Consejo de Modernización de la Labor Legislativa da una primera mirada a dificultades propias del proceso de formación de la ley

Una serie de propuestas para mejorar la participación ciudadana y la redacción de los proyectos en trámite surgieron en la primera audiencia pública que realizó el Consejo de Modernización de la Labor Legislativa, en las dependencias del ex Congreso Nacional en Santiago.

En la jornada que se extendió entre las 10 y las 13:30 horas, hicieron uso de la palabra los secretarios general del Senado, Mario Labbé; y de la Cámara De Diputados, Miguel Landeros; el director de la Biblioteca del Congreso Nacional, Alfonso Pérez; y el representante del Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia; William García. También hicieron uso de la palabra representantes de las bancadas de los distintos partidos políticos que operan en la Cámara Baja.

Cabe señalar que la segunda audiencia pública quedó citada para el viernes 23 de octubre, opotunidad donde se invitarán, además, a los asesores de los Comités Parlamentarios.

El secretario general del Senado destacó las herramientas con que cuenta la Cámara Alta para materializar la participación ciudadana. En esa línea mencionó el Senador Virtual, una herramienta alojada en la web institucional, en la que las personas pueden votar a favor o en contra de algunas iniciativas en trámite, cuyas opiniones son entregadas a los legisladores.

Mario Labbé comentó que el Senador Virtual tiene como deficiencias su baja difusión. “Ahora si hubiera más difusión, igual considero que las personas prefieren tener una relación más directa con los congresistas”. Por lo anterior valoró el rol que cumplen diversos actores de la sociedad en las comisiones legislativas.

En cuanto a estas últimas, cuestionó el nivel de feed back. “No me parecen las audiencias públicas como están hoy y creo que deberían ser mejor reguladas porque los actores pocas veces se escuchan entre ellos y en ocasiones, el diálogo es beligerante”, explicó Labbé. En relación al Centro de Extensión del Senado, manifestó que esta entidad debiera tener un papel más relevante en el ámbito de la educación cívica, en particular respecto de la formación de la ley.

Respecto a la redacción de indicaciones, por parte del Ejecutivo, solicitó uniformar el lenguaje y corregir algunas descoordinaciones que surgen por la premura con que se trabaja. “Esto hace difícil entender el sentido de los cambios que presenta el Gobierno, por ejemplo a incisos dentro de artículos. Llama a confusión y complica la elaboración de informes comparados”, insistió haciendo ver también el exceso de urgencias que pone la Segpres.

Una de las propuestas que expuso Labbé, fue la necesidad de generar un manual de técnica legislativa para uniformar criterios entre las Cámaras y el Ejecutivo. También se abrió a crear un organismo centralizado para capacitar a los asesores legislativos para mejorar la redacción de mociones e indicaciones.

Por su parte, el secretario general de la Cámara de Diputados declaró que “estamos trabajando en un Congreso que tienen reglas del siglo pasado y no ha sabido integrarse a la modernidad”. Aquello lo relacionó con la crítica que realiza la ciudadanía a la Corporación, asegurando que “estos siempre ha sido así”.

En cuanto a los proyectos que “duermen en el Congreso”, Miguel Landeros propuso la existencia de mecanismos que concluyan la discusión entrampada “de manera más menos natural o se obligue a discernir aunque esto implique votar en negativo porque la idea es que las iniciativas no se queden rezagadas”.

“Una de las críticas que se nos hacen es que las leyes que hacemos son malas. Hay que recordar que este Congreso es bicameral; y a mí no me parece que sea así .Creo el Senado y la Cámara de Diputados hacen lo mismo –incluso ambas investigan- debido a que se repite la discusión y representan a los mismos electores”, insistió abogando por la creación de un congreso unicameral o una fórmula donde una actúe siempre de origen y otra como revisora.

La autoridad coincidió con Labbé, respecto a lo desprolijo con que muchas mociones son presentadas. Asimismo, comentó las dificultades que se desarrollan en las votaciones en Sala tales como las largas sesiones donde los parlamentarios confunden lo que están dirimiendo, de manera que “resulta necesario modernizar la lectura haciéndola igualmente didáctica pero más ágil”.

A su juicio, “la iniciativa exclusiva del Ejecutivo debería hacerlo pero también debe tener el carácter única. Debemos reducir el carácter de este gran legislador. Cada día hay una desafectación de los parlamentarios respecto a su propio gobierno”.

A su turno, el director de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), Alfonso Pérez, se refirió a la Asesoría Técnica Parlamentaria (ATP) que prestan como servicio, la que comenzó el año 2007. “Estamos hablando de una biblioteca especial porque tenemos un doble rol: ciudadano y parlamentario. También contamos con doscientos noventa mil normas que están en la base Ley Chile que es ampliamente visitada”, explicó.

Respecto a esto último, “el proceso de recuperación de la información es excelente y nos gustaría que se reconozca como un repositorio oficial de la Constitución Política y los códigos”.

En cuanto a ATP, comentó que los funcionarios trabajan en todas las comisiones de la Cámara de Diputado y del Senado. “Tenemos cinco áreas de trabajo donde operan diversos profesionales entre ellos, abogados. El fortalecer este servicio es fundamental y también contribuye con la elaboración de la historia de la ley”, mencionó.