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Derechos reproductivos de la madre versus los del que está por nacer: ¿qué priorizar?

Esa pregunta se intentaron responder los legisladores Chahuán, Girardi y Van Rysselberghe en su última sesión. Para ello conocieron las opiniones de tres médicos expertos en ginecología y obstetricia.

21 de abril de 2016

Imagen foto_00000016Un activo intercambio de opiniones tuvieron los integrantes de la Comisión de Salud al iniciar la ronda de audiencias que se realizarán para estudiar la idea de legislar del proyecto –iniciado en mensaje- que despenaliza el aborto en tres causas que cursa su segundo trámite.

 

El presidente accidental de la instancia, el senador Francisco Chahuán explicó que “en esta sesión concentramos la mirada médica de este proyecto que tiene un componente sanitario y otro jurídico. El próximo martes conoceremos la opinión de los abogados”.

 

En la jornada hicieron uso de la palabra los siguientes facultativos: la médico internista y académica de la Universidad de Chile, Ana María Arriagada; el ginecólogo y obstetra, y especialista en bioética, Mauricio Besio; y el experto en medicina reproductiva, Fernando Zegers.

 

Para el senador Chahuán, “el debate fue muy interesante. Refleja que todos tenemos opiniones distintas, no existe acuerdo a la hora de despenalizar el aborto en estos tres casos (cuando está en peligro la vida de la madre, inviabilidad del efecto y violación), pero la riqueza del debate es escucharnos y llegar a algún acuerdo”.

 

DERECHO A LA VIDA

 

Durante la sesión, el legislador aseguró que “ningún tratado de derechos humanos reconoce el aborto como un derecho en sí mismo. La mayoría de éstos, por no decir todos, protegen la vida. Mi pregunta a los doctores es si ¿el Estado de Chile debe desconocer el derecho a la vida pese a los tratados que hemos firmado?”.

 

“Es evidente que acá colisionan dos derechos. Reconocemos a la criatura como un ser con dignidad humana que es sujeto de derecho. También entendemos que la mujer tiene derechos como tal, pero estamos ciertos que prevalece el de la vida”, hizo presente cuestionando que los derechos reproductivos estén siendo priorizados.

 

SUJETO DE DERECHO

 

Por su parte, la senadora Jacqueline Van Rysselberghe planteó que “es difícil atribuir las 50 muertes que se producen por año producto de abortos, a la falta de una ley (…) El proyecto plantea la objeción de conciencia pero solo para el médico tratante. Creo que cada persona del equipo médico, estoy hablando de las enfermeras, matronas, anestesistas, tiene derecho a decir que no quiere participar en este procedimiento”.

 

La congresista apeló a establecer ciertos límites preliminares. “Lo primero es entender cuándo estamos en presencia de una persona. Mientras no tengamos eso claro no podemos saber si el feto es o no sujeto de derecho. ¿Acaso sólo ese ser tendrá dignidad cuando esté afuera del vientre de su madre?”, consultó.

 

ROL DE LA MUJER

 

A su turno, el senador Guido Girardi cuestionó que se “intente imponer una visión única desde el mundo de la religión porque no tiene sentido imponer el derecho a la vida por sobre todo a una sociedad que es diversa y tiene distintas maneras de entender la libertad”.

 

“Creo que nuevamente estamos frente a polémicas asociadas a la separación de la Iglesia con el Estado. Acá se menoscaba el rol de la mujer reduciéndola a una función meramente reproductiva. Ella es sujeto de derecho. No soy pro aborto, por el contrario muy pro vida, pero respeto ante todo la decisión de esa mujer. Si ella quiere continuar con su embarazo estará muy bien, pero también tendré la misma empatía si ella quiere darlo por terminado”, aclaró.

 

APOYO DEL ESTADO

 

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La doctora Arriagada recordó que este proyecto debe analizarse desde el punto de vista práctico más allá de las miradas filosóficas y religiosas que subyacen.  “Debemos admitir que aún no existe claridad respecto a cuándo comienza la vida humana. Estas respuestas no las han logrado dilucidar muchos países, pero ello no ha sido excusa para llegar a un acuerdo”, hizo presente.

 

“Debemos reconocer que existen diversas realidades. Por ejemplo, cuando hay inviabilidad fetal en el caso de una madre profesional con 2 hijos versus una adolescente. El Estado debe garantizar que ambas reciban el apoyo necesario. No puede haber discriminación y eso determinar el futuro de la criatura”, explicó.

