin embargo, ello no fue posible.
A decir verdad, la cuestión se entrampaba una y otra vez. Casi se hacía uso indebido de una situación dolorosa, extrema, delicada, muchas veces con la intención de obtener un provecho que no vale la pena comentar. Pero, sin lugar a dudas, ello impidió que la idea propuesta se convirtiera en ley mucho antes.
Por eso, señor Presidente, me sumo a lo que ha significado la labor realizada desde el Ministerio del Trabajo -nos acompaña hoy día la Ministra-, que, evidentemente, permitió un avance final para estar prontos a que la ley en proyecto sea realidad. Y lo propio digo respecto de la Presidenta de la República.
Yo presenté mi moción durante el Gobierno del Presidente Piñera. Incluso, traté de hacer ver la situación a la Primera Dama y a muchísimas autoridades, pero jamás hubo una respuesta positiva. ¡Porque la ley en proyecto significaba dinero, plata...!
Así ocurrió con otros gobiernos. Siempre se nos hacía presente que en todo lo propuesto existía un perjuicio económico. No se veía el contenido humano de la iniciativa, su sentido humanitario; o sea, que los padres, para cuidar a sus hijos con enfermedades graves, no tuvieran que fingir mediante el uso de una licencia médica. ¡Porque eso era lo que se hacía!
En efecto, los progenitores presentes en las tribunas, tanto las mamitas sin permiso para cuidar a sus hijos enfermos cuanto las oncomamás, debían fabricar licencias psiquiátricas. Y, aun así, ¡los empleadores les negaban toda posibilidad de cuidarlos!
Por lo tanto, hoy estamos frente a, para mí, en lo personal, "el" proyecto de ley que me ha permitido contribuir en la lógica de humanizar la salud en la medida de lo posible, pero en el entendido de que era imposible seguir aceptando que una madre o un padre debiera estar trabajando y no al cuidado de una hija o de un hijo con una enfermedad gravísima.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, cuando uno aprueba estos proyectos lo hace con especial satisfacción, pues significan dar un paso adelante fundamental.
No hay duda de que el enfrentamiento de cualquier enfermedad, pero particularmente las señaladas en esta iniciativa, impacta fuertemente en las familias no solo desde el punto de vista económico, sino también desde la perspectiva emocional.
La ley en proyecto se hace cargo del drama que viven el padre y la madre para enfrentar el problema de un hijo que se halla en situación de vulnerabilidad máxima y debe recibir una serie de tratamientos muy invasivos, los cuales habitualmente requieren la compañía de uno u otra al objeto de que con su presencia y su cariño morigere los efectos derivados de ellos.
Sin duda, estas iniciativas son del todo necesarias, no solo por lo que acabo de resaltar, sino además porque -alguien lo dijo aquí- estamos completamente rezagados con respecto a los países de la OCDE, a los que siempre tratamos de imitar, ya que en Chile no tenemos una red de protección laboral que les permita a los progenitores ausentarse del trabajo para cuidar a sus hijos enfermos.
Por eso, este proyecto va a ayudar en aquella línea. Y el paso del tiempo nos permitirá ver con claridad si estamos cumpliendo adecuadamente el objetivo perseguido.
Aquí se ha mencionado al doctor Francisco Barriga, quien en reiteradas oportunidades, según da cuenta el informe de la Comisión de Trabajo, sostuvo en esta instancia, mediante una serie de exposiciones muy bien fundadas, que al menos en el caso del cáncer la compañía de los padres es extraordinariamente significativa. Además, dio datos sobre la magnitud del cáncer infantil.
El aporte de los padres al cuidado de sus hijos enfrentados a una enfermedad tan grave como aquella que busca cubrir el seguro que se está creando es de vital importancia.
Y quisiera detenerme aquí, señor Presidente.
Por supuesto, a un niño con cáncer terminal -ese niño, obviamente, sufre, está vulnerable- la compañía de los padres lo ayudará a soportar de otra manera su compleja situación.
Algunos niños deben someterse a quimioterapia, la que provoca diversas reacciones, según la persona a la que se aplica. Por lo que sé, sus efectos no son iguales en todos los pacientes: en algunos genera una respuesta; en otros, una distinta. Tiene, pues, particularidades que hacen indispensable que no solo el cuidado médico sino también el afectivo estén presentes mientras dura el tratamiento.
