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Conferencia del Dr. Brian Schmidt en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago

"Exploración del Cosmos desde Chile: comprendiendo el universo y cómo la ciencia genera prosperidad". 26 de junio de 2012

14 de enero de 2013

Comisión Desafíos de Futuro del Senado de la República de Chile

www.senado.cl

@comisionfuturo

@congresofuturo

 

 

 

 

Introducción. El universo en expansión acelerada

 
 El 4 de octubre de 2011 la Real Academia de Ciencias de Suecia anunció que el Premio Nobel de Física había sido otorgado a los astrónomos Brian Schmidt (Australian National University), Saul Perlmutter (Lawrence Berkeley Laboratory) y Adam Riess (Johns Hopkins University) por el descubrimiento de la expansión acelerada del universo.

En Chile se realizaron investigaciones claves que condujeron al galardón: entre 1989 y 1996  los astrónomos de los observatorios Cerro Calán (Universidad de Chile) Mario Hamuy y José Maza, y de Cerro Tololo (National Optical Astronomy Observatory, NOAO, EE.UU.) Mark Phillips y Nicholas Suntzeff, fotografiaron sistemáticamente el cosmos en búsqueda de lo que  confirmaron como los mejores indicadores intergalácticos para medir distancias, las supernovas Ia (uno romano a), estrellas moribundas explotando, apoyados por la nueva tecnología CCD, (dispositivos electrónicos fotosensibles), con la que calibraron el mecanismo para determinar distancias a las galaxias anfitrionas de esos astros con una precisión inédita y coherente con la edad estimada del universo.

 

Esta técnica fue posteriormente aplicada a supernovas lejanas por dos grupos internacionales de astrónomos, The High-Z Supernova Search Team, liderado por Brian Schmidt,  y The Supernova Cosmology Project, encabezado por Saul Perlmutter.

 

Al combinar sus datos con los de Calán/Tololo, ambos equipos encontraron que las supernovas distantes estaban un 20% más lejos de lo esperado. Este resultado tomó por sorpresa a toda la comunidad científica porque reveló que el universo está acelerándose en vez de frenarse, como indicaba la teoría. La aceleración del universo se atribuye a una misteriosa energía oscura que lo integra en un 72%, que ha remecido las bases de la física y cuyo origen y composición se desconoce.

 

El Nobel de Física 2011 distinguió a los científicos que en 1998 teorizaron sobre la energía oscura, la misteriosa fuerza que expande los límites del universo y separa entre sí a sus grandes componentes. Su descubrimiento ha significado una revolución de la astrofísica: amplió los límites de lo que imaginamos y entendemos e impuso enormes desafíos para la ciencia. La Real Academia de Ciencias de Suecia comunicó que los datos de Calán/Tololo “resultaron esenciales para demostrar que las supernovas Ia eran útiles como patrones lumínicos” (Scientific Background on the Nobel Prize in Physics,  http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/physics/laureates/2011/advanced.html).

 

El Dr. Brian Schmidt visitó nuestro país –invitado por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Núcleo Milenio de Estudios de Supernovas y el Senado de la República de Chile,  para resaltar el aporte clave generado en nuestro país al hallazgo que llevó al Nobel de Física 2011, destacar la calidad y pureza de los cielos nacionales y la vanguardia tecnológica de la infraestructura de observación astronómica local, y remarcar el papel estratégico de la astronomía en el desarrollo de ciencia de frontera y en el progreso.

 

La conferencia del Dr.  Brian Schmidt en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago "Exploración del Cosmos desde Chile: comprendiendo el universo y cómo la ciencia genera prosperidad", se efectuó el 26 de junio de 2012, y en ella participaron los fundadores del The High-Z Supernova Search Team y los líderes del proyecto Calán Tololo.

 

 

Palabras de Bienvenida del Dr. Mario Hamuy*

 

Muy buenos días. Con gran alegría saludamos a los estudiantes, científicos, académicos, embajadores, empresarios, dirigentes y autoridades que esta mañana nos acompañan.

 

Señoras y señores y estimados jóvenes:

 

El 4 de octubre de 2011 se anunció oficialmente que tres astrónomos estadounidenses recibieron el Premio Nobel de Física, máximo galardón al cual un científico puede aspirar en su vida profesional. Sus nombres: Brian Schmidt, Adam Riess y Saul Perlmutter.

 

Hoy contamos con la distinguida presencia de uno de los galardonados, el Dr. Brian Schmidt ¿Cómo se explica que un científico con sólo 45 años cuente con un curriculum tan destacado? La respuesta se remonta al año 1994, cuando el Dr. Schmidt organizó junto al Dr. Nicholas Suntzeff (quien ha venido especialmente desde EE.UU. a acompañarnos esta semana) un equipo de astrónomos denominado “High-Z Supernova Team”. Parte de su equipo contaba con la participación de astrónomos de los observatorios de Cerro Tololo y Europeo Austral; y científicos de Estados Unidos y del Observatorio Cerro Calán de la Universidad de Chile y de la Pontificia Universidad Católica de Chile, algunos de quienes esta mañana acompañan a nuestro distinguido invitado, además de Nicholas Suntzeff, Mark Phillips, Chris Smith, Alejandro Clocchiatti, José Maza y quien les habla.

 

El objetivo del proyecto era medir la desaceleración del universo debido a su propia masa, sobre la base de mediciones de supernovas lejanas. A partir de la tercera década del siglo XX se aceptaba que el universo se expandía bajo la influencia única de la gravitación, lo que conlleva que su proceso de expansión se debía estar frenando. La gran pregunta que surgía era si la desaceleración sería (o no) suficiente para frenar el universo en su expansión y producir una contracción. A principios de 1998 esta colaboración científica publicó un resultado inesperado basado en el estudio de supernovas lejanas. Contrariamente a lo que se esperaba, la expansión del universo no se estaba desacelerando, sino ¡acelerándose! El descubrimiento de la aceleración del universo ha significado profundos cambios en los paradigmas de la astrofísica, los que han dado lugar a nuevas interrogantes que concentran la atención de la comunidad científica mundial.

 

Una buena manera de comprender la aceleración del universo es un simple ejercicio que pueden realizar esta noche. Miren el cielo. En algún momento del futuro esas galaxias que hoy vemos a simple vista van a desaparecer de nuestro horizonte visible. Sólo dos días después del anuncio del Premio Nobel, Brian Schmidt nos envió a sus colaboradores en Chile un mensaje muy conceptuoso en el que agradecía el aporte de nuestro país a este increíble descubrimiento. No demoramos más de un microsegundo en extenderle la invitación a visitar nuestro país para celebrar junto a él, el máximo reconocimiento al que puede aspirar un científico.

 

Del descubrimiento de la aceleración del universo, del impacto de la astronomía en el desarrollo de las naciones, de la clave insoslayable que significa estimular a las nuevas generaciones de jóvenes y niños en las maravillas infinitas de la ciencia, vamos a conocer las ideas del Premio Nobel de Física 2011, Brian Schmidt, quien ha llegado a Chile invitado por el Núcleo Milenio de Estudio de Supernovas, por la Universidad de Chile y por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

Quisiera agradecer a Brian Schmidt por hacerse el tiempo para venir a Chile en este  momento en que es requerido desde todos los rincones del planeta. También agradecemos la muy generosa colaboración de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, que hizo posible este encuentro, junto a la Embajada de Australia, la Fundación Ecoscience, el Observatorio Europeo Austral y la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía de los EE.UU. Y, en especial, muchas gracias a todos por acompañarnos a darle una afectuosa bienvenida a nuestro amigo Brian Schmidt.

