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  Asunto de responsabilidad

  Por Antonio Horvath, senador por la Región de Aysén

18 de noviembre de 2010

ImagenEl perro es el mejor amigo del hombre. Mientras más conozco a los hombres, más quiero a mi perro, frase que se le atribuye al filósofo Arthur Schopenhauer. El tema y el problema no están en el perro, sino en el hombre. Es capaz de usar este lazo hasta convertirlo en un peligro para sus semejantes. En prepararlo para que ataque e incluso a que llegue a matar personas. También se convierten o adiestran como perros guías para ciegos y constituyen compañía invaluable para muchas personas.

 

Las terribles muertes de la joven veterinaria Loreto Saavedra junto a su madre, por un ataque de 7 perros bravíos conmocionó al país y al mundo. Más aún, ella era una amante de los canes y los protegía.

 

En los medios de comunicación se levantó una oleada y muchos afirmaron que "una ley al respecto" dormía en el Congreso, y el Gobierno le iba a poner urgencia. Seria anómalo legislar por cada noticia y hecho conmovedor.

 

No hay tal vacío legal, el Código Penal es claro; el que matare a otro con un arma o cualquier otro medio tiene sanciones y privación de libertad. Lo grave es que los perros habían realizado ataques anteriores y no se actuó con oportunidad, lo que a estas alturas sirve como un agravante para el responsable, que es en definitiva: el dueño. Y este se encuentra preso. Del mismo modo el Código Civil establece la responsabilidad por daños.

 

Lo que corresponde y -como un reconocimiento a las víctimas- es dictar los reglamentos de la ley de Protección Animal, que entre otros acápites establece la tenencia responsable, el constituir un Consejo de Bioética Animal y también es la oportunidad de confeccionar un texto refundido de todas las leyes que nos vinculan con el mundo animal y las mascotas.

 

Este compendio que incluye los reglamentos será de alta importancia para educar a las comunidades y los medios, así como para aumentar la conciencia y la responsabilidad ciudadana.

 

Los perros sanos que sueltan o abandonan los dueños constituyen el mayor peligro, los perros vagos son al igual que los vagabundos humanos poco peligrosos y más bien sujetos de caridad. Este tema se resuelve con esterilización, procesos de adopción y, valga la reiteración, con tenencia responsable, más que cuidarse de los perros hay que cuidarse de sus dueños.

 

La valoración y protección de los animales constituye en primer lugar un tema ético, el respeto a la vida. Los animales son capaces de sentir y no podemos ocasionarles un sufrimiento innecesario. Permitir el maltrato y crueldad con los animales es siempre dañar la primera barrera de que inevitablemente terminen atacando a sus semejantes. Además, en todo producto o servicio se exige la trazabilidad, es decir saber o no si se han utilizado animales y en qué forma, lo que desde luego más aún vale para nuestra relación entre seres humanos.

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