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UN ESTADO MODERNO, CREATIVO Y EMPRENDEDOR

Por Carlos Montes, Presidente del Senado

30 de noviembre de 2017

Uno de los grandes desafíos de nuestro país es seguir avanzando en la modernización del Estado. Esto es fundamental para fortalecer el desarrollo y la democracia. Al respecto, no caben visiones extremas. No partimos de cero. En los últimos años se han venido desarrollando esfuerzos importantes. La reorganización del Estado, con la creación de diversos ministerios y subsecretarías y la modificación de otras entidades es una muestra de un Estado que va asumiendo nuevas realidades.

En lo referido a la gestión, hay procesos en marcha en materia de gobierno digital, sistema de evaluación de políticas públicas, monitoreo del uso de los recursos públicos, que deben seguir avanzando. Lo mismo ocurre en materia de personal. Durante el gobierno anterior se dictaron más de 50 leyes y se realizó una reforma al sistema de Alta Dirección Pública.

Sin embargo, persisten problemas serios que afectan la vida cotidiana de los chilenos. Ellos dicen relación especialmente con la provisión de servicios sociales, como ocurre con la salud, la educación pública y la seguridad.

Otro aspecto deficitario dice relación con el gobierno interior. Hay fuertes retrasos en descentralización y desconcentración. Tenemos un sistema de Gobiernos Regionales y municipales que fue pensado con otro fin. Su objetivo no era ni la participación ni la eficiencia, sino el control social.

Una última área de retraso es lo que se refiere a la inversión y crecimiento. El actual modelo productivo no nos permitirá dar un salto en desarrollo y nos mantiene atados a los ciclos de las materias primas. Necesitamos pasar a otra etapa. Para ello se requiere un Estado moderno, creativo, emprendedor, que tome iniciativas con visión estratégica. No sólo orientado a corregir fallas de mercado.

En ese mismo sentido es indispensable repensar los estímulos. Tenemos US$ 11.000 millones anuales en franquicias tributarias, ideadas en otro momento y estado de nuestra economía. Hay que redefinirlos para potenciar nuevas áreas y sectores.

Avanzar en estas materias nos permitirá tener una sociedad más equitativa, menos desigual, que genere bienestar y respete la dignidad de las personas. Demorarlo, limita nuestras opciones de desarrollo, pone en riesgo los estándares socioeconómicos, debilita la cohesión social y la vinculación de la ciudadanía con el Estado.

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