ESTABLECIMIENTO DE RÉGIMEN DE GARANTÍAS EN SALUD

(PLAN AUGE)



El señor LARRAÍN (Presidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el Régimen de Garantías en Salud (Plan AUGE), con segundo informe de la Comisión de Salud e informe de la Comisión de Hacienda. La urgencia ha sido calificada de "simple".

--Los antecedentes sobre el proyecto (2947-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:

Proyecto de ley:

En segundo trámite, sesión 26ª, en 21 de enero de 2003.

Informes de Comisión:

Salud, sesión 53ª, en 4 de mayo de 2004.

Salud (complementario), sesión 58ª, en 18 de mayo de 2004.

Salud (segundo), sesión 17ª, en 4 de agosto de 2004.

Hacienda, sesión 17ª, en 4 de agosto de 2004.

Discusión:

Sesión 59ª, en 19 de mayo de 2004 (se aprueba en general).

El señor LARRAÍN (Presidente).- Debo señalar que en esta oportunidad no disponemos de un boletín comparado. Empero, como va a explicar el señor Secretario, afortunadamente son pocas las votaciones que deberemos enfrentar. De manera que no debería ser difícil seguir la discusión del proyecto.

El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite plantear una cuestión de orden, señor Presidente?

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.

El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, como la mayor parte de las modificaciones introducidas en el segundo informe se aprobaron por unanimidad en la Comisión, tal vez sería mejor para el debate que no fuéramos una a una, sino que se nos permitiera a algunos Senadores referirnos a la globalidad de ellas.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Estamos en discusión particular, Su Señoría. Por lo tanto, procederemos de acuerdo con el Reglamento.

Ahora, si el señor Senador quiere hacer uso de la palabra respecto de una materia, le ruego solicitar discutirla. De lo contrario se darán por aprobadas todas las enmiendas y no va a haber debate.

Solicito autorización para que ingrese a la Sala el Secretario Ejecutivo de la Comisión de Reforma de la Salud, señor Hernán Sandoval Orellana.

--Se accede.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN (Secretario).- La iniciativa fue aprobada en general el 19 de mayo del año en curso.

Las Comisiones de Salud y de Hacienda dejan constancia de que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones los artículos 6º, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 20, 26, 27, 30, 32, 35 y 36, por lo que deben darse por aprobados, según lo dispone el inciso primero del artículo 124 del Reglamento, salvo que algún señor Senador, con la unanimidad de la Sala, solicite someterlos a discusión y votación. Estas disposiciones requieren simple mayoría para ser aprobadas.

--Quedan aprobados reglamentariamente.

El señor HOFFMANN (Secretario).- Las restantes constancias reglamentarias se contienen en los informes correspondientes.

Las modificaciones efectuadas al proyecto aprobado en general por la Comisión de Salud fueron acordadas por unanimidad, con excepción de una. De hecho, inicialmente había dos, pero el Senador señor Boeninger retiró su abstención en una de ellas. Por su parte, la Comisión de Hacienda introdujo enmiendas al texto despachado por la de Salud, todas las cuales fueron acogidas unánimemente.

Cabe recordar que las modificaciones acordadas por consenso deben ser votadas sin debate, salvo que algún señor Senador, antes del inicio de la discusión particular, solicite discutir la proposición de la Comisión respecto de alguna de ellas o que existan indicaciones renovadas. Las enmiendas acordadas unánimemente no requieren quórum especial para su aprobación.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Pido la palabra, señor Presidente.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Consulto a la Sala si algún señor Senador desea debate y votación aparte respecto de alguna de las enmiendas que han sido aprobadas por unanimidad.

Tiene la palabra el Honorable señor Viera-Gallo.

El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, yo pretendo algo distinto: que la Mesa solicite autorización a la Sala para ofrecer la palabra por cinco minutos a quienes deseamos explicar puntos importantes de la iniciativa.

Ahora, si no hay unanimidad para proceder de esa manera, pido que se discuta el artículo 1º.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Si le parece a la Sala, concederemos cinco minutos a los integrantes de las Comisiones que participaron en el estudio del proyecto, porque entiendo que no hay nadie que desee pedir votación separada de los artículos aprobados por unanimidad en la Comisión respectiva.

El señor RÍOS.- No sólo los integrantes, señor Presidente.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Así es, Su Señoría: cualquier Senador que lo solicite, por cinco minutos.

Si le parece a la Sala, se procederá de ese modo, dándose por aprobados todos los artículos ya acogidos unánimemente.

--Así se acuerda.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.



El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, después de un debate que tomó mucho tiempo en la Comisión de Salud, yo diría que del segundo informe y de la discusión habida en la Comisión de Hacienda podemos destacar cuatro aspectos relevantes -tal vez cinco- para que los señores Senadores dispongan de una información adecuada.