 

La pureza de los cielos locales, la tecnología, la colaboración internacional y el capital humano avanzado que se ha instalado en Chile en los últimos 50 años, han convertido a nuestro país en el principal centro mundial de la observación astronómica, lo que se consolidará en los próximos diez años, con los grandes proyectos en desarrollo. Y que mejor lugar para hablar del futuro que cobijados bajo esta joya arquitectónica proyectada durante el gobierno de Manuel Montt, quien, además, diera inicio a la astronomía chilena con la fundación del Observatorio Astronómico Nacional en 1852, muy cerca de aquí en el cerro Santa Lucía. Tenemos el privilegio de reunimos hoy amparados por lo que representa el Congreso Nacional, pilar de la democracia.

 

Dejo con ustedes al senador Guido Girardi, presidente de la Comisión Desafíos del Futuro de la Cámara Alta.

 

* Mario Hamuy. Astrónomo chileno. Entre 1989 y 1996 fue el investigador principal del proyecto Calán/Tololo, cuyos resultados contribuyeron a que en 1998 se descubriera la expansión acelerada del universo. Es profesor titular del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile. En 2011 el asteroide 109097 fue nombrado como «asteroide Hamuy» en su honor.

 

Discurso del senador Guido Girardi Lavín*

 

Muchas gracias a todas y a todos.  Quiero sobre todo agradecerle a Brian Schmidt que esté aquí con nosotros; es un privilegio, un honor para este Congreso, y creo que para todos los chilenos y las chilenas.

 

Quiero darle la bienvenida a nuestros Premios Nacionales de Ciencia que están acá: María Teresa Ruiz, en representación de la Academia de Ciencias; Servet Martínez, Premio Nacional de Ciencias; José Maza, Premio Nacional de Ciencias, y a tres muy destacados embajadores, colaboradores de toda esta aventura científica: la embajadora de Australia, el embajador de Estados Unidos y el embajador de Francia.

 

¿Por qué estamos acá? Primero porque nosotros, hace un buen tiempo,  cuando yo era Presidente del Senado, nos planteamos el desafío de acercar la ciencia y no sólo la política a la ciudadanía, porque teníamos una profunda convicción de que tal vez esta generación, la nuestra, va a vivir los cambios más profundos que haya vivido la humanidad en toda su historia, y tenemos la sensación también de que hay un ámbito de la ciencia que está fuera del alcance de la democracia, que está quedando fuera del alcance de una gobernabilidad, de una ciencia para la ciudadanía y, por lo tanto, nos planteamos el desafío de poder compenetrar al Parlamento, por una parte, pero también a la ciudadanía respecto de las fronteras de la ciencia; no sólo lo que está pasando en astrofísica y astronomía donde Chile tiene un lugar privilegiado, sino en todos los ámbitos.

 

Nos interesaba saber cuáles iban a ser los cambios que generaría la era digital, los cambios que iban a generar todos los procesos de redes que hoy día se están multiplicando en el planeta casi hasta transformarse en una envoltura tecnológica que podría terminar siendo similar a un mega sistema neuronal donde nosotros con nuestro cerebro vamos a ser nodos de megarredes.

 

¿Qué es lo que está pasando en medicina con la reprogramación de células? ¿Qué es lo que está pasando con ámbitos que están en la frontera ya del envejecimiento celular?  ¿Qué descubrieron los Premios Nobel del año 2009 de Medicina, que justamente recibieron esa distinción por haber identificado la telomerasa, que significaría el poder llegar o estar cerca de procesos que incluso podría hablarse de inmortalidad?  ¿Qué es lo que está sucediendo en el ámbito de la inteligencia artificial?  ¿Vamos a poder controlar este mundo que viene?  ¿Conocen los ciudadanos, tienen la posibilidad de incidir en estas materias?

 

A nosotros nos preocupa, por ejemplo, que en Holanda se haya hecho un virus recombinante, un H5N1, que si se escapa podría destruir al 60% de la humanidad. Es un problema ético. O si la sociedad está de acuerdo con que un científico pueda construir un ser vivo que no proviene de la historia de la evolución, que se puede hacer en un computador hoy día, se puede programar, como lo hizo Craig Venter hace algún tiempo.  Entonces nosotros creemos que es muy importante esta reflexión porque creemos que los cambios que estamos viviendo en una sociedad que emerge menos vertical, menos piramidal, una ciudadanía particularmente de los jóvenes que están emergiendo en el mundo entero a través de redes, a través de códigos abiertos con otra cultura, a través de procesos colaborativos mucho más interconectados, mucho más sistémicos, que están dejando atrás un mundo más lineal, más piramidal, más de arriba para abajo. Son mundos que a veces no dialogan y donde justamente la política tiene más que ver con ese mundo de ayer que con el mundo de hoy y el mundo de mañana. 

 

¿Cómo construimos un pensamiento que no sea lineal, un pensamiento que sea abarcativo, un pensamiento que sea capaz de distinguir los procesos de estas relaciones?  ¿Cómo construimos un pensamiento complejo, un pensamiento en red, para un mundo que es en red, para procesos que son sistémicos?

 

Nosotros nos planteamos este desafío y tenemos muy claro que si nuestra sociedad en sus distintos ámbitos -la sociedad civil por supuesto en primer lugar, la ciudadanía, pero también los parlamentos y los partidos políticos no entienden los desafíos del futuro-, no podemos incidir y decidir sobre ese mundo que viene y nosotros queremos un mundo que viene para un bien común, queremos un mundo que viene para la igualdad, no para nuevas brechas, y por eso que tomamos la decisión de crear una comisión permanente en el Senado que se llama “Comisión del Futuro”, que yo presido, que es una comisión formal que tiene como desafío mirar los problemas de manera prospectiva y no mirando desde la especialidad sino desde la colaboración. Para intentar buscar la integralidad creamos un Consejo de Futuro, además de esta Comisión, que es la idea de tener en forma permanente científicos de muy alto nivel asesorando en el día a día la cotidianidad de este Congreso Nacional, tanto en los temas actuales que se están debatiendo, como en nuevos desafíos que debieran proponerse al Parlamento. El año pasado tuvimos un hito que se llamó “Congreso del Futuro”, donde tuvimos más de 1.200 personas, entre ellas cinco Premios Nobel, expertos en las más variadas disciplinas. Fue apasionante, fue una verdadera terapia y queremos hacer un nuevo Congreso del Futuro en enero del próximo año, donde ya están todos invitados.

 

¿Por qué la astrofísica para Chile, y cuál es la relación de Brian Schmidt con nosotros, con Chile?  Bueno, porque Chile se va a transformar en un lugar particular, en un lugar privilegiado, en la ventana del universo, ¡somos la ventana del universo!

