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  Avanzando hacia un cambio cultural

  Por Ricardo Lagos, senador por la Región de Valparaíso

28 de octubre de 2010

ImagenLa violencia intrafamiliar o la violencia con las mujeres ha existido desde tiempos inmemoriales, pero hace 20, 30 años, o 15 años la violencia contra las mujeres estaba en la página rosa. Se leía "por celos" o "por algo habrá sido". No tenía la concepción que tiene hoy día de un delito.

 

Hemos llegado a definir un concepto nuevo: "femicidio". Porque se atenta contra una mujer. No es solamente un ser humano; es una mujer. Y eso se hace a partir de generar consciencia.

 

La Presidenta Michelle Bachelet, cuando años atrás habló de tener un gabinete paritario, fue para reflejar la importancia de igualdad entre hombres y mujeres. Fue objeto de mofa; fue poco comprendido; fue aplaudido en otros sectores. Pero lo importante es que la Presidenta Bachelet, con esa política, dejó plasmado en la parte de atrás de la cabeza de chilenas y chilenos, que la mujer debía estar representada en los distintos estamentos de Chile. Y cuando el Presidente Sebastián Piñera nombra su Gabinete, una de las preguntas que surge, más allá si son buenos los nombramientos o si nos gustan o no, es cuántas mujeres hay en ese Gabinete, porque ya quedó instalado en la sociedad chilena que la mujer tiene que tener un rol.

 

Extiendo mis felicitaciones no solamente a la Ministra actual, que fue la que tuvo la capacidad y la voluntad de poner este proyecto en discusión en el Parlamento y sacarlo con prontitud, sino que también al trabajo realizado con antelación.

 

Acá hay un tema jurídico que es el que se está cautelando. Y el bien jurídico protegido es la mujer. Hay un perfeccionamiento. Se extiende el concepto de parricidio a los ex convivientes y ex maridos. Hay una serie de otros criterios penales, que son importantes y discutibles a ratos, pero que creo que toman una visión y un valor que comparto.

 

Lo que está haciendo este proyecto es hacerse cargo de lo que se entiende como una realidad, una injusticia, una debilidad a la hora de definir lo que son las posiciones de fuerza de nuestra sociedad entre hombres y mujeres.

Pero cuando hablamos de políticas públicas, es importante que los gobiernos o los liderazgos asuman un papel para generar consciencia en la sociedad. No sirve solamente tener un buen proyecto o una ley aprobada, si no entramos de lleno a lo que son los cambios culturales, a la educación, a los valores.

 

No me cabe duda que tal vez aquellos oficiales o aquellos hombres adultos o aquellas mujeres maduras ya no van a cambiar, pero el esfuerzo hay que hacerlo respecto de las nuevas generaciones. ¡Pero no es tarde nunca!

 

Y eso se hace desde la educación y el liderazgo. Se puede cambiar la manera de pensar y ver las cosas, incluso con aquellos que han sido criados y educados de cierta forma.

 

Esta legislación es importante, pero cuánto más importante va a ser como simplemente si vamos a tener los recursos para que el SERNAM haga su trabajo como corresponde; si los tribunales de justicia van a aplicar la ley como se espera que lo hagan, y si vamos a tener los recursos para capacitar y educar a nuestros hijos y a nuestros pares en el respeto a la mujer.

 

Esto que es un avance sustantivo para Chile. Nos falta mejorar aún muchas cosas más: las remuneraciones de las mujeres; el trato real de las mujeres; darles la oportunidad para que se integren al mercado laboral; crear más salas cunas y jardines infantiles para eso; dar más financiamiento para la educación superior.

Pero, mientras tanto, seguimos caminando.

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