Primero, la concreción del afán de reordenar y ubicar de manera más razonable las definiciones, específicamente del significado del AUGE, de las garantías en salud, del papel que cada uno de los instrumentos creados puede jugar en la nueva concepción, que no es otra cosa que el dar la máxima seguridad a todas las personas, garantizando lo que hoy se tiene, más la llamada "garantía explícita", que corresponde a un número creciente (17, 40, 57) de enfermedades con cobertura total, es decir, financiera, de acceso, de seguridad y de oportunidad.

El segundo gran tema que tratamos, referido a una nueva redacción hecha en la Comisión, es la garantía, dentro de lo posible, de que las enfermedades no AUGE reciban un tratamiento tal que no sobrepase las necesidades emanadas del AUGE.

Inicialmente se planteó un presupuesto separado; no se logró, y, en último término, quedamos con una definición que brinda la seguridad de la cobertura del Estado en la medida de sus recursos, diferencia esencial con las enfermedades del AUGE, que cuentan con cobertura a todo evento y con garantía de que no serán sobrepasadas.

El tercer elemento -estoy haciendo una exposición muy simple y rápida- se relaciona con la normativa -introducida en la nueva discusión sobre las garantías del Estado- atinente a cómo se va a garantizar la acción estatal para cubrir los eventuales daños, tratando de conciliar tres elementos claves: primero, que la persona afectada reciba la acción del Estado de manera razonable y simple; segundo, que se garantice que no haya abuso contra el patrimonio fiscal, y tercero, que exista sujeción a un marco distinto, para lo cual se introduce un cuarto elemento, que es la mediación.

Por primera vez en materia de salud se incorpora este modelo de tratamiento de los problemas.

¿Qué buscamos con eso?

Primero, evitar la judicialización excesiva de las acciones de medicina, o de las negligencias, o de los errores. Segundo, procurar que la persona sea objeto de un litigio más razonable, sin que deba soportar todo el peso del eventual daño y, además, acudir a los procedimientos de la justicia, donde la mayormente perjudicada es la parte más débil. Y tercero, tratar de que, en lo posible, no se produzca la demanda exagerada que de repente vemos registrarse en esta materia, lo que puede llevar a situaciones muy difíciles, como la permanente acción, sin ninguna justificación real, contra los hospitales.

Por eso, señor Presidente, creemos que este proyecto ha sido mejorado en el segundo trámite reglamentario. Puede haber discusiones de fondo sobre el procedimiento y la manera de operar. Sin embargo, incluso para quienes tenemos limitaciones a los efectos de considerarlo como algo perfecto en su totalidad -nada perfecto existe en el accionar humano-, constituye un avance.

En consecuencia, a la luz de las modificaciones hechas en el segundo informe para mejorar resultados en la salud actual (las enmiendas introducidas en la Comisión de Hacienda fueron más bien formales), creemos que vale la pena aprobar la iniciativa tal como está.

Por último, como reglamentariamente deberemos realizar en la Sala una o dos votaciones, me adelanto a cambiar una abstención que hice presente en la Comisión de Salud. Ello, para contribuir al pronto despacho del proyecto.

He dicho.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Viera-Gallo.



El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, además de lo que acaba de explicar muy bien el Senador señor Ruiz-Esquide, debo señalar que resulta importante dejar absolutamente claro, primero, que el AUGE forma parte del régimen general de garantías para las prestaciones a que tienen derecho los usuarios tanto del sector público como del privado; y segundo, que la especialidad consiste en que quedan garantizadas de manera explícita la oportunidad del tratamiento y la protección financiera.

De otro lado, se establece con mucha precisión el monto posible del copago. No lo voy a repetir aquí, pero considero muy significativo recordar que los grupos A y B de FONASA deberán recibir cobertura total gratuita y que los grupos C y D tendrán diversas garantías con topes financieros.

La otra novedad consiste en que en el segundo informe de la Comisión de Salud se precisa mejor qué ocurre cuando existe una urgencia médica. Los gastos derivados de ella, hasta lograr la estabilización del paciente cuya patología se encuentra cubierta por el AUGE, deben imputarse en general al tope máximo de cargo del usuario, dependiendo de una serie de mecanismos que se establecen en el articulado.

Por último, un capítulo especial asume el problema existente en Chile y en muchos otros países del mundo respecto de la judicialización de las prácticas médicas. En él se precisa con mayor rigor la responsabilidad estatal en caso de daño, dejándose de lado la teoría de la responsabilidad objetiva del Estado y asumiéndose la de la falta de servicio.

La falta de servicio es un concepto suficientemente precisado en la doctrina jurídica y en el Derecho Administrativo. Y quien sufra el daño tendrá que probar la falta de servicio y que hay causa-efecto entre la falta de servicio y el daño sufrido, y deberá ejercer la acción para perseguir la responsabilidad del caso, que prescribirá en el plazo de cuatro años.

Como dijo el Senador señor Ruiz-Esquide, existe un sistema de mediación, donde interviene el Consejo de Defensa del Estado.

