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Viernes 6 de Diciembre de 2024

8 de diciembre de 1863

Recuerdan a víctimas del incendio en la Iglesia de la Compañía de Jesús

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Con la presencia de autoridades del Senado y de la Cámara de Diputadas y Diputados, así como de la sociedad civil, este domingo 8 de diciembre se abrirán los jardines del Congreso en Santiago, para conmemorar a las víctimas de esta tragedia ocurrida hace 161 años.

Dibujo Congreso en Santiago

Con el fin de conmemorar a las víctimas del incendio ocurrido en la Iglesia de la Compañía, el 8 de diciembre de 1863, este domingo se abrirán los jardines en el Congreso en Santiago, a partir de las 18 horas.

A la actividad asistirán autoridades del Senado y de la Cámara de Diputadas y Diputados, así como representantes de organizaciones y miembros de la sociedad civil, bajo la coordinación de la Unidad de Vinculación Ciudadana del Senado.

El 8 de diciembre de 1863 un feroz incendio provocado por la descuidada manipulación de miles de velas y lámparas de parafina y aceite, durante la celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, destruyó por completo la Iglesia de la Compañía de Jesús, pereciendo más de dos mil personas, mayoritariamente mujeres y niños.

Debido a la magnitud de la tragedia, las autoridades de la época habilitaron una gran fosa común en los terrenos del Cementerio General, donde descansan los restos de las y los fallecidos, muchos de los cuales nunca lograron ser reconocidos.

 

Jardines del Congreso hacia 1890
Jardines del Congreso hacia fines del siglo XIX (Museo Histórico Nacional de Chile)

El dolor social producto de la catástrofe, llevó a las autoridades civiles de la época a desestimar la reconstrucción del templo y decidieron transformar parte de ese terreno en los jardines del edificio del Congreso Nacional, en construcción por aquellos años.

El drama ocurrido llevó a la fundación del Cuerpo de Bomberos de Santiago, formado por cuatro compañías y por decenas de altruistas jóvenes voluntarios.

El campanario de la Iglesia se desmoronó durante el siniestro quedando en pie sólo algunos gruesos muros, y las campanas -tiznadas y algunas casi derretidas- tuvieron distintos destinos.

Tres de aquellas campanas fueron vendidas como chatarra al comerciante británico William Graham Vivian, quien las despachó desde Valparaíso a la ciudad galesa de Swansea. Una vez allá, se decidió que éstas reemplazaran las campanas de la iglesia anglicana de Todos los Santos en Oystermouth, comunidad que cada 8 de diciembre ofrece una misa de réquiem por las víctimas del incendio de la Iglesia de la Compañía.