 

Chile ya ha puesto un valor agregado. Tal vez este Premio Nobel no existiría si no hubiera habido un Chile, con sus observatorios y sus astrónomos, sus astrofísicos que colaboraron en esto.  Este Premio Nobel es nuestro Premio Nobel. Brian Schmidt ha tenido la generosidad no sólo de reconocerlo desde el primer momento sino de llamar inmediatamente a quienes colaboraron con él, a quienes fueron parte esencial de este desafío y a compartir con ellos este privilegio, y yo entiendo que lo que estamos haciendo nosotros hoy día es festejar a nuestro Premio Nobel porque Chile, nuestra sociedad, nuestro país, representado en sus científicos, tiene un rol hoy día protagónico en la construcción del futuro.  Chile puede estar y está en representación de estos científicos, en representación de ustedes, de Brian Schmidt, en la frontera más avanzada de la ciencia hoy día, y yo encuentro apasionante esto desde el punto de vista de la ciencia, pero esto tiene implicaciones profundas. El que podamos todos los ciudadanos del planeta ir tomando conciencia de que nuestro universo está en expansión. Hay muchas teorías maravillosas del universo: desde que hay multiversos hasta otros desafíos que van a ser posibles porque desde Chile se van a poder lograr encontrar planetas con agua, planetas habitables y se va a poder comprender el origen de todos nosotros.

 

Nosotros somos hijos del universo y quiero terminar con esto.  Tal vez el problema que tiene nuestras sociedades es la visión excesivamente antropocéntrica.  El contexto de la vida nuestra es la especie humana y nos referimos a nuestras vidas a través de un súper yo, tal vez un tanto ególatra y narcisista, pero hay un mundo maravilloso que nos rodea de millones de especies de seres vivos que tienen una historia evolutiva, y que somos parte de ella, que es una historia apasionante, llena de belleza, llena de poesía y a mí me parece que un desafío que tenemos es volver a ser parte de eso, del medioambiente, de la naturaleza.

 

Cuando nosotros miramos la naturaleza nos ponemos fuera de la naturaleza, y nosotros somos la naturaleza, somos parte de ella. Y yo diría que hay una tercera categoría de la conciencia.  La visión biocéntrica amplía la conciencia, amplía nuestra psiquis, amplía nuestra capacidad empática de emocionarnos no solamente con la vida nuestra sino empatía en el sentido de entender que hay otras vidas con las cuales también tenemos que emocionarnos y que pueden ser elementos fundamentales para nuestro propio sentido de vida, para valorar el sentido de vida. Yo digo que hay una tercera dimensión; nosotros somos hijos del universo y vivimos, uno no lo podría decir de manera muy sencilla sin mirar las estrellas, sin universo, sin esta profundidad maravillosa de este cosmos y limitándonos, reduciéndonos a nosotros mismos.

 

 Y hay una conciencia cosmológica, hay una psiquis que se amplía cuando uno pasa a ser parte del universo y por eso me parece apasionante que Brian Schmidt esté aquí con nosotros porque el universo es nuestro mundo desconocido así como son desconocidas las 50 millones de especies que viven alrededor de nosotros y que también desconocemos. Tenemos mundos desconocidos apasionantes y a mí me parece que hayamos a través de él podido descubrir que nuestro universo en expansión va acelerándose y que hay energía oscura que es una parte muy relevante del universo que es absolutamente desconocida y que Chile puede ser central en el desafío de acercarse a conocer y a comprender el origen de todos nosotros, de nuestro destino, me parece una tarea apasionante.

 

 Así que yo sólo puedo agradecerles que estén acá e invitarlos a otro desafío. Tuvimos hace dos semanas a Paul Davies, tal vez uno de los astrobiólogos más interesantes, quien propone que la vida habría llegado en asteroides a través de bacterias, y que dice que está buscando en Chile, en el desierto de Atacama y en la Antártica, la posibilidad de encontrar bacterias que puedan provenir del universo. Eso no es ciencia ficción; él es un científico de alto nivel. Todos los desafíos conmueven, motivan, y ojalá podamos tener un mundo que desde la política, que desde la ciudadanía haga suyo esto y entienda que para Chile hay una inmensa oportunidad, no solamente de crecimiento económico, no solamente desarrollo de la ciencia sino que Chile puede jugar un rol de liderazgo en este mundo que viene.  

 

Muchas gracias.   

 

* Presidente Comisión  de Desafíos del Futuro. Médico cirujano, especialista en Pediatría y Epidemiología. Político chileno militante del Partido por la Democracia (PPD). Desde 2006 es senador por la 7ª Circunscripción de Santiago poniente, Región Metropolitana.

 

Discurso de Dr. Nicholas Suntzeff *

 

Gracias Mario, senador Girardi, embajadores de Francia, Estados Unidos, Australia y Suecia y también a todo el Cuerpo Diplomático, miembros de la Academia Chilena de Ciencias, y especialmente para aquellos que son amantes de las estrellas: bienvenidos.

 

Anoche volvía de una cena con el profesor Brian Smith y con Chris Smith y mis colaboradores en el descubrimiento de la energía oscura, y cuando descendía del metro, una niña de no más de 5 años de edad estaba sentada en las escaleras y pedía monedas. Diez minutos antes yo hablaba de la expansión acelerada del universo, 75% del universo que habíamos descubierto en 1998 y los estudios futuros de la energía oscura con mis amigos, y esta pequeña niña me volvió a la realidad humana, en donde la pobreza está en todos los lugares y en donde las voces viajan a todas partes: Rusia, Nepal, India, México, lugares que visité cuando trabajaba como científico en el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

 

Siempre recibí reportes diarios de tragedias, de sufrimiento humano, de enormes inundaciones, de tsunamis, de huracanes, de tremendas enfermedades, de tráfico de mujeres y niños, de la mutilación genital, elementos horribles que suceden en nuestro mundo. Pues esa pequeña niña me trajo a la mente estas preguntas que siempre han estado en mi mente: ¿Cómo puedo hacer astronomía? ¿Cómo puedo hacer preguntas acerca de las estrellas cuando hay tanto sufrimiento en el mundo? Y lo que se gasta en astronomía cuando hay tanta necesidad en el ser humano, mientras hay una pequeña niña pidiendo dinero con las esperanzas destruidas. Y por supuesto que yo no tengo ninguna respuesta simple para esto y he sido lo suficientemente afortunado de haber nacido de la descendencia rusa que escapó de la Rusia, que valoraba la educación y la cultura, que volaron a una tierra que podía usar sus talentos y su trabajo para mejorar sus vidas y las vidas de otros.  Yo soy muy afortunado, pero esa pequeña niña que estaba sentada ahí, triste, sucia… Y nuevamente anoche, mientras estaba redactando estas palabras, volví a pensar: ¿Por qué gastamos dinero en astronomía? ¿Cuál es nuestra respuesta?

 

Bueno, en cualquier parte del mundo las personas pueden mirar al cielo, nadie es dueño de las estrellas, o de los planetas o de la Vía Láctea; nadie es dueño de la Luna, el cielo pertenece  a la humanidad, es nuestra herencia de la creación del universo. Las culturas siempre han mirado al cielo y se han  preguntado acerca de las estrellas, y hay muy pocas cosas como seres humanos que hacemos a través de las culturas. Pero una cosa sí tenemos en común: la necesidad de entender nuestra existencia: ricos, pobres, ignorantes, educados, todos miramos el cielo y buscamos guías y realmente creo que esto es parte de los derechos humanos básicos.  El derecho a preguntarnos y descubrir. Y es este derecho simple quizás lo más revolucionario que existe entre la humanidad porque nos permite a todos preguntarnos, podemos hacer preguntas acerca del cielo de tantas distintas maneras, podemos abrir la Biblia y leer el génesis o el éxodo que nos va a contar la historia de la creación bíblica.  Los nativos del norte Chile muestran el respeto que tienen por las estrellas. Y ellas nos miran a nosotros, y como científicos ahora podemos contarles nuestra historia sobre la creación del universo, pero una historia que otros pueden estudiar y verificar o incluso demostrar que está equivocada. Y afortunadamente pude trabajar con esta teoría con mis colaboradores y amigos y escucharán, con todos los demás que van a hablar, la magia de las historias.