Para el ámbito privado, en cambio, se establece la responsabilidad de los órganos de ese sector por culpa -culpa leve o culpa grave- y, al mismo tiempo, se consagra un sistema de mediación obligatoria, pero esta vez a cargo, no del Consejo de Defensa del Estado, sino de la Superintendencia de Salud.

Ésta es una innovación importante, porque debiera dar satisfacción a una inquietud médica y de todos los establecimientos, públicos o privados, que tratan a los pacientes, con respecto al peligro de que los conflictos de salud originen juicios que a su vez den lugar a indemnizaciones que podrían entorpecer el otorgamiento de los servicios.

En este mismo proyecto, con el Senador señor Ruiz-Esquide planteamos a los distintos Ministros -en su momento, a los señores Huenchumilla, García, Eyzaguirre- la posibilidad de establecer para ciertas categorías una eliminación o una disminución en dos puntos del 7 por ciento de contribución al FONASA, especialmente para los pensionados más pobres, sobre todo aquellos que reciben una pensión de medio sueldo mínimo o de entre medio sueldo mínimo y un sueldo mínimo.

Ese planteamiento fue recogido en una primera conversación. Sin embargo, luego se nos comunicó que el Gobierno no iba a aceptarlo, por una serie de consideraciones de índole financiera.

Debo destacar que dicha propuesta forma parte del petitorio de la Unión Nacional de Pensionados de Chile. Y sería muy importante que el Senado, en alguna sesión posterior, se abocara a estudiar el planteamiento de los pensionados en general, a sabiendas de que se trata de una demanda muy costosa, pero también muy justa. Nosotros habíamos acotado en forma responsable esta petición que hasta ahora, por desgracia, no ha sido acogida. Hoy hemos enviado una carta a Su Excelencia el Presidente de la República, con la esperanza de que él tenga una mejor comprensión de la justeza de esta solicitud.

Gracias.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ríos.



El señor RÍOS.- Señor Presidente, seré muy breve.

Para la historia de la ley, quiero dejar constancia de que, si bien hay expresiones que podrían aclarar el concepto a que aludiré, de la lectura de los artículos pueden surgir algunas variaciones.

En primer lugar, se deduce nítidamente -de esta manera al menos las entiendo yo, y así las votaré- que todas las disposiciones sobre incorporación de patologías en el Plan AUGE se estiman comprendidas en la responsabilidad del FONASA y de las ISAPRE. No es sólo una acción de ese Fondo. Y de este modo quiero interpretarlo, por cuanto el artículo 2º dice que "Las Garantías Explícitas en Salud serán constitutivas de derechos para los beneficiarios y su cumplimiento podrá ser exigido por éstos ante el Fondo Nacional de Salud o las Instituciones de Salud Previsional", etcétera. Deseo creer que ése es finalmente el criterio de la Comisión y de la norma.

Segundo, el artículo 1° establece: "elaborado de acuerdo al Plan Nacional de Salud y a los recursos de que disponga el país.". Se infiere que la expresión "y a los recursos de que disponga el país" está regida fundamentalmente por los montos establecidos en las normas previsionales y en el Presupuesto de la Nación, en lo que se refiere tanto al sector público como a los recursos de las instituciones privadas. Lo lógico habría sido decir: "y los recursos de salud de que disponga el país", para los efectos de no dar una connotación demasiado extensa a lo que deba incorporarse a las obligaciones de cumplimiento del Plan AUGE.

Quería hacer presente estas dos inquietudes. Y si no hay opinión distinta, pido que queden consignadas en la historia de la ley.

He dicho.

El señor LARRAÍN (Presidente).- A continuación, tiene la palabra la Senadora señora Matthei.



La señora MATTHEI.- Señor Presidente, quién diría, al ver hoy día la Sala, que estamos despachando un proyecto que en su momento generó discusiones apasionadas, amenazas de paro en los hospitales, protestas de los gremios de la salud, votaciones divididas en la Cámara de Diputados, etcétera. Y el Senado lo va a despachar hoy en unos minutos, gracias a que todo viene resuelto prácticamente por unanimidad. Ello se ha logrado por el trabajo muy paciente y flexible del señor Ministro, que posibilitó un buen diálogo; por el de todos cuantos participaron en esta tarea -aludo a Parlamentarios, a todos los asesores, incluidos los del Ministerio de Hacienda, al doctor Hernán Sandoval, quien ideó el tema del AUGE-; y, naturalmente, por la brillante conducción del Presidente de la Comisión de Salud, Honorable señor Ruiz-Esquide.

Todo el mundo sabe que en salud estamos ante un tremendo escalamiento de costos, de alrededor de 10 u 11 por ciento anual. O sea, tanto en el sector privado como en el público tales costos crecen a una tasa insostenible. Tal incremento se debe básicamente al envejecimiento de la población, a que la gente exige sus derechos mucho más que antes, a que hay procedimientos y medicamentos nuevos que permiten descubrir y tratar enfermedades que en el pasado era imposible diagnosticar ni curar y ahora sí, pero a precios muy elevados.

