Ley de Presupuesto 2015 ingresará hoy a trámite en el Congreso

Tal como ocurre –en forma periódica- desde 1834, es costumbre que el Ministro de Hacienda, exponga ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, compuesta por 13 senadores y 13 diputados el Estado de la Hacienda Pública.

Esta cuenta sobre el análisis y las perspectivas de la situación económica del país, acompaña a la presentación ante el Congreso del proyecto de ley de Presupuesto 2015 y marca el inicio de la tramitación de una de las leyes más importantes de la República.

Este martes 30 de septiembre, a la medianoche, se cumple el plazo para que ingrese al Parlamento la mencionada iniciativa que contiene las partidas presupuestarias para cada uno de los Ministerios y el Tesoro Público.

De acuerdo a lo expresado por diversos integrantes de la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, tales como, los senadores Eugenio Tuma, Ricardo Lagos Weber, Andrés Zaldívar, Carlos Montes y Jorge Pizarro, se espera que sea un erario con un fuerte crecimiento en el gasto fiscal para 2015, enfocado en la inversión pública.

No obstante, el Vicepresidente del Senado, Eugenio Tuma, expresó la molestia que existe con el ministro Alberto Arenas por la falta de información sobre los énfasis del erario, ya que los parlamentarios de la Nueva Mayoría solicitaron datos previos e incluso una reunión la semana recién pasada la que nunca se concretó.

“El secretismo no es un buen consejero” argumentó y agregó que la Cámara Alta “no puede, ni debe ser el buzón del Ejecutivo, por eso era necesario que el ministro Arenas escuchara la opinión de los legisladores”.

Los senadores de la Nueva Mayoría habían solicitado previo a la presentación a Hacienda los énfasis en programas para reactivar la economía, inversión social, salud, educación y vivienda, entre otras materias, pero solo conocieron “lineamiento generales”, dijo.

 En tanto, el senador Lagos Weber quien preside la Comisión Especial Mixta de Presupuestos consideró que “el gasto público no debería crecer menos de 8%”.

En ese sentido, dijo que si bien la participación del sector público representa un 22% del PIB, el impulso y las señales que genere la mayor inversión pública “son muy relevantes para el sector privado”.

En tanto, según el senador Montes el gasto público debería crecer en torno al 7%  y es importante que el proyecto esté “enfocado en inversión para ayudar a la reactivación de la economía y también se espera un fuerte énfasis en educación por el hecho de que se está haciendo una reforma que apunta a mejorar la calidad”.

El legislador argumentó que en una coyuntura de ciclo lento, se debe aplicar una regla contra cíclica y para ello se debe financiar con recursos provenientes de los Fondos de Estabilización Económica y Social (FEES) y también con los recursos que entrega la recientemente aprobada reforma tributaria.

A su turno, el senador Pizarro, señaló que “este Presupuesto 2015 es el primero realizado por el gobierno de la presidenta Bachelet y por ende es el pilar de inicio del cumplimiento de los compromisos programáticos ya enunciados el 21 de mayo pasado”.

“Con la Reforma Tributaria tenemos US$ 2.300 millones adicionales para este presupuesto 2015 anti-cíclico y eso  es un avance, acción que se diferencia claramente de la administración Piñera donde la inversión pública decrecía en -6% y además, se sub-ejecutaba al hacer el balance de cada año”, dijo.

En esa línea, el legislador puntualizó que se debe apoyar a las empresas mipymes para que puedan fortalecer su desarrollo productivo; y desde el ministerio de Economía y SERCOTEC potenciar el apoyo para las empresas de menor tamaño que se desarrollan en regiones y en sectores emergentes como el turismo.

Cabe señalar que una vez ingresado el proyecto se pondrá en marcha el trabajo de las cinco Subcomisiones Especiales Mixtas de Presupuestos que serán las encargadas de analizar el detalle de los programas, partida por partida y emitir los respectivos informes que serán revisados por la Comisión Especial Mixta de Presupuestos.

El Congreso tiene un plazo de 60 días para despachar esta iniciativa, de modo que se espera que durante el mes de noviembre,  sea vista por las respectivas Salas del Senado y de la Cámara de Diputados.