 

A su vez la profesional hizo ver que “se dice que no se necesita un cambio en la ley, que la tasa de mortalidad materna es baja, se habla de 2 mil 500 casos por año, pero eso es desconocer el Chile de doy. Por eso creo que este proyecto es necesario porque da respuesta a este tres grupos de mujeres”.

 

A su parecer, “siempre el Estado ha protegido la vida del que está por nacer, por ejemplo impulsando el programa Chile Crece Contigo o el post natal de 6 meses”. La doctora Arriagada reconoció el derecho a la mujer como el del embrión humano. “Éste es portador de autoridad, es digno de cuidado”, aseguró.

 

DIFÍCIL DIAGNÓSTICO

 

Luego el doctor Besio calificó como un error una potencial aprobación de la norma. “Creo que sería un atentado a la profesión médica y en la práctica sería difícil cumplir con la ley. El problema del aborto está en que es imposible respetar dos derechos que se oponen en forma simultánea: el de la madre a hacer lo que quiere con su cuerpo, y el de la vida de ese niño que está por nacer. Soy de los que creen que el derecho a la esa vida está por sobre el otro”, explicó.

 

Desde la perspectiva médica, el facultativo indicó que “los seres vivos pasamos por muchas etapas y estas afectan nuestro existir. El Código de Ética del Colegio Médico aceptaba el aborto terapéutico, pero eso cambió. En España existe una legislación muy permisiva en eso, sin embargo el Colegio Médico local habla de la necesidad de cuidar a la persona humana”.

 

Entre las dificultades que surgirían de materializarse esta propuesta, el profesional admitió lo complejo que sería hacer un diagnóstico de patologías prenatales. “Se requiere equipos especiales de tecnología de punta y de subespecialistas médicos como neonatólogos, genetistas y oncólogos infantiles, entre otros, los que no se encuentran con facilidad en hospitales, clínicas y centros de salud. Habrá muchos errores de diagnóstico”, aseguró.

 

Otro aspecto que criticó el doctor Besio, fue la responsabilidad que se les entrega a los médicos en el caso de las violaciones. “No se le puede pedir al equipo médico que se haga responsable si un embarazo es fruto de violación. Eso debe verlo un juez con peritos especializados”, mencionó añadiendo que “la objeción de conciencia debe extenderse a todos los profesionales de la salud que intervienen en estas circunstancias”.

 

REALIDAD DEL ABORTO

 

Imagen foto_00000018Finalmente, el doctor Zegers recordó que son muy pocos los países que penalizan el aborto. “A mi parecer debiera legislarse el aborto en estas tres causales, y el Estado no puede estar ajeno a esta tarea. Es necesario que se garantice un trato igualitario y se dé tranquilidad a las pacientes. Estoy hablando del derecho a tener la debida consejería y apoyo”, aclaró.

 

El experto en medicina reproductiva aclaró que “se habla de interrupción del embarazo a las 22 semanas. Se llama embrión al huevo fecundado hasta las 8 semanas, luego se está en presencia de un feto hasta su nacimiento. Hablamos de persona, después del nacimiento”.

 

“Toda interrupción del embarazo tiene dos objetivos: mejorar la calidad de vida de la madre o salvar su vida. De eso estamos hablando. La realidad el aborto inducido en Chile es desconocida, se habla de 33 mil egresos hospitalarios por esta causa pero cada caso es distinto y no se tiene la debida información”, manifestó.

 

A su vez admitió que “cuando se le pregunta a la comunidad médica si es lícito interrumpir un embarazo si está en riesgo la vida de la madre, la mayoría responde que sí. Pero existe un tremendo juicio de valor. Se enfrenta el derecho de la madre a decidir versus el del embrión a nacer. La pregunta que nos cabe como científicos es ¿en qué momento debemos intervenir?”.

 

En esa línea, solicitó que la ley cuente con protocolos debidamente estandarizados, “de manera que si la mujer decide concebir a su hijo aunque éste venga con complicaciones, o haya sido fruto de una violación, esa voluntad prime, no queremos nosotros intervenir en una decisión tan importante porque creo que es algo personal”.

 

“En cuanto a los fetos con problemas, mantener un embarazo así no viable porque implica un riesgo físico y sicológico innecesario para la mujer. Acá la única persona que merece cuidado es la mujer, nada justifica obligarla a seguir con el feto en su vientre”, concluyó.

 

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