Por lo tanto, se debe hacer un enorme esfuerzo de racionalización para aumentar, en todos los rubros factibles, la eficiencia en salud. La eficiencia se puede incrementar de dos maneras: una, en la administración de salud como tal, lo que no necesariamente se relaciona con temas médicos. Por ejemplo, dotar de agua potable y alcantarillado permite a la población disminuir las enfermedades infecciosas y constituye una buena administración, aunque no tenga nada que ver con prestaciones de salud.

La otra manera consiste en mejorar la eficiencia en la administración de los hospitales y servicios de salud. Ya lo hicimos con la ley sobre autoridad sanitaria, donde avanzamos mucho en el ordenamiento del sector público, del Ministerio de Salud, de los hospitales autogestionados, etcétera.

Yo diría, señor Presidente, que el Plan AUGE es un gran paso para elevar la eficiencia de la administración de salud. Básicamente, se trata de concentrar recursos en aquellas enfermedades que, enfrentadas en forma rápida y oportuna, pueden extender una vida sana o mejorar ostensiblemente la calidad de vida de quienes las sufren. Y, en ese sentido, valga un solo ejemplo: no es lo mismo gastar 10 millones de pesos para tratar un cáncer incurable de una persona de 85 años que destinar la misma cantidad a tratar un cáncer curable en un niño. Creo que esto grafica lo que, en el fondo, pretende hacer el Plan AUGE: invertir recursos donde realmente rindan en materia de salud.

En mi opinión, ésta es una buena idea. La apoyamos desde un principio y creemos que ha sido perfeccionada de manera importante.

También se mejora la eficiencia en la administración de salud mediante la dictación de protocolos. En verdad, muchos desembolsos son absolutamente innecesarios: se practican exámenes y procedimientos superfluos, y todo eso aumenta el gasto. Al disponerse de protocolos y de una atención cerrada, se producen enormes ahorros.

Asimismo, como señalaba el Senador señor Viera-Gallo, se espera que, con una mejor resolución de conflictos, de alguna manera se reduzca la escalada de costos, porque muchos procedimientos y exámenes ordenados por los facultativos son una forma de asegurarse de que el día de mañana no sean objeto de juicios por negligencia médica.

Como señalé, se trata de un muy buen proyecto, y me alegro de que se esté tratando ahora sin ningún dramatismo, porque es la mejor señal de que hemos logrado construir una iniciativa de ley en la cual todos concordamos. Espero que la Cámara de Diputados la ratifique en los mismos términos en que la despacharemos.

Gracias.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.



El señor ESPINA.- Señor Presidente, si uno pudiera señalar el artículo que constituye la columna vertebral de esta iniciativa, tendría que remitirse al artículo 2º, inciso segundo, que expresa: "Las Garantías Explícitas en Salud serán constitutivas de derechos para los beneficiarios y su cumplimiento podrá ser exigido por éstos ante el Fondo Nacional de Salud o las Instituciones de Salud Previsional, la Superintendencia de Salud y las demás instancias que correspondan.".

Éste es el corazón del proyecto, porque, como manifesté con ocasión de la ley sobre autoridad sanitaria y en la discusión general de la iniciativa en debate -que apoyamos desde un comienzo, que perfeccionamos y que cambiamos, por qué no decirlo, en algunos aspectos sustanciales, con relación al texto que venía de la Cámara de Diputados-, no cabe duda de que el mayor avance lo constituye el otorgar a la gente el derecho a ser atendida por determinadas enfermedades. Y ello, con cuatro características que hoy no existen: primera, acceso a la salud; segunda, calidad de la atención que se proporcionará; tercera, la protección financiera, que para muchas familias resulta un drama, porque hay enfermedades que escapan a la posibilidad real de ser atendidas a tiempo y de ser cubiertas con los recursos de que disponen; y cuarta, la oportunidad, en cuanto al plazo de atención, que genera largas listas de espera.

Pues bien, esta iniciativa legal otorga por primera vez derechos específicos a la ciudadanía respecto de un conjunto de enfermedades o problemas médicos que puede sufrir. Ello constituye un cambio radical en cuanto a la forma como se atiende la salud. Pero eso es insuficiente, porque se requiere una buena gestión.

Con el proyecto de ley de autoridad sanitaria, más el que estamos despachando, hemos realizado un gran esfuerzo por avanzar en la obtención de una mejor gestión en los hospitales públicos y también en las clínicas privadas que estén operando en red dentro del sistema de salud, que abarcará desde el consultorio hasta el hospital de nivel uno, que es el de mayor complejidad.

¿Qué persigue la iniciativa, en el fondo? Como en la sociedad chilena existe una multiplicidad de problemas médicos, se establece un tratamiento preferente respecto de los más frecuentes y habituales y de los que producen un mayor impacto sanitario.

