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Banco Central rebaja proyecciones de crecimiento a un rango entre 2,5 y 3,5% para este año

La estimación del IPOM de junio es menor a la dada a conocer en marzo pasado cuando se previó una expansión entre 3 y 4%.

16 de junio de 2014

Imagen foto_00000027El Informe de Política Monetaria, IPOM de junio, dado a conocer ante la Comisión de Hacienda del Senado, consigna que “en los últimos meses, la actividad y la demanda  interna continuaron mostrando un proceso de desaceleración y que a la caída de la inversión que se ha arrastrado por algunos trimestres se sumó un menor desempeño del consumo privado”.

 

Así lo aseguró el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, al dar a conocer el recorte de las proyecciones de crecimiento para este año, a un rango entre 2,5 y 3,5%. Agregó que la inflación ha aumentado hasta valores por sobre el 4% en mayo, debido principalmente al traspaso a precios finales de la depreciación del peso.

 

La estimación de crecimiento es menor a la entregada en el mes de marzo pasado cuando el instituto emisor entregó un rango proyectado de entre 3 y 4%.

 

El IPOM fue presentado en conjunto con el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre del año y agrega que la proyección de la inflación de 4% “es una situación es transitoria y que en el curso del año 2015 la inflación seguirá reduciéndose, llegando a valores de alrededor de 3% en el primer semestre y que permanecerá en ese nivel hasta fines del horizonte de proyección, que en esta ocasión es el segundo semestre del año 2016”.

 

El titular del BC agregó que “el comportamiento de la inflación ha ocurrido en un contexto en que  la evolución de la actividad y la demandan implican una menor utilización de la capacidad instalada”.

 

Respecto de la actividad, el IPOM dice que creció 2,6% anual en el primer trimestre del  año, resultado que si bien estuvo en línea con lo proyectado en marzo, tuvo cambios de composición, porque hubo mayor crecimiento de rubros relacionados con el sector externo y uno menor en aquellos ligados con la demanda interna, en especial los servicios.

 

Agrega que la inversión acumula tres trimestres con tasas de variación anual negativas, a lo que se ha sumado una desaceleración del consumo privado mayor a la prevista, lo que en particular afecta a los bienes durables.

 

Señala que si bien la economía ya acumula un par de trimestres de bajo dinamismo, en el mercado laboral la situación ha sido más resiliente que en ciclos previos de ajuste y que la tasa de desempleo sigue en niveles históricamente bajos.

 

Añade que los salarios nominales mostraron una aceleración, pero que en términos reales se han moderado.  Respecto de la creación de empleo, dice que se ha visto algo más de deterioro; que el crecimiento anual de la ocupación asalariada ha disminuido y que se ha expandido el empleo por cuenta propia. A esto se agrega una reducción en el crecimiento de las vacantes laborales.

 

El Informe sostiene que el menor crecimiento de la demanda final y el mayor aumento de las exportaciones se han traducido en una reducción más acelerada del déficit de la cuenta corriente, que al cierre del primer trimestre se situó en 3,1% del PIB.

 

En el escenario externo, el IPOM dice que los mercados financieros han mostrado una mayor calma respecto de la segunda mitad del 2013 y comienzos del 2014. En el escenario base, el IPOM prevé que la libra de cobre llegará a US$3,1el 2014 y a US$2,9 el 2015.

 

RIESGOS

 

El Banco Central realizó además un análisis de “los riesgos en la economía externa o interna y que, si se concretan, pueden modificar el escenario base de inflación y actividad”.

 

En esta ocasión, sostiene que el balance de riesgos tanto para la actividad como para la inflación está equilibrado.

 

En el plano externo, el mayor riesgo continúa siendo el desempeño de la actividad de China y los desarrollos de su sistema financiero. El impacto de este riesgo sigue siendo significativo, considerando su relevancia en el mercado de las materias primas, incluido el cobre y su importancia en el comercio mundial.