 

El cielo nos puede llevar sobre la miseria y los errores, nos puede dar la esperanza del por qué estamos aquí.  La cosmología que entregó el Premio Nobel del 2011 es parte de esa aventura humana  y nuevamente miramos el cielo y esperamos buscar un significado. Y me gustaría leerles un poema de Gabriela Mistral que creo expresa esto muy bien, y por favor disculpen mi acento gringo: “Que estás en el cielo, echa atrás la cara hijo y recibe las estrellas, a la primera mirada todo se punza y hielan y después el cielo mece como cuna y tú te das perdidamente como cosa que llevan. Dios bajó para tomarnos en su vida por grada, cae en el cielo estrellado, como una cascada suelta, baja y baja en el carro del cielo y va a llegar y nunca llegan, y un día el carro no para, ya desciende y sientes que toca su pecho la rueda vida, rueda fresca, entonces sube sin miedo de un solo salto ve a la rueda y cantado y llorando de gozo, con que te toma y te dejas llevar”.

 

Y me sigue quedando la imagen de esta pequeña niña de anoche. Nuestros descubrimientos en cosmología no nos van a ayudar, pero a través de todo el mundo, de personas que miran al cielo y que se están preguntado por qué estamos acá nosotros, elevamos nuestra alma y nuestra esperanza al cielo y esto nos devuelve una sensación de conexión entre los seres humanos que trasciende todas las fronteras y algún día quizás nos otorgue paz.  

 

Muchas gracias por su atención.

 

* Director del Programa de Astronomía de la Universidad A&M de Texas, EE.UU. Doctor en Astronomía y Astrofísica del Observatorio Lick de la Universidad de California. Cofundador de The High Z Supernova SearchTeam.

 

Discurso del Dr. Alejandro Clocchiatti *

 

Buenos días a todos.  Esta es fundamentalmente una ocasión feliz en que nos reunimos para celebrar un descubrimiento enorme que fue hecho en muy gran medida desde Chile.  Nuestro principal celebrado hoy es Brian Schmidt, quien fue uno de los galardonados con el Premio Nobel de Física del año 2011 por este descubrimiento; pero para mí la visita de Brian a Chile, de nuestro amigo, es sólo una excusa para celebrar muchas otras cosas.

 

El profesor Mario Hamuy, a quien identifico como el responsable intelectual de este evento, me pidió que presentara a Brian. Haré eso, claro, pero me enfrento con una limitación: no puedo presentar sólo a Brian, creo que, siento que para darle el justo sentido, medida y trascendencia a la presencia de Brian hoy con nosotros acá en el viejo Senado, tengo que presentar una historia y quiero poner a Brian en un contexto.  La mejor palabra que encuentro para poner a Brian en ese contexto, para darles el relato, es agradecer. Espero poder explicarme.

Es que es tanta la cantidad de cosas buenas que tuvieron  que pasar para que estemos hoy acá, de celebración, que contemplarlas todas juntas nos lleva primero a la admiración y luego al agradecimiento.  Empiezo entonces tratando de seguir un orden temporal aproximado.

 

Quiero agradecer en primer lugar a nuestros colegas de Chile de hace unos 50 ó 60 años que se movilizaron con ingenio y energía para conseguir primero la atención y luego el interés de las instituciones de Estados Unidos y Europa y hacer que los observatorios extranjeros se instalaran acá en el norte del país. Quiero recordar en especial a Federico Rutllant de la Universidad de Chile y al padre Bernhard Starischka, profesor del Liceo Alemán y de la Pontificia Universidad Católica, quienes fueron importantes en la creación de los emprendimientos con Estados Unidos y Europa, respectivamente.  También a una gran cantidad de ministros, funcionarios de gobierno y legisladores de la época que tuvieron la visión de ayudar a la instalación de la astronomía en Chile y crearon leyes y desarrollo administrativo para que esta instalación fuera factible.

 

En aquel momento la disyuntiva era Chile o Sudáfrica, y Sudáfrica llevaba muchas décadas de ventaja en el desarrollo de proyectos conjuntos en astronomía; había que cambiar la historia en ese momento y ellos ayudaron a hacerlo.

 

Quiero agradecer también a los colegas extranjeros, mayoritariamente de Estados Unidos y Europa, y a sus instituciones, por su enorme capacidad para imaginar, planificar y gestionar esta extraña idea de poner costosísimos observatorios astronómicos en regiones remotas del mundo con el único propósito de estudiar el cielo, pero muy en especial a los colegas de esos países que vienen acá, aquellos que tienen tanta pasión por la ciencia como para dejar todo lo que conocieron y que, con su juventud e ideales a cuestas, son capaces de cruzar el mundo, trasplantar su vida a este país casi escondido en el fondo del mapa y que una vez acá se apasionan más todavía, se terminan afincando y compartiendo generosamente lo que son, lo que saben, su herencia intelectual de siglos de acumulación de conocimientos y también enamorándose, casándose, teniendo hijas e hijos chilenos y finalmente dejando sus huesos a descansar en esta tierra que seguramente no estaba ni siquiera en su horizonte cuando crecían como niños.

 

De entre estos, yendo ya más a nuestra historia, quiero agradecer en especial a Mark Phillips y a Nick Suntzeff, que hoy nos acompañan, por haber iniciado en los ‘80 los estudios de supernovas en el Cerro Tololo.

 

De entre los locales, a José Maza, que en esa época también importó desde Canadá los estudios de supernovas a Santiago y porque dirigió la tesis de magíster de un joven Mario Hamuy sobre este tema, y a Mark y Nick, una vez más por haber recibido poco después a Mario como asistente de investigaciones en Tololo y haberle permitido el espacio para aprender, crecer y perfeccionarse trabajando con él como si fuera un colega.

 

Quiero agradecer a un muy joven Brian Schmidt, hijo también de muy jóvenes estudiantes universitarios que, en algún momento de los ‘80 y en algún lugar bajo los cielos de Montana y Alaska, decidió que quería ser astrónomo y luego estudió duro en la Universidad de Arizona haciendo dos licenciaturas simultáneas en Astronomía y Física.

Quiero agradecer a otro colega gringo, Bob Kirshner, quien a principios de los ‘90 convenció a Brian de hacer un doctorado en Harvard trabajando en temas de supernovas.  Quiero agradecer a Mario, otra vez al joven Mario, que más o menos para la misma época tuvo la inspiración de juntarse con su antiguo profesor de la Universidad de Chile y con los investigadores de Tololo a diseñar el Calán Tololo Survey  y otra vez a Nick y a Mark que permitieron a este joven asistente de investigación seguir adelante con su proyecto, incentivando su liderazgo.