¿Quiénes van a determinar los problemas médicos que tendrán un tratamiento preferente? Sobre el particular, hemos hecho un gran esfuerzo para que lo hagan las personas con más experiencia en materia de salud.

Una vez determinados esos problemas, quienes los sufran tendrán derecho a exigir del Estado una atención de calidad y con protocolos médicos que les garanticen una atención que les permita curar su enfermedad o, a lo menos, paliar sus efectos

Asimismo, dispondrán de un tiempo en el cual serán atendidos, evitando que se juegue al "compra huevos" con los pacientes, como ocurre hoy día, en que permanentemente son trasladados de un hospital a otro.

También los enfermos tendrán la seguridad de que ni ellos ni su familia se van a empobrecer por años, porque va a existir una protección financiera, con un límite de recursos de que se disponga para pagar.

Creo que el solo hecho de que la sociedad chilena esté hoy, a través del Gobierno y del Parlamento, aceptando el reto de otorgar el derecho a acceder a una atención con estas características es un avance gigantesco. Constituye no sólo un enorme desafío para el Estado, que va a tener que ser eficiente, sino también, y particularmente, para los funcionarios del sistema de salud, porque deberán responder a las expectativas de la opinión pública. Ello envuelve un cambio cultural de la sociedad, porque habrá que acostumbrarse a recurrir a la red de atención de salud, de acuerdo con el procedimiento de ingreso, que empieza en los consultorios. De esa manera se va a evitar que, por no concurrir al lugar que corresponde, se produzcan atochamientos que imposibilitan una adecuada atención.

En síntesis, señor Presidente, me alegro mucho de haber formado parte de la Comisión de Salud durante la tramitación de este proyecto de ley. Creo que la labor, como destacó la Honorable señora Matthei -que también se desempeñó como Presidenta y cumplió un papel notable junto al actual Presidente, Honorable señor Ruiz-Esquide-, fue francamente beneficiosa. Considero que se está haciendo un gran aporte al país.

Por último, quiero señalar que si todas las iniciativas de ley se tramitaran con la voluntad exhibida en esta oportunidad,...

El señor LARRAÍN (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.

El señor ESPINA.- ¿ podríamos despachar muchos proyectos igualmente beneficiosos para Chile.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Boeninger.



El señor BOENINGER.- Señor Presidente, junto con adherir a lo expresado por los Honorables colegas de la Comisión de Salud, deseo destacar también el espíritu de trabajo serio y la enorme voluntad de llegar a acuerdos con que en ella se laboró durante muchos meses, tanto en este proyecto como en los anteriores, referentes a la autoridad sanitaria y a la ley corta de las ISAPRE.

Ciertamente, me sumo no sólo a las felicitaciones a los Presidentes de la Comisión -ahora el Honorable señor Ruiz-Esquide y con anterioridad la Senadora señora Matthei-, sino que también las hago extensivas al señor Ministro de Salud, a don Hernán Sandoval, a don Manuel Inostroza, a don Marcelo Tokman y a los demás asesores que participaron activamente.

No obstante haber ya opinado sobre el fondo de la iniciativa cuando se aprobó en general, quiero destacar, en forma sucinta, cuatro puntos.

Considero que el proyecto, junto con las leyes que despachamos anteriormente, tiene la potencialidad de ser el punto de partida de una verdadera revolución en la atención de salud. Y creo que lo hemos logrado, a lo menos en cuatro puntos.

Primero, se permite que la política de salud pueda ser llevada adelante de acuerdo con prioridades sanitarias, elaboradas de manera participativa, con el máximo de antecedentes científicos, de costos, etcétera.

Segundo, se otorga derecho de acceso, derecho a la calidad y garantías explícitas de oportunidad y de financiamiento.

Tercero, con el proyecto de autoridad sanitaria hemos realizado un avance muy importante en cuanto a mejorar sustancialmente la eficiencia de la gestión.

Y cuarto, el conjunto de todo esto, como dije al comienzo, implica potenciar un salto cualitativo en la salud.

Sin embargo, quedan fuera de la capacidad de operación de todo el sistema algunas tareas pendientes, entre ellas, y una de las más relevantes -en lo cual todos en la Comisión estuvimos de acuerdo-, la destinada a mejorar muy especialmente la calidad de la atención primaria.

Muchas gracias.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ávila.



El señor ÁVILA.- Señor Presidente, no quiero ser el aguafiestas de esta verdadera celebración consensual, pero pienso que es legítimo que apunte hacia un aspecto que ha sido ya definitivamente olvidado en todos los discursos que he oído esta tarde.

No puedo dejar de lamentar el hecho de que los acuerdos, respecto de los cuales muchos señores Senadores se han felicitado por alcanzarlos, se hayan logrado sobre la base de hacer sucumbir el Fondo de Compensación Solidario, que, en mi concepto, era el alma del proyecto.