En tal sentido, la presencia de los padres resulta fundamental.
Por eso -repito-, cuando uno aprueba un proyecto de esta envergadura lo hace con satisfacción y pensando en que todavía nos falta mucho por avanzar para establecer redes de protección que permitan generar para los niños una mejor atención, un mejor cuidado, un mejor acompañamiento.
Incuestionablemente, la necesidad de dar protección a los niños -en el último tiempo, ella ha golpeado fuertemente en nuestro país a propósito de los problemas que han afectado a menores del SENAME, quienes son atendidos por el Estado- tiene que estar presente cuando tratamos estas materias.
El acompañamiento, el cariño y el afecto que deben recibir los niños en momentos de tanta complejidad son absolutamente indispensables.
Por eso, voto a favor.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, como se ha manifestado, estos son los proyectos con los que uno se entusiasma, por la transversalidad con que se tramitan y por los efectos que se logran mediante ellos.
Recordemos que en este caso hay una historia larga y una más corta.
La más corta es la del proyecto mismo: entró el 20 de junio y ha tenido una tramitación rápida.
La historia larga decía relación con la forma de obtener los recursos necesarios para financiar, en una proyección de largo plazo, el acompañamiento a niños -quienes somos padres los sentimos siempre como propios, pues la situación puede registrarse en cualquiera de nuestros hijos- que enfrentan alguna de las situaciones dramáticas a que se refiere el proyecto: cánceres, enfermedades terminales, trasplantes, accidentes con riesgo de muerte.
Recuerdo que a propósito del 0,03 por ciento pagado a las mutuales para efectos de un fondo de contingencia -y por eso consultaba acerca del punto al Ministerio- se planteó -a mi juicio, virtuosamente-, en cuanto a la forma de enfrentar una disminución creciente de los recursos, que dicha cifra pudiera ser la base sobre la cual se creara un proyecto distinto para la contingencia del trabajador, que se instalara a los fines de financiar su urgencia frente a situaciones de la naturaleza señalada, que son de aquellas que más destrozan el alma. Creo que eso ha quedado completamente comprobado con los testimonios. En la Comisión de Hacienda nos tocó ver más el contenido financiero, pero detrás del asunto hay historias, emoción, lágrimas y momentos muy difíciles, lo que entiendo.
Deseo aportar dos conceptos al debate.
Primero, según nos explicaban en la Comisión de Hacienda, el número de eventuales beneficiarios -lo planteo en estos términos- es de cuatro mil quinientos. Se registran anualmente unos mil niños con algún tipo de cáncer, lo que resulta muy dramático; tres mil afectados por algún tipo de accidente con peligro de muerte -la cifra es bien impactante-, y quinientos desahuciados o con necesidad de un trasplante, lo que es un poquito menos significativo, desde el punto de vista del número.
Mas estamos haciendo referencia a que el sistema les cambiará de alguna manera la vida a cuatro mil quinientas familias que probablemente son las que peor lo pasan en una etapa de su vida. Me parece que la virtud del proyecto es aprovechar un fondo de contingencia distinto para adaptarlo a una realidad dramática, donde de alguna manera se instala un problema.
El justamente mencionado profesor Barriga dejó constancia no solo del factor emocional en el padre o la madre, sino también de la incidencia que tiene lugar en la eficacia terapéutica, la adherencia al tratamiento esencial para un buen resultado, el rol de contención y el manejo del niño.
O sea, se observa una lógica virtuosa muy variada y que los distintos aspectos se van asociando de alguna manera, en la medida en que el pequeño que está pasando por una fase dramática podrá contar, en vez de estar solitario, con la compañía de su papá o su mamá.
Obviamente, el Honorable señor Larraín tiene razón. Será necesario precisar mejor cómo hacer traspasables los derechos a fin de que sean realmente más útiles para el resultado final. Juzgo que eso de alguna manera nos abre un muy relevante espacio de reflexión hacia el futuro.
