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  Compensación para vocales de mesa

  Por Alejandro Navarro, senador por la Región del Biobío

21 de abril de 2011

ImagenSiempre he coincidido en la necesidad de adecuar y brindar las mejores condiciones y facilidades para que la ciudadanía tenga el incentivo de ir a votar.

Por ello, en más de una oportunidad, senadores de gobierno y oposición hemos solicitado que los vocales de mesa que se desempeñan tanto en primera como en segunda vuelta, sean recompensados por el esfuerzo que tienen que hacer. Si bien es un deber republicano, claramente representa un esfuerzo adicional tener que estar durante 8, 10 horas o más en los locales de votación.

Hay que admitir que se han realizado esfuerzos para suplementar con recursos económicos esta función, estableciendo un aporte, un subsidio, que es en compensación del tiempo destinado.

Si se implementa una medida en este sentido para los vocales de mesa en las próximas elecciones sería de gran importancia, porque mucha gente que tiene problemas económicos va a cumplir con su deber. También debería ser compensado en el caso de una segunda vuelta, porque son los mismos vocales los que tienen la responsabilidad de participar en ella.

Espero que exista voluntad de parte del Gobierno, llegado el momento de evaluar esta propuesta tanto en primera como en segunda vuelta. Creo que sería conveniente reiterar lo que fue una experiencia positiva de compensar a los vocales de mesa con un aporte de recursos que les permitan solventar los gastos, y por cierto de evitar que esto se convierta en un gasto que sea insostenible por muchos de ellos.

Por otro lado, se encuentra en tramitación el proyecto sobre inscripción automática y voto voluntario que va a significar una experiencia única en el país, más allá de cualquier diferencia que exista sobre el voto voluntario.

Las próximas elecciones parlamentarias van a tener un ingrediente adicional muy potente, que es la inscripción automática y la sumatoria de 3,4 o 3,5 millones de personas, de ciudadanos, particularmente jóvenes que van a irrumpir en los locales de votación si es que somos capaces de seducirlos, de convencerlos, de ir a votar.

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