El abandono de ese principio en una materia tan esencial y tan sensible resulta muy lamentable. A partir de esa abdicación, todo transitó por un camino pavimentado. Y esto se repite una y otra vez. Cuando la Derecha logra salvar aquellos aspectos que pudieren lesionar algún interés económico, entonces, en ese minuto, se torna generosa, brinda los acuerdos y es posible arribar a soluciones aparentemente muy satisfactorias.

Pero ocurre que en este momento, cuando ya se tiene conocimiento de que el trámite del proyecto está arribando a su finalización, no sólo están contentos algunos sectores que sin duda se van a beneficiar, sino que también saltan de alegría los dueños de las ISAPRE. ¡Lograron su propósito! Esto es, que no se incluyese el Fondo de Compensación Solidario. Ése era el punto central. Ahí estaba el nudo del problema. Superado aquello, ya los dueños de las ISAPRE, con satisfacción, dicen: "Niños, lleguen a todos los acuerdos que ustedes quieran. Ya hemos salvado lo que a nosotros más nos preocupaba".

Por supuesto que, resuelto ese problema, todo lo demás es de fácil acuerdo, porque son mecanismos que permiten el funcionamiento de cierta idea, siempre con el mayor concurso del sector público en materia de aportes. El ámbito privado se resta de colaborar en un sistema de salud que está marcado por las gravísimas diferencias económicas existentes en la población. De ahí, entonces, que tenemos salud estratificada según la condición económica de los habitantes del país y no hemos conseguido¿

El señor LARRAÍN (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.

El señor ÁVILA.-¿un logro sustancial, que consistía en incorporar el principio de solidaridad en el proyecto, que, en mi concepto, emerge a la vida legal despojado de su esencia.

Por esa razón, y dado que la aprobación de la iniciativa no corre ningún riesgo, como una simple señal de protesta por la situación que he indicado, me abstengo.

El señor LARRAÍN (Presidente).- No estamos en votación, Su Señoría.

El señor ÁVILA.- Igual dejo constancia de ello.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.



El señor PROKURICA.- Señor Presidente, después de escuchar el discurso de quien me antecedió en el uso de la palabra, me doy cuenta de lo fácil que es destruir el tremendo trabajo realizado en la Comisión de Salud.

Tuve que reemplazar a algunos de los miembros de ese órgano técnico y me consta que no fue fácil llegar a los acuerdos y a las soluciones que el proyecto contempla para tanta gente que hoy día hace fila esperando ser atendida en el sistema público de salud.

Es muy fácil criticar. Me habría gustado que ese señor Senador hubiese asistido a la Comisión y entregado su aporte, en vez de hacer críticas ahora, destruyendo el trabajo de mucha gente, tanto de Gobierno como de Oposición, con descalificaciones francamente infundadas.

Solicito a los representantes del Gobierno presentes en la Sala que, en lo posible, se tenga la misma disposición en otros temas, porque el país necesita construir acuerdos en todas las áreas. No ayudan, ni mucho menos, las descalificaciones y críticas destempladas. Lo único que consiguen es destruir la labor realizada durante largo tiempo por diversos señores Senadores.

La Honorable señora Matthei me pide una interrupción, la que concedo con mucho gusto.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Con la venia de la Mesa, tiene la palabra Su Señoría.



La señora MATTHEI.- Señor Presidente, sostener que el Fondo de Compensación Solidario era el alma del proyecto AUGE sólo refleja la ignorancia que suele exhibir alegremente en esta Sala el Senador señor Ávila e implica menospreciar demasiado dicho Plan, por sobre toda la concepción que tiene en cuanto a un ordenamiento respecto de las enfermedades que deben tratarse con ciertas garantías explícitas y, también, con otras que se incluyen.

En primer lugar, debo señalar que la Concertación tenía los votos suficientes para aprobar el Fondo de Compensación Solidario y no requería los de la Oposición. Por lo tanto, si el Gobierno decidió conversar con nosotros fue pensando en que ello era lo mejor para el futuro de la iniciativa, y no porque necesitara nuestro apoyo, ya que es una materia de quórum simple, no calificado.

En segundo término, recordemos que para financiar el Plan AUGE aumentamos el IVA en un punto, lo que significa una recaudación adicional de 300 millones de dólares. El Fondo de Compensación Solidario no representaba más de 18 mil millones de pesos; es decir, cerca de 25 millones de dólares. En otras palabras, estamos hablando de apenas 8 por ciento de un punto del IVA.

Decir que ese 8 por ciento de financiamiento era el "alma" del Plan AUGE, sólo refleja la ignorancia absoluta del señor Senador que lo sostiene.

En tercer lugar, la solidaridad está plenamente presente en el proyecto de ley. Tanto es así que los afiliados de las ISAPRE, aunque sean de clase media baja, deberán pagar de su bolsillo una prima extra por el Plan AUGE. En cambio, a los del FONASA se los costearemos entre todos los chilenos por la vía del aumento del IVA. Ellos no aportarán un peso más del 7 por ciento actual en salud; recibirán la cobertura del AUGE en forma gratuita.