Y lo segundo, en un sentido de mayor profundidad, es que ojalá se logren determinar a partir de aquí cuestiones que han sido bien complejas en otras leyes, como el estado terminal. En distintos proyectos hemos intentado generar, en casos del ámbito médico, una suerte de preferencia de quien se encuentra en esa situación respecto del que no lo está. Siempre se dijo que ello era muy difícil.
Advierto que la materia en debate, al definirse, nos da un gran espacio para proyectar esa realidad dramática. Trabajadores en estado terminal también se encuentran en una relación de relativa igualdad con enfermos de males de una gravedad que no es la misma.
En resumen, es un día para alegrarse, obviamente -partimos bien y ojalá terminemos la tarde de igual manera-, con un proyecto que concita la unanimidad, que es motivador y entusiasmante y que abre nuevos escenarios.
Así que, con especial gusto, votamos a favor.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Puede intervenir el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, intentaré ser breve.
Ciertamente, me sumo a las palabras de muchos colegas respecto de la normativa en examen, que representa un gran avance y resulta relevante: el seguro para el acompañamiento de niños, más conocido como "SANNA".
¿En qué consiste? Es un instrumento que permitirá financiar, con cargo al empleador, un subsidio que reemplaza, total o parcialmente, la remuneración o renta mensual de padres y madres trabajadores cuyo hijo mayor de un año y menor de quince o de dieciocho se encuentre afectado por una condición grave de salud.
Hoy existe algo similar, pero muy limitado, que es un permiso para el cuidado de hijos menores de un año.
La medida en estudio extiende la protección a enfermedades de riesgo. ¿Y qué quedará cubierto? Lo consignó el Honorable señor Coloma: cáncer, trasplante de órgano sólido, estado terminal o accidente grave con riesgo de muerte o de secuela funcional seria y permanente.
Eso es en la forma.
Pero quisiera ir a un asunto distinto. El proyecto se enmarca en algo más global, que tiene que ver con una mirada de protección social. Creo que lo decía la Senadora señora Muñoz: hacemos referencia a distintas políticas públicas o leyes que aprobamos en el Congreso relacionadas de manera conjunta con ese aspecto.
Cuando se trata de los noventa mil cupos en salas cunas durante estos tres años y medio de Gobierno, sumados a los materializados en la Administración del Presidente Piñera y a los anteriores, eso es protección social.
Cuando se trata del fin del copago en la educación escolar y de la gratuidad en la educación superior, para aliviar a las familias, eso es protección social.
Cuando se trata del bono por cada hijo nacido vivo, para las madres, eso es protección social.
Cuando se trata del posnatal extendido de tres a seis meses, eso es protección social.
Cuando se trata de la pensión básica solidaria, eso es protección social.
Lo que estamos llevando a cabo hoy, que será con cargo al empleador, obedece a que la prioridad se puso donde tiene que estar. Y se hace un esfuerzo -ha sido obra de los distintos parlamentarios- para una mirada distinta.
Hemos enfocado a la familia de distintas formas, una de las cuales son sus componentes: puede ser monoparental, diversa o tradicional. Pero también tenemos que estimarla un ente de una importancia fundamental para el desarrollo de nuestro país, en sus distintas expresiones. Eso tiene que ver con su contribución económica, los derechos del jefe de hogar, los sentimientos y afectos, y los dramas, que son parte de la vida.
Lo que hace el texto -y no digo "tímidamente", sino de manera muy decidida- es tomar un elemento que a veces no está presente en muchas políticas públicas. Porque en todas ellas siempre se está pensando en crecimiento, igualdad de oportunidades y los casos de la educación escolar o preescolar. Ahora nos referimos a algo muy concreto, que es la posibilidad, al margen de la condición económica, de acompañar a un hijo o una hija en minutos muy difíciles para la familia y este ser querido.
Por eso, quiero brindar un reconocimiento a los iniciadores del proyecto -intervinieron distintos Diputados y Senadores-, así como al Gobierno, que al final lo mejoró, y a todos los que lo hemos empujado.
En lo personal, conversé varias veces acerca del asunto con mis colegas de bancada señor Harboe y señora Muñoz, y con el Honorable señor Rossi.
