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¿A quién beneficia la reforma laboral?

Por Iván Moreira, senador por la región de Los Lagos

23 de enero de 2015

Imagen foto_00000019El gobierno de la Presidenta Bachelet está promoviendo un proyecto de reforma laboral que no satisface muchas de las necesidades que necesita la fuerza de trabajo de nuestro país.

 

En efecto, el proyecto de ley de la Nueva Mayoría se centra principalmente en fortalecer a los sindicatos grandes y a sus dirigentes. Pero olvida a esa gran número de trabajadores que no tienen trabajo aún; aquellos que están en trabajos informales; y de aquellos trabajadores que haciendo uso de su derecho fundamental de la libertad de sindicalizarse, han optado por no ingresar al sindicato de su lugar de trabajo.

 

De acuerdo a cifras entregadas por la OCDE en Chile el 15,3% de los trabajadores se encuentran sindicalizados cifra cercana al promedio de los países miembros de este organismo que es de un 16,9%, con una clara tendencia a la baja desde el año 2000 en adelante.

 

Entonces, lo que preocupa es qué hacemos con los 3 millones de trabajadores que no pueden participar de sindicatos ya sea porque se encuentran sin trabajo o porque tienen un trabajo informal. Bajo la administración del Gobierno del Presidente Piñera se creó 1 millón de nuevos empleos, reduciéndose el desempleo de un 9% a un 6,5% con políticas económicas y laborales adecuadas.

 

Adicionalmente, esa mayor demanda por trabajadores significó que en promedio los trabajadores de nuestro país tuvieran un alza en sus remuneraciones reales de un 3,2% en los últimos 3 años. Cualquier reforma laboral que se quiera realizar debería considerar no perjudicar a los trabajadores que todavía no han podido entrar al mercado laboral.

 

Según el INE hay más 800 mil personas inactivas que potencialmente podrían incorporarse al mundo laboral, de los cuales 540 mil se encuentran buscando empleo. De esta manera, es un retroceso importante haber perdido el dinamismo que venía del gobierno anterior de ir reduciendo el desempleo y creando nuevos y mejores puestos de trabajo. El gobierno de la Presidenta Bachelet debería ponerse como meta crear otro millón de empleos para así llegar a los estándares de los países que integran la OCDE.

 

Pero no solo se echa de menos este factor en la reforma laboral de la Nueva Mayoría. También lamentamos que no se haga cargo de distintos aspectos que son sumamente relevantes y en los que Chile se encuentra atrasado. Así, por ejemplo, la OCDE el año 2013 le recomendó a Chile una serie de aspectos para avanzar en materia laboral, como crear políticas que tiendan a una mayor inclusión de los sectores más vulnerables al trabajo (a mayor vulnerabilidad el porcentaje de desempleo es más alto); mayores facilidades para las mujeres (hay más mujeres desocupadas que hombres), a través de mayor acceso a salas cunas, jornadas flexibles de trabajo, teletrabajo, etc.; poner incentivos para la contratación de jóvenes, como tener una mayor flexibilidad respecto a ellos con el salario mínimo, creación de contratos de aprendizajes y de estudiantes, fortalecer la educación técnico profesional y de formación en nuevos oficios, etc.

 

En resumen, la reforma laboral del gobierno pareciera que apunta más bien a quedar en buen pie con los dirigentes de los grandes sindicatos del país, pero no se preocupa de otros aspectos que son claves para avanzar en un desarrollo más integral e inclusivo para todas y todos los potenciales trabajadores de Chile.

 

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