Si bien en los distintos Reglamentos Constitucionales y Constituciones entre 1811 y 1828 se delinearon las disposiciones iniciales de la distribución de la Hacienda Pública y las atribuciones del Congreso Nacional no fue sino hasta 1834 que el ministro de Hacienda de la época,  Manuel Rengifo Cárdenas redactó la primera Memoria de su cartera, con fecha 4 de octubre de 1834, la que fue leída ante el Senado, el 8 de octubre de 1834.

Fue la primera vez, en que un titular de las Finanzas entregó una cuenta de ese tipo ante el Congreso, costumbre que se ha mantenido invariable a lo largo de estos 180 años, pese a algunas interrupciones motivadas por confrontaciones civiles y militares, tales como la Guerra Civil de 1891 y el golpe militar de 1973.

Pero en 1834, el informe que entregó el ministro Rengifo a los senadores podría calificarse de “desolador” tras el cruento periodo 1823-1830 conocido como la "anarquía" o "Lucha por la Organización del Estado". Según algunos historiadores el gasto fiscal hacia 1810 no superaba los $600.000 pesos de la época y las deudas contraídas con bancos extranjeros hacia 1830, según detalla Rengifo en su memoria superaban los $5.000.000 de pesos de la época.

Por lo tanto, la estrechez del erario nacional era más que aguda -con sueldos impagos de las Fuerzas Armadas y del sector público agobiados con las guerras de la independencia-. Con hospitales y escuelas por cerrar y la Aduana en ruinas.

No obstante, Rengifo se las arregló para organizar las cuentas públicas y delinear lo que se convertiría en el primer proyecto de ley de Presupuesto.

El ministro Rengifo hizo la primera y, no por ello menos exigente, comparación estadística del presupuesto de gastos de la nación con el producto de las rentas y, entre sus medidas, se abocó a reducir la planta del Ejército y eliminar a los funcionarios superfluos.

No importaba si eran parientes suyos, ni las súplicas de sus madres y esposas. Se hizo implacable y “nadie se atrevió entonces a llegar con atraso o hacer tertulias en el lugar de trabajo. Enseguida suprimió los taquígrafos del Congreso, y por decreto ordenó que hasta la más ínfima orden de pago debía llevar su firma”.

Su férrea disciplina le hizo acreedor de numerosos apelativos, el más conocido era el “mago de las finanzas”. Durante su gestión se reinició el servicio del empréstito inglés y se redujo la deuda flotante en más de un millón de pesos de la época, mientras que en Tesorería quedó un superávit de doscientos mil pesos. Meta alcanzada en sólo cuatro años y cuya realidad se reflejó en el valor de los billetes de la Deuda Interior, que remontó desde el 24 al 68%.

Eso le permitió ordenar las cuentas sin recurrir a nuevos impuestos. Incluso fue abolido el derecho de alcabala, que gravaba los productos agrícolas. La medida fue muy celebrada en el mercado popular de la Plaza de Abastos porque produjo el abaratamiento del costo la vida decimonónica.

 De igual modo fueron rebajadas las patentes de bodegones, cigarrerías y negocios minoristas (ley de 30 de agosto de 1833). Este estímulo al comercio se extendió a las industrias con el otorgamiento de exenciones y privilegios que vigorizaron la minería, la pesca y la marina mercante.  A esto se sumó la implementación de uno de los proyectos más ambiciosos de Rengifo: los Almacenes de Depósito, que significaron que el movimiento marítimo de Valparaíso aumentara casi al doble en tres años.

Hacia 1845 ya se había internalizado esa noción de ‘orden y austeridad en las finanzas públicas’ y por ejemplo, la “Lei de Presupuestos para los gastos jenerales de la administración pública” de ese año, contemplaba  recursos por $3.560.260 con 6 y medio reales de la época.

Para ese entonces ya se observa una organización por partidas ministeriales, con parámetros e identificación de los gastos en sueldos, gastos de escritorios, amortizaciones de deuda e imprevistos. Los mayores montos asignados estaban en los Ministerios de Hacienda y el de Guerra y Marina.

En la Recopilación de Leyes y Reglamentos de Anguita se consigna que, a partir de 1834 se estipula un "Presupuesto Jeneral de Gastos" el que abarcaba un periodo de 18 meses. En estos casos existen leyes para los siguientes años: 1834, 1835, 1839, 1841, 1842, 1843, 1844, 1848, 1849, 1850, 1851, 1857, 1858, 1860, 1861, 1862, 1863, 1864, 1865, 1866, 1867 y 1868 e ininterrumpidamente entre 1870 a 1890.