La Diputada señora Rubilar estaba aquí recién.
La iniciativa es transversal. Y eso no le resta mérito. Lo que quiero rescatar es otra cosa, en el sentido de que aquí no hacemos referencia a la igualdad de oportunidades ni solo al impacto económico, sino a un elemento que estamos introduciendo en una política pública. No digo que no lo hayamos hecho antes, pero siento por primera vez que cabe expresar: "Vamos a ponernos en los zapatos de una familia," -no son centenares de miles- "y el dolor y el acompañamiento en situaciones difíciles obtendrán un reconocimiento a través de una política de Estado". Deseo valorar eso en el articulado en estudio, que apruebo con ganas y entusiasmo.
Como muy bien dijo el Senador señor Coloma, la semana comienza bien en esta forma. No me cabe duda de que vamos a hacer lo mismo en relación con el proyecto que viene después y con otros.
Pero lo dejo así, como raya para la suma: ¡qué bueno que alguna vez incluyamos un elemento distinto! Y no me devalúa ni como político ni como ser humano -al contrario- afirmar que los afectos, los cariños y los dolores asimismo son parte de una mirada de las políticas públicas. Ojalá siempre fuera así.
Muchas gracias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, deseo partir rindiendo homenaje a las responsables de la iniciativa, que no son parlamentarias, sino las mujeres en las tribunas, madres que han enfrentado el drama de tener un hijo o una hija con cáncer. Las oncomamás han llevado la bandera con una fuerza tremenda. Por ende, lo más importante es valorar lo que han hecho para Chile.
Y quisiera explicarlo. Este es el único país de América Latina -y quizás del mundo- que establece a través de una ley en proyecto como la que nos ocupa la política de seguridad social de un subsidio a padres y madres de un niño con cáncer, con trasplante, víctima de un accidente grave o desahuciado. Ello amplía, por cierto, la visión de nuestra seguridad social.
No se trata de protección social -deseo cambiar el concepto-, porque la medida tiene que ver, en la relación laboral, con la forma como el Gobierno, sobre la base de una cotización de los empleadores generada para otro fin, ha logrado recoger el estandarte de un grupo de mujeres que luchaban por apoyo.
Les agradezco -por su intermedio, señor Presidente- al Ministerio del Trabajo y Previsión Social, a la Ministra señora Krauss, a todo el equipo de salud -nos acompaña el Subsecretario de Salud Pública, señor Burrows- y a quienes se hicieron parte del esfuerzo.
La normativa no es perfecta. Las mismas oncomamás preguntarán: "¿Y qué hacemos en caso de una recaída?". Porque será posible el cuidado por un tiempo, pero ¿qué pasará si se excede de tres meses?
Estas enfermedades nos enfrentan -digamos las cosas como son- a una dimensión antinatural, porque no es normal que nuestro hijo padezca una patología que puede quitarle la vida antes que a nosotros. La cuestión es muy dolorosa y dramática, porque por uno de ellos haríamos cualquier cosa.
Valoro que esta sea una legislación extraordinaria de seguridad social.
Le agradezco a la Presidenta Bachelet que haya hecho del asunto un emblema.
Agradezco la generosidad de todos los que recogieron la bandera de las oncomamás, entre ellos parlamentarios y parlamentarias, porque los niños con cáncer -de los que sabemos- representan una cierta cantidad al año.
Las que más se verán favorecidas son familias con un integrante enfermo grave más bien producto de un accidente. Ello, en términos numéricos
Es el inicio de algo distinto.
La ley en proyecto se irá perfeccionando en el tiempo. No me cabe la menor duda.
Tendremos que ver cómo funciona el financiamiento, que es una de las inquietudes existentes.
Otras enfermedades se incorporarán en el futuro.
Por sobre todo, nos hallamos ante un ordenamiento con relación al cual Senadores y Senadoras, Diputados y Diputadas, han levantado la necesidad de más humanidad en las políticas de seguridad social.
Esta es la primera vez que alguien que no es el trabajador se ve beneficiado a partir de la relación laboral. Creo que es una innovación tremenda en la seguridad social. Quiero valorarlo.