Como señalé, los cotizantes de las ISAPRE harán un pago adicional que saldrá de sus propios bolsillos. Pero no era suficiente. Se pretendía que pagaran el triple, lo cual significaba una expropiación absoluta.

Nosotros advertimos que lo que se intentaba hacer con ese Fondo era inconstitucional. Y anunciamos que recurriríamos al Tribunal Constitucional. ¡Eso fue lo que dijimos! Entonces, el Gobierno prefirió evitar ese conflicto y conformarse con el aumento del IVA, que efectivamente permitirá financiar el Plan AUGE para la gente acogida al FONASA.

En mi opinión, ya lo que la iniciativa otorga a los beneficiarios del Fondo Nacional de Salud es injusto para los afiliados de las ISAPRE. Por ejemplo, una persona de clase media que gana 400 mil pesos mensuales -que sin duda no es una persona rica- y está en una ISAPRE, deberá pagar por la cobertura del Plan AUGE. Pero quien perciba igual remuneración y pertenezca al FONASA, no pagará nada.

Así que, antes de hablar y "aguar la fiesta", sería bueno que el Senador señor Ávila se informara.

El señor ÁVILA.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría, para vindicar su nombre.

El señor ÁVILA.- Señor Presidente, la Senadora señora Matthei me descalifica por el hecho de haber formulado una crítica completamente legítima.

A mi juicio, el alma del proyecto estaba en introducirle un principio solidario que me parece esencial en una materia de esta índole. Evidentemente, al despojarlo del Fondo de Compensación Solidario se perdió la posibilidad, al menos en este ámbito, de producir aunque fuera una mínima redistribución de la riqueza, que se halla concentrada, de manera brutal, cada vez en menos manos.

Una alternativa de esa naturaleza la brindó, en su momento, esta iniciativa. Pero no puede desconocerse el hecho de que las ISAPRE presionaron con todos los medios a su haber para que el Gobierno se disuadiera de continuar con la propuesta acerca de este punto. Incluso, como la propia Senadora señora Matthei lo recuerda hoy, se chantajeó con apelar al Tribunal Constitucional.

La señora MATTHEI.- ¡No fue un chantaje!

El señor ÁVILA.- Por desgracia, el Ejecutivo renunció a perseverar en esa proposición.

Ahora, naturalmente, se acuerda todo. ¡Muy fácil, por supuesto, porque ya ciertos intereses muy poderosos estaban salvaguardados!

Es probable que lo que estoy diciendo moleste a algunos oídos sensibles. Pero es una crítica legítima, no gratuita, porque está basada en elementos de la realidad perfectamente constatables.

He dicho.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.



El señor ESPINA.- Señor Presidente, como miembro de la Comisión de Salud, no tengo por qué aceptar la afirmación de quien me antecedió, en orden a que las votaciones que realizamos tenían por objeto defender intereses particulares, y en especial de grupos económicos que controlan las ISAPRE.

¡Ninguno de los señores Senadores que participaron en la Comisión defendió intereses particulares distintos del interés mayoritario y común de la gente que debe atenderse en el sistema de salud!

El señor ÁVILA.- ¡Ése es el discurso!

El señor ESPINA.- Respecto del tema en cuestión, señor Presidente, debo expresar que la solidaridad de este proyecto reside precisamente en lo que se llama "prima universal", que se mantiene intocada. Ella significa que todos los chilenos, cualesquiera que sean su edad o sexo, van a pagar la misma cantidad de dinero por recibir la atención médica de las enfermedades contempladas en el Plan AUGE.

Ése es un principio de solidaridad que queda claramente demostrado en el texto.

En cuanto al Fondo de Compensación Solidario, lo que objetamos fue que la gente de clase media del país, que gana entre trescientos y quinientos mil pesos por grupo familiar y que, con gran esfuerzo, se encuentra afiliada a una ISAPRE, tuviese que aportar recursos adicionales al 7 por ciento, con lo cual perdía -por el aumento del costo de su atención de salud y su programa- la opción de mantenerse en el sector privado y estaba prácticamente obligada a cambiarse al FONASA. ¿Por qué? Porque de este modo subiría el valor de su prima universal y seguiría pagando el 7 por ciento.

¡Esas personas, que con sacrificio habían logrado incorporarse a una ISAPRE, habrían tenido que meterse la mano al bolsillo y poner dinero adicional!

Cuando alguien, de la misma condición económica indicada, opta por el sistema FONASA, aumenta el costo de su prima universal y no está obligado a realizar un nuevo aporte: se lo ponen todos los chilenos, incluso los más pobres, a través de los impuestos. Pero, como dije, si esa misma persona decidía permanecer en la ISAPRE, iba a tener que meterse la mano al bolsillo y pagar más por su sistema de salud.