 

Quiero agradecer a Mark, que descubrió finalmente en 1993 cómo usar las supernovas de tipo 1-A para medir distancias precisas y a Nick por haber estado tantos años obsesionado con la fotometría digital de precisión y habernos enseñado a todos los demás tan generosamente lo que iba descubriendo.

 

Quiero agradecer a Nick y a Brian por el impulso de fundar el equipo de búsqueda de supernovas distantes The High-z Supernova Search Team en 1994, el momento justo en que los detectores CCD hacían posible la búsqueda digital de supernovas y en que el conocimiento amasado de ellas por el Calán Tololo Survey era el apropiado para la medición de distancias precisas. Y a Brian en especial por la chispa y el ingenio para construir en muy pocas semanas, sobre la base de software profesional de dominio público y algunos programas escritos por él mismo, una serie de rutinas que le permitió al equipo encontrar supernovas siempre, desde la primera búsqueda, cuando a nuestros competidores del Supernova Cosmology Project les había llevado 6 años y varios frustrados doctorados poder descubrir la primera.

 

Quiero agradecer a Bruno Leibundgut, un colega de Suiza que hoy no está acá, heredero de otra tradición mixta de Estados Unidos y  Europa, porque fue capaz de abusar del  ingenio para clasificar la primer supernova del High-Z Team y mantener al equipo en carrera en el momento de más debilidad e hizo eso usando un telescopio chileno, más pequeño que lo necesario, pero el único accesible en esos días.

 

Quiero agradecer a otro colega gringo, Alexei Filippenko, que nos curó definitivamente las penas conectando al equipo con el telescopio más grande del mundo en ese momento, que estaba en Hawai, y una vez más a Nick y Mark por haberme acogido en el grupo de supernovas de Tololo como investigador post doctoral en 1995, y a Brian por haberme invitado a ser parte del equipo y haber sido tan generoso siempre, por compartir sus datos de software, de todo lo que tenía y todo lo que inventaba.

 

Quiero agradecer a todo el equipo High-Z Team por el trabajo duro, concentrado y sostenido que pudo mantener por muchos años; a Chris Smith, que hoy nos acompaña, cuya capacidad de organización ayudó a que no nos desbandáramos presas del pánico cuando la montaña de gigabytes  se hacía demasiado grande y, otra vez muy en especial, a Brian, quien fue capaz de crecer y madurar rápidamente, desde ser un joven postdoc con una idea científica competitiva a ser el líder de un equipo de investigación de primera clase mundial que pudo trabajar en conjunto para llegar a uno de los descubrimientos científicos más remarcables de los últimos años.

 

Finalmente, quiero agradecer a los ciudadanos chilenos aquí presentes. Muchas de estas cosas que estamos celebrando hoy acá no hubieran sido posibles, o no hubieran sido posibles de esta manera, sino fuera por el esfuerzo anónimo de millones de personas como ustedes, que trabajan día a día, concentrados en hacer de Chile un país mejor, más desarrollado y más confiable.  Sin esta base estable el nacimiento o crecimiento y prosperidad de estas redes de intercambio y aprendizaje académicas que abarcan generaciones de investigadores y tradiciones de distintos países y culturas, no hubiera sido posible.  Estas redes están acá hoy presente más fuerte que nunca beneficiando en particular a las decenas de miles de estudiantes universitarios que se incorporan a la educación cada año, son una construcción delicada y es importante que la sigamos nutriendo y cuidando.

 

Para cerrar y volviendo a lo nuestro, estamos celebrando el descubrimiento de la aceleración cósmica con observaciones hechas en muy gran medida desde Chile y basada en el trabajo conjunto de chilenos y extranjeros. Estamos celebrando en especial a Brian, nuestro laureado Nobel, pero Brian es uno de nosotros.

Al celebrarlo a él también nos estamos celebrando a nosotros y a toda esta larga cadena de personas pasadas, presentes, de Chile y el resto del mundo que hicieron más veces lo correcto que lo incorrecto, a lo largo de mucho tiempo.

 

Estamos celebrando también el trabajo que todos hicimos, hacemos y vamos a hacer en el futuro acompañados de nuestros actuales estudiantes.

 

Los dejo entonces con Brian Schmidt, uno de estos gringos apasionados que se enamora, deja todo y se va a las antípodas.  Para él fue Australia y no Chile, donde ahora es un profesor distinguido en la Escuela de Astronomía de la Universidad Nacional de Australia, pero en realidad el lugar no importa mucho, en el fondo el cielo y la pasión son siempre los mismos.  

 

Muchas gracias.

* Doctorado en la Universidad de Texas, Austin, EE.UU. Profesor del Departamento de Astronomía y Astrofísica, Facultad de Física, Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

Discurso del Dr. Brian Schmidt, Premio Nobel de Física 2011*


Senador Guido Girardi, embajadores, colegas del High-Z Nick Suntzeff, Mario Hamuy, José Maza, Alejandro Clocchiatti y  Chris Smith, muchos colegas astrónomos chilenos que están aquí alrededor, damas y caballeros:

Es un placer estar acá en Chile y poder hablar del universo y del trabajo que hemos realizado y que ha llevado hacia el Premio Nobel.

 

Unos de los primeros lugares en los que pensé en venir cuando recibí este premio el 4 de octubre, y me aseguré de contactar a Mario y Alejandro, fue acá, para establecer una visita para poder realmente celebrar lo que es el trabajo en conjunto, en donde Chile, con su apoyo, jugó un papel importante.

 

Para poder comprender el universo lo que voy a hacer antes es darles un tour rápido.  Lo primero que quiero que comprendan del universo  es que es grande, enorme, y para poder comprender exactamente cuán inmenso es voy a usar la velocidad de la luz como mi guía. La velocidad de la luz es de 300 mil kilómetros por segundo, eso significa 7,5 veces la vuelta alrededor del mundo cada segundo. Por lo tanto, cuando Neil Armstrong dio un pequeño paso en 1969, lo descubrimos 1.5 segundos después que esto ocurrió.  Eso le tomó a la luz poder llegar a nosotros. El Sol es mucho más grande que el sistema de la Tierra y la Luna. Ésta es de 5 segundos de luz de tamaño y el Sol se ve tan pequeño sólo porque está tan lejos, está aproximadamente a 8 minutos de luz en distancia.

 

Ahora acá en los cielos de Chile, tanto como en estos momentos desde mi hogar en Australia, nosotros podemos mirar hacia arriba y ver la estrella más cercana, el sistema más cercano que es Alfa Centauri, y es la estrella más brillante que apunta hacia la cruz del sur, está casi encima nuestro cuando miren arriba esta noche.  Esa estrella está a 4.3 años luz de distancia.

 

Entonces sólo para darles una escala de cuán grande, de cuán amplio es esto, si piensan en Alfa Centauri como una pelota de básquetbol y nuestro Sol que es una estrella muy similar y la piensan como otra pelota de básquetbol, Alfa Centauri está acá en esta sala, luego el Sol entonces estaría ubicado a escala en Australia muy cercano a mi casa, con todo lo que está entremedio, siendo espacio vacío y eso es impresionante si piensan que vivimos en una galaxia, una de los lugares más interesante del universo, de 100 mil millones de estrellas que son iguales a nuestro Sol, con 30 mil años de luz al centro de esa galaxia y nuestra galaxia es sólo una de muchas a través de todo el universo.