Sé que se trata de una ayuda, de una asistencia, de un reconocimiento para las familias. Todos sabemos que poder acompañar a un hijo en un momento de enfermedad es importante de por sí. Cuando el mal es grave, resulta doblemente importante.
A ello se agrega el que la sociedad admita que las mujeres son las principales cuidadoras -esta es la realidad, más allá de que sea un fenómeno cultural o antropológico-, con la posibilidad de compartir el tiempo en cierto momento.
Espero que logremos valorar lo que aquí se hace, y, en particular, agradecerles a las oncomamás por la pelea que han dado.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor De Urresti.


El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, me sumo a todos y cada uno de los reconocimientos en la Sala a las distintas organizaciones que han estado apoyando el proyecto, a la labor de los equipos del Ministerio del Trabajo y del Ministerio de Salud en las distintas instancias en que han participado y a los colegas que se encuentran detrás de la iniciativa.
Uno de los casos más desoladores para un parlamentario -o para cualquier ciudadano- se da cuando la madre o el padre de un menor enfermo grave concurren a su oficina o se genera una discusión y se plantean lo devastador de la situación y no solo el riesgo de vida y la preocupación natural, sino también la necesidad de respaldo. La vida cotidiana prosigue y se ve absolutamente afectada por un desplazamiento.
Ello me ha tocado verlo en Valdivia, principalmente por ser un centro de referencia en materia oncológica. Los integrantes de la agrupación de padres de niños leucémicos y de otras trasladan a los pequeños desde regiones distintas para que sigan su tratamiento en las diferentes instancias. Angustia la realidad del padre o de la madre que los acompaña fuera de su espacio natural, de regiones aledañas o a veces bastante lejanas. Es algo de lo cual no hemos dado cuenta como país, como sociedad.
Me alegra que, en materia de salud, el Estado proporcione una cobertura a una enfermedad de esta naturaleza al menos en los centros referenciales; pero faltaba el elemento adicional, ya que no es solo lo afectivo, sino también el acompañamiento. La sociedad civil ha avanzado enormemente al respecto en estas agrupaciones, en estos colectivos.
Mas asimismo cabe decirle al padre o a la madre que la vida continúa y que podrá contar con un sustento, con un ingreso; y que no tendrá que enfrentar el despido además del dolor de la enfermedad. Porque entendamos que no siempre existen empleadores con capacidad de comprensión, y tampoco les corresponde soportar única y exclusivamente una ausencia prolongada.
El proyecto de ley viene a terminar con esa brecha; a asegurar derechos y garantías para que aquel que enfrente un problema de esta naturaleza pueda disponer efectivamente de un seguro de acompañamiento.
No voy a ahondar en los detalles.
La Senadora señora Allende lo expresó muy bien: es importante, en cuanto a los topes, que el mecanismo no signifique un menoscabo.
Tenemos que considerar todo el sistema de salud, principalmente las licencias.
Creo que es una tarea para largo.
Pero lo que sí valoro y le reconozco a cada uno de los que han participado en la iniciativa es que Chile, luego de promulgarse la ley, será un poquito más justo, un poquito más acogedor, y la sociedad va a tender la mano, en un país que ha crecido, que se ha desarrollado, para que absolutamente nadie tenga que sufrir, además de la adversidad de la enfermedad, el deterioro económico o una situación absolutamente invivible, desde el punto de vista de la posibilidad de acompañar a un hijo en una de estas hipótesis.
Por eso, extiendo mis felicitaciones y comprometo mi voto a favor.
Les pido a la señora Ministra y al equipo gubernamental que avancemos en extender a otra necesidad creciente la capacidad de que se trata. Así como se plantea la conveniencia de acompañar a un niño conforme a lo definido en el proyecto, un caso similar es el del adulto mayor.
Es enorme la cantidad de mujeres, especialmente, que tienen que abandonar su trabajo y postergar sus sueños y aspiraciones para hacerse cargo de la salud de la madre o del padre en estado de vejez y que no son autovalentes. Ese acompañamiento presenta una insuficiencia.
Ahí nos queda algo pendiente.