En consecuencia, es una falsedad...

El señor NARANJO.- ¿Estamos en la hora de Incidentes, señor Presidente?

El señor ESPINA.- Estoy hablando, Su Señoría. Yo respeto su derecho cada vez que interviene.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Ruego al Honorable señor Naranjo guardar silencio.

El señor NARANJO.- ¡Es que no hay tiempo!

El señor ESPINA.- Por esas razones, constituye una falsedad sostener que algún miembro de la Comisión haya defendido intereses particulares, ni de ISAPRES ni de ningún organismo de esa naturaleza. Ha habido un debate legítimo sobre un tema respecto del cual puede haber distintas visiones.

Es inaceptable que, cada vez que en el Congreso se vota en conciencia, pensando sólo en cómo defender a la gente, exista el ánimo de descalificar el que uno tome una posición determinada. ´

Tampoco puedo aceptar -porque la idea de acudir al Tribunal Constitucional fue mía- que se diga que es un chantaje querer recurrir a un organismo consagrado en la Constitución Política, respecto de una medida que, a mi juicio, significaba expropiar a las personas modestas una parte de su cotización de 7 por ciento.

¿Es un chantaje recurrir a ese Tribunal?

El lenguaje descalificador fue el que arruinó la democracia del país. Según el Senador señor Ávila, cuando él habla tiene la razón. Entonces, es pura democracia. Pero cuando los demás planteamos algo distinto, ¡o defendemos intereses de grandes grupos o chantajeamos al Estado!

De esa manera, señor Presidente, no se legisla con seriedad.

Por lo tanto, rechazo categóricamente las expresiones insolentes que se han vertido. Ellas no corresponden a la realidad y demuestran que para poder hablar de un tema, a lo menos se debe haber leído las Actas donde constan las argumentaciones que se dieron sobre esa materia.

El señor LARRAÍN (Presidente).- Quiero informar a los señores Senadores que cuando alguien hace uso del derecho a vindicar su nombre, dispone de hasta 10 minutos para ello.

Tiene la palabra el señor Ministro.

El señor GARCÍA (Ministro de Salud).- Señor Presidente, preferiría aguardar hasta el final de la presentación de los señores Senadores.



El señor LARRAÍN (Presidente).- Señor Ministro, debo poner en su conocimiento que, como el Honorable señor Ruiz-Esquide se desistió de abstenerse respecto de una de las normas ¿por ello, el texto no contaba con aprobación unánime-, al retirar esa abstención el proyecto ha quedado aprobado en particular. De manera que, a estas alturas, puedo señalar que ha finalizado su trámite en Comisión. En el momento en que se solicitó la unanimidad, ésta se obtuvo mediante el pronunciamiento de 34 señores Senadores, que están registrados y son los mismos que participaron en la votación anterior.

Por tal motivo, le ofrezco la palabra, señor Ministro.

El señor GARCÍA (Ministro de Salud).- Señor Presidente, deseo manifestar mi agradecimiento y decir que se ha efectuado un trabajo extremadamente riguroso por parte de todos los miembros de las Comisiones de Salud y de Hacienda, el que ha sido bastante más complejo de lo que pudiera parecer.

Aquí hemos analizado diversas materias, lo que demuestra ¿quiero rescatar esto- que la esencia del proyecto es alcanzar mejores niveles de equidad, accesibilidad y transparencia en la atención de salud.

Ciertamente, se busca también aumentar la eficiencia, pero los factores mencionados anteriormente tienen prioridad sobre ésta. Creo que eso se está logrando. Y me alegro mucho de que ello sea posible en el ámbito de un altísimo grado de consenso.

No puedo dejar de manifestar nuestra desazón al no haberse aprobado lo relativo al Fondo de Compensación Solidario. Debo reconocer que estábamos conscientes de tal posibilidad. Sin embargo, por existir otras materias bastante más sustantivas, como las ya indicadas -cuyo propósito, repito, es generar mayores niveles de equidad y de transparencia para las personas-, y ante la eventualidad de que no obtuvieran los quórum necesarios y se perdiera la ocasión de que los chilenos y chilenas tuvieran mejores niveles de garantía en su atención de salud, en cuanto a acceso, oportunidad, calidad y garantía financiera, el Gobierno estimó preferible privilegiar estos últimos objetivos y está seguro de que la gente saldrá ganando con ello.

No me queda más que agradecer profundamente los esfuerzos de cada uno de los señores Senadores que participaron en la discusión en la Comisión de Hacienda y, sobre todo, en la de Salud, como también a los funcionarios de las Secretarías técnicas de ambas Comisiones, quienes realizaron una ardua labor para lograr acuerdos en materias que han sido extraordinariamente complejas, y en donde pusieron lo mejor de sí para beneficio de los chilenos y chilenas.

Muchas gracias. El señor LARRAÍN (Presidente).- Queda despachado en particular el proyecto.