 

Acá en Chile cuando miramos a los cielos al sur vemos las dos galaxias más cercanas, las grandes Nubes Magallánicas, la grande y la pequeña, ésta es una galaxia que es un satélite de la nuestra y que contiene 10 mil millones de estrellas.  La pequeña Nube Magallánica es un satélite mucho más pequeño del mil millones de estrellas y si van a la galaxia más cercana que es visible en el hemisferio norte, que es la Andrómeda, esa galaxia está a dos millones de años luz de distancia y a nosotros los astrónomos nos gusta mucho construir grandes telescopios para poder mirar cada vez más lejos.

 

Con el telescopio Hubble hemos podido tomar las vistas más distantes del universo hasta ahora, en donde en este momento vemos 5 mil estrellas y galaxias de 12 mil millones de años en el pasado del universo. Cada una de estas galaxias resulta que es una galaxia no distinta a nuestra Vía Láctea con 100 mil millones de estrellas.

Esta fotografía es uno a la 32 millonésima de todo el cielo.  Entonces mientras el universo es enorme, la parte que podemos ver no es infinita. Tomamos esta fotografía 32 millones de veces y hemos visto todo lo que el universo tiene.

 

Y la razón por la cual podemos concebir todo el universo es porque éste sólo tiene 13.7 mil millones de años.  Esta fotografía es del universo hace 13.7 mil millones de años; no es la estrella de su galaxia sino que es todo el universo. Cuando estaba muy caliente era sólo hidrógeno y helio y estaba brillando como el Sol, y antes de eso, bueno eso es lo que nosotros llamamos el Big Bang, algo que no comprendemos muy bien, pero que sí sabemos que comenzó con el universo hace 13.7 mil millones de años atrás.

 

Entonces, ¿Por qué no vamos al inicio de la cosmología? La cosmología comenzó a inicios del siglo XX, cuando teníamos telescopios que por primera vez podían comenzar a hacer observaciones, y una de las primeras cosas que pudimos hacer fue ser capaz de tomar la luz de las estrellas y diseminarlas en el color del arcoíris, algo que nosotros llamamos el espectro.

 

Cada elemento tiene un grupo de colores que es una huella de color que emite o absorbe, y es esa huella la que es capaz de identificar el objeto en el Sol.  El helio viene de la palabra griega de Sol y es ahí donde se descubrió el helio, no en la Tierra sino que en el Sol por su única o específica huella, y alguien que probablemente ustedes no han escuchado hablar, que es Vesto Slipher tomó la luz de las galaxias y la diseminó en los colores del arcoíris.  Cuando él hizo esto descubrió que los colores del arcoíris eran iguales a los de las estrellas, pero existía una diferencia, que estaban estirados hacia el rojo y lo interpretó como el “efecto Doppler”.  Ahora por este “efecto Doppler” sabemos que, por ejemplo, si un auto de la Policía de Carabineros viene hacia ustedes con la sirena encendida, en la medida que se acerca sus ondas de sonido se comprimen y las ondas sonoras parecen tener un tono más alto en la medida que éste les pasa: bueno las ondas sonoras se separan, se estiran y ahí el tono es más bajo.

 

La luz es una onda no diferente al sonido y el mismo proceso ocurre si una galaxia se está acercando hacia ustedes; las ondas de luz se comprimen y la luz parece mucho más azul. Y si un objeto se está alejando de ustedes su luz se estira y parece mucho más roja, por lo tanto Slipher en 1916 utilizó esto para medir las velocidades de estas galaxias y descubrió algo que fue bastante impresionante; casi todas las galaxias que él observó estaban alejándose de nosotros y esto fue un enorme lío cósmico ¿Porqué nosotros íbamos a estar en un lugar especial en el universo? ¿Por qué nosotros íbamos  a estar en un lugar donde todas estas cosas estaban alejándose de nosotros? Y eso pasó a ser un misterio enorme y el misterio se resolvió al medir distancias. Ahora, medir distancias en astronomía es obviamente muy difícil; no se puede simplemente poner una regla o un metro entre nosotros y la siguiente galaxia. Sin embargo lo que vemos es cómo éstas se ven, cómo aparecen.  Los objetos aparecen más pálidos mientras más lejos están y aparecen más pequeños mientras más lejos están, y esto es algo que nosotros llamamos en astronomía la “Ley Cuadrada Inversa” que la descubrió Newton. Se toma una ampolleta, se mide cuánto brilla y medimos la distancia y se ve 4 veces más brillante, y esa ley la podemos usar para medir la distancia.  Edwin Hubble fue el primero en hacerlo y él tuvo acceso al mayor telescopio del momento de 100 pulgadas en Mount Wilson, con el cual vio cuán brillante eran las estrellas en estas galaxias. Y lo que él descubrió con enorme sorpresa fue que mientras más rápido las galaxias de Slipher se estaban alejando, más pálidas eran las estrellas de esas galaxias, o más desteñidas si ustedes quieren, o mientras más lejos estaba el objeto, más rápido se estaba alejando y aquí están los datos de 1929 donde tenemos estrellas muy brillantes, es decir, muy cercanas, estrellas muy alejadas de objetos más pálidos, y ustedes pueden ver el patrón cuando va de un lugar a otro y pueden ver que esto va más rápido en la medida que se aleja más. En 1929 Hubble anunció al mundo que eso significaba que el universo estaba expandiéndose y la razón por la cual dijo eso se lo puedo mostrar de una manera muy simple.

 

Aquí tenemos una versión simulada del universo que yo voy a expandir y cuando expando este universo puedo superponer estas imágenes y veremos qué ocurre.  En el centro en donde nosotros estamos miro los objetos que me rodean en la medida que yo he expandido el universo y se han desplazado levemente.  Los objetos que estaban más lejos se han desplazado muchísimo y en un universo que se expande mientras más lejos están los objetos, más rápido se mueve, como lo vio Hubble.

 

Y esto no depende de donde uno esté en el universo.  Vamos a tomar dos imágenes y uso un punto de referencia diferente y veo exactamente lo mismo. Ahora, la manera en que esto nosotros lo entendemos no viene sólo de este modelo sino que utilizando la teoría.  La teoría y la observación se unen en la ciencia para poder explicar el mundo que nos rodea y nuestra teoría viene de Einstein.

 

Einstein en 1907 tuvo lo que él describió su más impresionante pensamiento: que la aceleración de la gravedad y la aceleración del movimiento eran exactamente iguales, así que imaginen que ustedes están en una caja aquí en la tierra, están siendo acelerados a 9.8 metros por segundo al cuadrado por la fuerza de la gravedad. Einstein dijo que en vez de eso, si se estaba en un cohete y ese cohete aceleraba a 9.8 metros por segundo al cuadrado ustedes no podrán sentir la diferencia, es decir, ambas cosas son exactamente equivalentes.

