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Aprovechemos positivamente otra fiesta cívica

Por Andrés Zaldivar, Presidente del Senado

25 de mayo de 2017

Imagen foto_00000002Después de participar en la ceremonia de conmemoración de las Glorias Navales y de ver el espíritu cívico con que se vivió esta efeméride en distintos lugares del país, tengo el convencimiento de que, como chilenos, hemos recuperado una parte de nuestra historia. Y precisamente ahora, en que celebramos el Día del Patrimonio, es importante destacar que fechas históricas, como el 21 de mayo y otras, son una parte muy importante de ese acervo cultural que nos identifica como nación y que debemos esforzarnos por preservar.

 

Lo que ocurrió en Iquique, Valparaíso, Talcahuano y otras ciudades el domingo pasado fue una verdadera fiesta, en que los invitados de honor fueron familias enteras que se volcaron a los puertos y plazas donde se rindió homenaje a quienes fueron protagonistas de un episodio ícono de nuestra historia. Un capítulo que, pese a estar marcado por una derrota, refleja valores que las nuevas generaciones harían bien en apreciar y proyectar: el amor a la Patria, la lucha por los ideales, el arrojo y la valentía, entre otros.

 

Además de ese público entusiasta, las escuelas matrices de las Fuerzas Armadas, Bomberos, colegios, conjuntos folklóricos y organizaciones sociales se “tomaron” la jornada y brindaron un bello espectáculo. Asimismo, ministros y parlamentarios estuvieron presentes en los distintos actos, lo que contribuyó a generar una mayor cercanía entre la comunidad y sus autoridades. 

 

Hoy, en el ínterin entre el reciente 21 de mayo y la cuenta presidencial programada para el 1 de junio, no puedo sino expresar una vez más mi alegría ante la decisión adoptada en abril por el Congreso, que permitió separar ambos hitos, con la finalidad de dar a cada uno el realce que merece. Así, en unos días más los chilenos podremos centrar la atención en otro evento relevante para nuestra tradición republicana.

 

Conocer el informe que el Presidente o Presidenta de la República entrega sobre el estado administrativo y político de la Nación es, por cierto, un acto de la mayor trascendencia, pues nos afecta a todos como ciudadanos interesados en lo que ocurre en los temas que nos atañen. Salud, educación, trabajo, economía, desarrollo social, seguridad pública y muchos otros tópicos están presentes en un discurso al que vale la pena poner atención, independientemente de la ideología política, de la ocupación o del nivel socioeconómico de cada persona. El mensaje presidencial está dirigido a todos quienes viven en este país y lo sienten como suyo.

 

La cuenta pública es, entonces, una oportunidad para informarnos y analizar, con la mayor objetividad y madurez posibles, los avances y tareas pendientes que nuestro país tiene de cara al futuro. Y esa información es importante también para que cada uno haga su propia evaluación y sobre la base de ella tome la decisión que crea adecuada a la hora de entrar a las urnas para elegir a sus representantes. De ahí que el llamado sea a vivir este 1 de junio como otra fiesta cívica, una que en vez de evocar el pasado mira al presente y al futuro, pero que también debería sacar lo mejor de los chilenos y no ser el pretexto para el actuar de vándalos e intolerantes. De todos depende aprovechar positivamente esta oportunidad.

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