por Rabindranath Quinteros, senador por la región de Los Lagos

Desde hace tiempo que vengo observando en los economistas chilenos de derecha una tendencia obstinada a la dedicación a hacer pronósticos y augurios negativos sobre la economía chilena.
Para contextualizar digamos que la desaceleración de la economía chilena es parte de ciclo mundial pero que nuestros economistas solo se dedican a decir que esto ocurre por la mala gestión del Gobierno. Y como resultado sacan la conclusión que nuestra economía está hecha un desastre.
Sin embargo, lo paradójico de tal posición es que ni siquiera leen el cuerpo de economía y negocios de los diarios, en donde en forma periódica y sistemática, se publican comentarios y crónicas laudatorias para la economía y la gestión de ella en Chile.
Veamos algunos pocos ejemplos. Las entidades clasificadores de riesgo, Standard & Poor¿s, Moody¿s y Fitch Ratings, ponen a Chile como el mejor país de América Latina (datos de febrero del 2016) con calificaciones de AA- ; Aa3 y A+ (respectivamente) es decir en los grados superiores de estimación positiva en sus escalas.
El informe de TMF Group sobre 95 países sobre facilidad-complejidad para hacer negocios, Chile es el mejor país después de Uruguay y se explica, en el informe, que ello se debe a la estabilidad política y social del país y las reglas rigurosas de la economía chilena y su buena gestión.
Con respecto al crecimiento del PIB que tanto se usa por los economistas de derecha para atacar al Gobierno, las proyecciones de la OCDE sitúan a las mayores economías del mundo (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón) estarán en un rango que va desde una tasa de crecimiento del 2% al 0,8%. La excepción son China y la India que andarán entre el 6,5% y el 7,5%. Resulta que se estima que Chile estará entre el 2 y el 2,5%. Lo que en el contexto del ciclo de desaceleración mundial no es malo y en comparación con los otros países de América Latina que hasta tendrán tasas negativas. Pero además se destaca que el manejo serio de la economía chilena es un buen blindaje para los vaivenes y volatividades que pudieran aún venir.
Otro ejemplo. Grandes operadores y consejeros de inversión para los fondos institucionales como Lexington o Threadneedle recomiendan a Chile como destino y no solo eso, sino que han decidido abrir sus sedes para América Latina en nuestro país por la seguridad que ofrece.
Otro ejemplo puntual puede ser la decisión de Walmart seguir creciendo e invirtiendo en Chile por las mismas razones de seriedad y seguridad en el manejo de la economía chilena. Abrirán durante 2016 20 nuevos supermercados y en el proyecto del centro de logística más grande de Latinoamérica.
Así, podría seguir. Lo que quiero destacar es que los augurios y pronósticos negativos a los que nos tienen acostumbrados los economistas militantes de derecha, no se condicen con lo que revelan estas y muchas más opiniones calificadas y actores concretos del mundo económico.
Esta realidad en el comportamiento de nuestros economistas, me llevan a recordar un acerto del un analista norteamericano que afirmaba que "el problema de los economistas es que gastan la mitad de su tiempo en hacer pronósticos y la otra mitad de su tiempo en porqué no se cumplieron". Este sayo le viene a los economistas chilenos de derecha.