 

En el plano local, el IPOM dice que el primer riesgo se concentra en torno al panorama inflacionario de corto plazo y, un segundo riesgo, dice relación con el bajo desempeño de la inversión en los últimos trimestres. Señala específicamente como riesgo que la inercia propia de este componente pueda prolongar el débil comportamiento de la economía más allá de lo previsto.

 

INFORME DE ESTABILIDAD FINANCIERA

 

En tanto, el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) que da a conocer, en forma semestral (junio y diciembre), los sucesos macroeconómicos y financieros recientes que podrían incidir en la estabilidad financiera de la economía chilena, define que “los riesgos provenientes de Estados Unidos y la Eurozona han disminuido, con lo que el desempeño de China se ha transformado en el principal foco de riesgo externo”. Asimismo, el IEF resalta que “la materialización de los riesgos externos puede tener consecuencias para Chile dada la desaceleración económica interna”.

 

En el ámbito interno, el nivel de deuda de las empresas ha aumentado con respecto al PIB. Por otra, aquellas que reportan a la Superintendencia de Valores y Seguros mantienen niveles de endeudamiento relativamente altos para sus valores históricos y su rentabilidad continua ajustándose a la baja. Aunque estas tendencias son coherentes con los patrones vistos en los sectores corporativos de otras economías, ellas indican una disminución de la  resiliencia del sector ante eventuales ajustes abruptos en la dinámica de la economía.

 

Asimismo, Rodrigo Vergara explicó que “en el último año los indicadores de pago de créditos comerciales bancarios, presentan cierto deterioro en algunos de los sectores más expuestos al ciclo económico, aunque en su conjunto siguen siendo favorables”.

 

Además manifestó que “el mercado inmobiliario mantiene la dinámica descrita en IEF anteriores. Las ventas de viviendas nuevas siguen elevadas y los inventarios bajos. En este contexto, diversos indicadores muestran que los precios de las viviendas siguieron aumentando en 2013. Si bien la tendencia al alza es transversal a través de zonas geográficas, algunas de ellas siguen concentrando los mayores incrementos”.

 

En tanto, Rodrigo Vergara también hizo notar que “los riesgos provenientes del endeudamiento de los hogares se mantienen estables. La deuda total de los hogares subió levemente en el último trimestre de 2013”.

 

Asimismo,  aseguró que “en la deuda bancaria, sigue observándose un cambio en la composición hacia hogares de ingresos medios y altos, con un crecimiento de la deuda más intensivo en el monto del crédito que en el número de deudores. Los indicadores de pago, para oferentes bancarios y no bancarios, no muestran movimientos relevantes. Esto puede deberse tanto a los cambios composicionales en la cartera de consumo como al menor impacto en el mercado laboral de la evolución cíclica de la economía”.

 

Puntualizó que “la banca paulatinamente ha reducido el crecimiento del crédito comercial y, en menor medida, el de consumo en respuesta a la desaceleración de la economía. Además, se observa una disminución de la exposición a sectores más afectados por el ciclo. Esto se ha reflejado en niveles de mora agregados estables para ambas carteras. La rentabilidad de la banca aumentó levemente en los últimos trimestres, en tanto que sus niveles de capitalización siguen estables. Los ejercicios de tensión muestran que el sistema bancario sigue contando con niveles de capital suficientes para absorber la materialización de un escenario de tensión severo. Sin embargo, este tendría un impacto en rentabilidad algo mayor que el reportado en IEF anteriores”.

 

Finalmente, precisó que “la fase cíclica menos favorable por la que atraviesa la economía podría implicar alzas del riesgo de crédito. Por una parte, los hogares con mayor exposición al ciclo podrían empeorar su comportamiento de pago si el mercado laboral sufre un debilitamiento importante. Por otra, el deterioro observado en el último año en algunos sectores económicos de la cartera comercial podría agravarse ante una desaceleración más pronunciada. Así, el nivel de provisiones constituido en cada caso es un elemento relevante para mitigar el impacto de estos riesgos”.

 

 

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