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  Abrir el debate para reducir las brechas sociales

  Por Camilo Escalona, Presidente del Senado

3 de mayo de 2012

El objetivo de recaudar más recursos fiscales tiene una gran importancia para nuestro país; por lo tanto, los plazos no son indefinidos.  Eso no significa hacerla a la rápida y apresuradamente, y tampoco violar el derecho a la discusión que debe haber en el Congreso Nacional.

Este proyecto tiene como propósito aumentar la recaudación en una cifra relativamente significativa, llevando el impuesto a la renta de capital, o sea a las ganancias de los sectores empresariales, de 17 a 20 puntos de sus utilidades. Este aporte es indispensable para disminuir, aunque sea en parte, la enorme desigualdad existente en Chile.

Ahora bien, la polémica se ha instalado en lo que se refiere a las menores recaudaciones por efecto de rebajas en los impuestos, que son básicamente de tres tipos: primero, una baja en los aranceles en productos  que ingresan al país, que hoy tienen un arancel bajísimo, pero cuya disminución significarían más de 600 millones de dólares de menos ingresos para el país. Son cerca de 300 mil millones de pesos, una cifra cuantiosa de menos recaudación para el Fisco; además, también la disminución del impuesto de segunda categoría, en el tramo más alto, relativo a las personas que son de más altos ingresos, que tendrían una rebaja del 10% de ese impuesto.

Por ejemplo, una persona que gana 8 millones que son muchos, como gerentes, ejecutivos, empresarios, médicos, abogados, parlamentarios, en fin, quienes tienen aproximadamente 8 millones de pesos de ingresos mensuales, tienen que pagar por esa cifra el 40%, lo que significa 3 millones 200 mil pesos.

Si se rebaja cuatro puntos, esos 3 millones 200 mil pesos, significa que esas personas estarían teniendo una franquicia que les rebajaría en el 10% su impuesto total, o sea estarían pagando sobre 300 mil pesos mensuales menos; hay personas que ganan 10, 12 ó 15 millones,  es francamente inexplicable una rebaja tributaria a este sector de la población.

No le encuentro ninguna razón y adelanto mi voto en contra, porque considero que eso va directamente en la línea contraria de lo que nuestro país está necesitando, que es acercar al sector de menores ingresos con el de más altos ingresos y no acentuar esa diferencia.

Luego está la propuesta sobre el impuesto de timbres y estampillas, que el gobierno dice que es para ayudar a la microempresa, cosa que es falsa, porque la microempresa no tiene un volumen de operaciones que le obligue a pagar ese impuesto, están exentas de esa obligación; por lo tanto, estoy hablando de empresas medianas, grandes y conglomerados económicos que tienen que pagar este impuesto. No hay ninguna razón para que a los bancos se les elimine  ese impuesto. Tenemos consorcios bancarios que han tenido todos los años, sin excepción ninguna, 500 millones de dólares o más de utilidades, o sea se trata de enormes conglomerados que tienen 250 mil, 280 mil millones de utilidades, entonces eliminar el impuesto de timbre y estampilla a esos gigantes, tampoco tiene ninguna justificación.

El Estado debiese hacer una diferenciación entre pequeñas empresas y conglomerados económicos. No estoy en contra que a una empresa con 500 millones de ventas en el año, hablemos de 40 millones de ventas mensuales, a esa empresa se le elimine ese impuesto, porque eso puede ayudar a que tenga más inversiones y que contrate más personas; pero a los grandes conglomerados económicos no veo ninguna razón para eliminar el impuesto de timbre y estampillas.

A esto se suma lo referente a lo ya expuesto sobre el impuesto al ingreso del sector más acomodado de la sociedad, son más de mil millones de dólares que se comen prácticamente lo que se va a recaudar, de modo que el gobierno tiene que meditar profundamente lo que está haciendo.

Esta ley debe servir para recaudar más y no para quedar prácticamente igual.

Aprobar la idea de legislar es importante para que se abra el debate y vamos a fondo en este tema, para que el Fisco tenga más recursos que permita enfrentar los gastos que hoy tiene nuestro país, lo que reafirma que las rebajas señaladas no tienen ninguna justificación.

La discusión será tensa y ardua; hay temas de fondo involucrados.  Rechazo que se continúe ensanchando el abismo que separa a los chilenos más pobres de los chilenos más ricos. En este sentido haremos todo lo posible para que los artículos que favorecen a los más ricos sean rechazados o, que sería lo mismo, para convencer a la autoridad económica que los retire.

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