Pero, sin lugar a dudas, nos hallamos ahora ante un gran avance.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueban las proposiciones de las Comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Hacienda, dejándose constancia, para el efecto del quorum constitucional exigido, de que se registran 27 votos a favor, y queda despachado en particular el proyecto.
Votaron las señoras Allende, Goic, Muñoz y Von Baer y los señores Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Matta, Montes, Moreira, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quinteros y Rossi.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la señora Ministra.


La señora KRAUSS (Ministra del Trabajo y Previsión Social).- Señor Presidente, por su intermedio, quisiera manifestarle a cada uno de los que se pronunciaron mi profundo agradecimiento y el del Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Hemos trabajado con un gran compromiso, junto al Ministerio de Salud y al Ministerio de Hacienda, para hacer realidad la iniciativa; para hacer justicia; para que mamás y papás sepan que la dignidad es algo cierto y que entre todos podemos lograr que Chile efectivamente sea mejor.
Quisiera brindarles un reconocimiento, antes que nada, a las oncomamás: a Evelyn, a Beatriz, a Mónica, a Soledad, a Tatiana, a Carol, a cada una de ustedes; a tantos papás y mamás, y a sus hijos. Todos han permitido que este país, como señalaba el Senador Letelier, avance en seguridad social. Y efectivamente hemos progresado en este ámbito.
Entre todos, estamos haciendo que Chile le pertenezca a cada uno de los compatriotas que ponen un pie en esta nación.
Tal como se expresó, este proyecto de ley contiene y amplía contingencias que hasta hoy no se encontraban cubiertas, las cuales impactan en el bienestar de las familias y han forzado a los padres y madres, en muchos casos, a abandonar sus trabajos o a postergar proyectos personales y profesionales -eso no es justo- a fin de cuidar y acompañar a sus hijos e hijas afectados por una situación grave de salud.
Lo anterior se traduce, entre otras cosas, en una disminución o en un cese de ingresos por remuneración destinados a la administración del hogar, con el consiguiente daño al ambiente familiar y a otros. Ello, por sobre todo, nos quiebra como seres humanos. ¡Nos quiebra! ¡Nos hace mendigar por algo que debe ser un derecho en nuestro país, un derecho por la sola circunstancia de haber escogido la opción de ser papá o mamá!
Por eso les agradezco desde el alma, ¡desde el alma!, a cada uno de ustedes, a las señoras y los señores Senadores y Diputados que han transformado esta iniciativa en realidad para hacer justicia a papás y mamás.
Particularmente, doy gracias a los miembros de las Comisiones de Trabajo y de Hacienda por su compromiso, por haber dado unanimidad y por haber enriquecido el proyecto.
En verdad, a pesar de nuestras visiones, a pesar de lo que ocurre, frente a desafíos como el que teníamos y que implican acoger, abrazar ante el dolor y el sufrimiento de papás y mamás, nos unimos, somos capaces de mirar de mejor manera toda la construcción de la seguridad social en nuestro país.
Les agradezco, en nombre del Gobierno de la Presidenta Bachelet, la aprobación de este seguro, que cubrirá a más de 3 millones de trabajadores con hijos menores de 18 años. Más de 4 mil niños podrán contar con el cuidado, cariño y acompañamiento de sus padres.
Además, el beneficio llegará directamente no solo a los trabajadores y trabajadoras dependientes regidos por el Código del Trabajo, sino también a los del sector público, independientes y temporales.
Hoy hemos sido capaces de discutir sobre esta nueva política de seguridad social. Hago un llamado a que se extienda a todos los empleadores para que apoyen la obligatoriedad de la ley y su contenido.
Cumpliendo el compromiso adquirido en la ley Nº 21.010, finalizo mi intervención destacando que esta iniciativa constituye un avance social muy importante que favorece, como se ha expresado, la corresponsabilidad parental.
No olvidemos que una sociedad moderna es aquella que permite que sus trabajadores y trabajadoras puedan compatibilizar la vida laboral con sus responsabilidades familiares, asegurando una vida digna y en igualdad de condiciones tanto para hombres como para mujeres.
Esta política pública avanza en esa dirección.
Gracias, honestamente.
Gracias a todos, hoy podemos decir que estamos dispuestos.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Gracias a usted, señora Ministra.