 

Y desde ese pensamiento Einstein trabajó durante 8 y medio años para poder llegar a la teoría de la gravedad que nosotros la llamamos la relatividad general. Y predijo muchas cosas, incluyendo la idea que el espacio en sí mismo se curva y también permitía a Einstein por primera vez hacer algo que no había podido realizar, que era trabajar en cosmología, hacer cosmología, es decir, estudiar cómo el universo se comporta a grandes escalas.  Y cuando hizo esto en 1917 él se sorprendió; el universo debía estar en movimiento, debiera estar expandiéndose o colapsando, y esto fue 12 años antes que Hubble haya descubierto el universo en expansión, y Einstein hizo lo que todos los teóricos hacen cuando descubren algo y agregó un pequeño factor de disrupción y este factor fue bastante simple.  Este factor de corrección fue algo que él llamó “la constante cosmológica”, y esta constante es como la energía que es parte de la fabricación de la pila misma del universo, si ustedes quieren, y este tipo de elemento sí existe, va a empujar el universo por gravedad más que tirar al agregar suficiente de estos elementos al universo; se puede hacer un elemento en contra de la gravedad y eso es lo que él pensaba y resultó que esto no funciona a nivel matemático porque es un error, pero también por supuesto fue un error porque Einstein podría haber hecho esta predicción, la expansión del universo, desde el pensamiento en sí mismo y más adelante cuando se dio cuenta que el universo se estaba expandiendo lo llamó por supuesto su mayor error.

 

Imaginen entonces que tienen un universo que se está expandiendo y pongámoslo de vuelta. ¿Qué ocurre? Que las cosas se acercan, se acercan hasta tal punto que todo en el universo está uno sobre lo otro y ése es el momento que lo llamamos el Big Bang.

 

Si yo hago esto como un gráfico y tengo dos objetos que están separados por tiempo y una distancia y luego hago correr el universo de vuelta a ésta línea, la inclinación de esta línea les va a decir cuán rápido se está expandiendo el universo y también les va a decir cuándo ocurrió el Big Bang, cuán rápido se está expandiendo el universo, lo que les dice cuán antiguo es él.

 

Así , ¿cómo vamos a medir esto en forma precisa? Bueno, resulta que Hubble no podía medir las galaxias que estaban muy distantes para poder medir la tasa de expansión del universo, pero la naturaleza nos entregó algo muy interesante, algo que se llama una supernova tipo 1-A. ¿Qué es una supernova tipo 1-A? Primero pensemos en nuestro Sol y la vida de nuestro Sol. Se formó hace 4.6 mil millones de años, y luego se va a expandir y va a colapsar hasta una pequeña estrella que se llama estrella enana blanca y si esto forma dos estrellas este mismo proceso ocurre.

 

En este caso otras estrellas sobreviven y pueden vivir para poder agregar material adicional a esa estrella enana blanca y estas estrellas se han convertido en bombas nucleares enormes cuando alcanzan 3.8 veces la masa de nuestro Sol, explotan al 10% de la velocidad de la luz y sintetizan dos tercios del hierro del universo.

 

El acero y hierro que ustedes ven en esta sala fueron creados en estas explosiones y son impresionantemente brillantes.  Toma 20 días que lleguen hasta su mayor brillo y se ponen más tenues hasta que se apagan, pero son 5 mil millones de veces más brillantes que nuestro Sol y podemos verlas a dos tercios de camino en el universo.

 

Y estos objetos primero fueron descubiertos utilizando un telescopio Smith, y ese equipo  permitió poder tomar fotografías de grandes trozos de cielo y poder buscar nuevos objetos.

 

Treinta años más tarde un hombre llamado Charlie Hall pudo utilizar el brillo de estos objetos por primera vez para poder medir la tasa de expansión del universo y su diagrama lo vemos acá a la derecha: los objetos más cercanos igual que Hubble pero la diferencia es que pudo mirar cien veces más lejos.

 

Y de este grupo de datos que eran de bastante baja calidad, estas supernovas obtuvieron una reputación de ser la manera perfecta para medir distancias hacia objetos distantes. Pero esas mediciones eran muy pobres y había un grupo acá en Chile que lo que había hecho fue intentar descubrir cómo esto realmente funcionó y este grupo representado por muchos de los que están en esta sala, el equipo de investigadores Calán/Tololo, comenzó en 1990.

 

Yo primero conocí a Mario Hamuy ese año y él me contó acerca de esta investigación que estaba haciendo y yo fui capaz de utilizar esta investigación, estos objetos, como parte de mi propia tesis de doctorado.

 

La idea fue la siguiente: aquí vemos a José Maza que está con una placa utilizando un telescopio Smith, pero la diferencia es que una vez que encontraron el objeto y lo exponían en esta máquina, ahí lo que hacían era hacer brillar una antigua foto y una foto nueva y utilizar la mente para encontrar este nuevo objeto, pero la diferencia es que teníamos detectores digitales acá en Chile que permitían mediciones muy precisas de estas supernovas una vez descubiertas.

 

Entonces estaba entusiasmado por este trabajo. Yo vine en mi primer viaje a Chile en 1991, a La Serena, donde trabajé con Mark Phillips, Nick Suntzeff y aprendí cómo estaban haciendo estas mediciones tan precisas. Mario estaba un poco molesto porque miraba sus primeros objetos y aquí aparecen algunos de los datos que él me mostró en esa ocasión, y las supernovas que supuestamente eran perfectas y todas idénticas no eran todas idénticas, eran diferentes y él estaba muy desalentado por el hecho y un par de años más tarde  se dio cuenta que había un patrón.  Los objetos que eran más tenues que el promedio subían y bajaban muy gradualmente o rápidamente, y los que eran más brillantes hacían este proceso en forma mucho más lenta.

 

En 1994 Mario me visitó en la Universidad de Harvard y me mostró este nuevo diagrama de Hubble, que es como lo llamamos, con la nueva expansión del universo utilizando sus nuevos datos y los resultados fueron espectaculares.  En vez de tener todos estos puntos tan caóticos, estaban justamente colocados dentro de una línea y podía medir las distancias con estas estrellas con una precisión de un 6%, y para los astrónomos que acostumbraban hacer esto  en un factor de 2 era ya un descubrimiento notable, que inmediatamente me hizo detenerme y pensar acerca de lo que deberíamos hacer con estos objetos.

 

Más adelante este equipo descubrió 29 objetos y obtuvieron la base fundamental para utilizar las supernovas del tipo 1-A para poder medir las distancias precisas, de manera tal que con todo esto y con mi nueva tesis usando otro tipo de estrella, nosotros pudimos medir la constante de Hubble, es decir, la velocidad con que se estaba expandiendo el universo, y descubrimos que más o menos es de 14 mil millones de años la antigüedad del universo. Pero hay un problema cuando nosotros realizamos estas mediciones y vemos cuán antiguo es el universo y cómo se está expandiendo. Nosotros hacíamos una conjetura; que el universo iba a través de la misma velocidad todo el tiempo, pero nosotros esperábamos que hubiera algo diferente, esperábamos que la gravedad estuviera desacelerando el universo en el tiempo, entonces la trayectoria del universo iba a ser más rápido en el pasado y se iba a desacelerar en la medida que surtiera efecto la fuerza de gravedad, y esto tiene muchas consecuencias para el futuro del universo nuestro que está creciendo y creciendo cada vez más, y sigue así sucesivamente a través del tiempo.

 

Por otra parte nuestro universo está desacelerándose a velocidad muy importante y llegaría a un tamaño máximo y eventualmente se colapsaría. Entonces estos dos universos comenzaron con el Big Bang y el segundo tiene un diferente final, termina con el gnab que es bang dicho al revés. Luego esto es bastante interesante: podemos dilucidar lo que ha hecho el universo en el pasado para especular respecto del futuro.

 

Ahora, respecto de la desaceleración del universo, para saber de la antigüedad que tiene, nos indica el destino final y también nos dice acerca de la forma y del peso que tendría el universo, de manera tal que el universo puede ser curvo, de acuerdo con Einstein, y además podemos tener este universo pesado, suficientemente pesado para tener fuerza de gravedad y para poder así detener o desacelerar su velocidad, pero este universo realmente se va flectando sobre sí mismo, es finito en el espacio también.  Es un universo que se flecta en 4 dimensiones no en 3.  Nuestro universo que va a ir en esa dirección va a dar suficiente tiempo para terminar donde comenzó.

 

En 1994 con la llegada de las supernovas fue posible limpiar suficientemente hacia atrás en el pasado y hacer una medición de la velocidad en que se estaba expandiendo el universo a través del tiempo.  Imagínense ahora que nosotros hacemos una medición de la velocidad en que se está expandiendo el universo y vemos cómo lo hace en el presente respecto del pasado y, bueno, si no cambia sería uno liviano o vacío que sigue por siempre.  Y por otra parte, si el universo se está desacelerando rápidamente, entonces es un universo pesado y es finito.

 

La otra parte de esta línea de esta trayectoria, bueno, el universo diría que es infinito y que sigue por siempre indefinidamente.  En 1994 hubo dos adelantos, dos avances, uno de ellos es el que he escrito acá en Chile y el otro es uno en cuanto a la tecnología.

 

Un grupo de Berkeley liderado por un científico desde 1885 había tratado de encontrar estas distancias de las estrellas de exploración con la esperanza de poder medir las distancias con ellas. En 1994 descubrí un par de semanas después que Mario fuera a visitarme, que pronto habían empezado a descubrir estos objetos distantes. Entonces cuando vine a Chile ese año, unos meses posteriormente, visité a Nick y a otras personas de Cerro Tololo y decidimos que era el momento idóneo para avanzar y usar toda la pericia que habíamos acumulado aquí en Chile con la tecnología que se había elaborado y que nos permitiría buscar estas estrellas exploratorias distantes, y esta tecnología era los detectores digitales grandes que nosotros podríamos poner en estos telescopios de 4 metros. Así nació nuestra investigación y yo estaba yendo hacia Australia, y se veía como el proyecto adecuado que hacer, lo más grande que se me podía venir a la mente y que además implicaba ir a una nueva tierra, un nuevo país, etc. El proyecto de descubrir estas supernovas era todo un reto.

 

Aquí vemos una imagen que contiene 8 millones de pixeles y nosotros tenemos que encontrar la aguja en el pajar.

 

En 1995 los computadores eran lentos y los discos duros eran pequeños y nosotros estábamos acumulando, recopilando datos a una velocidad de más o menos 10 veces más de lo que podían dar abasto nuestros equipos. Teníamos más o menos unos 10 GB y los discos duros eran solamente de 1 GB, entonces era muy difícil para nosotros; yo estaba a cargo de crear el software y para mostrar a ustedes uno de sus objetos aquí pueden apreciar esta pequeña mezcla que es una supernova con un borrón, digamos que con miles de millones de años en el universo y este objeto explotó antes de que la Tierra se formara.

 

Y la forma en que lo encontramos fue tomando imágenes, dos imágenes y digitalmente las manipulamos y las fuimos substrayendo y viendo cuáles eran los nuevos objetos.  Había muchos datos para hacerlo al ojo desnudo, ya no podíamos hacerlo a simple vista en la forma en que lo habíamos hecho anteriormente, de manera tal que este proceso era impreciso y les voy a mostrar ahora una película que hicimos en una de nuestras rondas.

 

Aquí tenemos el Cerro Tololo y nosotros estábamos compartiendo las copias con los otros equipos.  Aquí tenemos a Nick, quien siempre  era muy fanático acerca de recopilar datos y teníamos solamente 6 noches al año y todo tenía que ser perfecto porque si metíamos las patas hasta ahí no más llegábamos. Así que fuimos recopilando los datos, asegurándonos de que todo saliera perfecto y con el software fuimos explotando los datos, los mandamos a La Serena y donde había un equipo de personas que iba a revisarlos, iba a ver las estrellas con el software ahí implementado.  Nosotros sabíamos todo eso, es un trabajo muy arduo, de muchas horas, que se hacía día a día y el tiempo era esencial porque nosotros teníamos que mandar todos estos candidatos a Hawai donde están los telescopios de alta tecnología, los más grandes del mundo, los únicos que eran capaces de tener los espectros de estos objetos y acá nosotros también compartimos los telescopios.  Estábamos compartiendo un objetivo en común y todo el tiempo estábamos trabajando palmo a palmo, pero esta competencia sirvió a la astronomía y a la ciencia en buena forma y nos permitió hacer un buen trabajo, muy rápidamente y con el mínimo de recursos.

 

De manera que en el año 1998 este es el aspecto que tenían nuestros datos recopilados.  Aquí nosotros medimos cada uno de los objetos y cada una de las supernovas está representada por una barra negra.  Recuerden que son buenas estas supernovas pero no son perfectas porque existe incertidumbre al respecto.  La respuesta está dentro de este intervalo de la barra negra. Estos nuevos objetos fueron detectados aquí en Chile y se muestra en promedio, no se puede decir lo que está haciendo el universo porque hay unos de estos grupos, pero sirven de referencia para los objetos más distantes.

 

Ahora cuando vi estos diagramas por primera vez quedé sorprendido porque vi estos objetos distantes y ninguno de ellos era uniforme o constante con el universo que estaba desacelerándose lo más rápido posible para llegar a un fin, entonces el universo no era finito sino que infinito, y lo que es más perturbador es que ninguno de los puntos en promedio estaba dentro de la parte amarilla del diagrama.

 

El estudio analítico dice que una de 10 mil veces estos puntos realmente pueden provenir de la parte amarilla del diagrama, entonces el universo estaba haciendo algo diferente, se estaba expandiendo más lentamente que en el pasado y se había acelerado, había ganado velocidad y eso era una sorpresa. ¿Por qué el universo ganaría velocidad? Y esto es como tomar una pelota, lanzarla por el aire y en vez de que volviera a la Tierra hacerla que se acelerara y fuera cada vez más rápida. Esto significaba que la gravedad estaba funcionando en forma inversa y dos trabajos salieron a propósito y el otro equipo había descubierto los mismos resultados, exactamente los mismos al mismo tiempo, en 1998. Les voy a mostrar unas fotografías luego del proyecto Cosmología Supernova y de nuestro equipo High-Z Supernova, que nos muestra aquí en Estocolmo en el mes de diciembre donde nos gusta vernos con nuestro frac, con nuestras humitas. Esta es la primera vez que todo el grupo estuvo reunido porque nos conocíamos, claro, trabajábamos juntos, pero nunca habíamos estado todos juntos en un lugar.

 

¿Qué está impulsando al universo? Tenemos que observar a Einstein para esto. Einstein y el gran error de Einstein parece ser nuestro descubrimiento, su constante cosmológica, o lo que ahora se llama “energía oscura” explica lo que nosotros habíamos visto que sucedía, pero necesitamos tener al universo como constituido de una mezcla de cosas normales que hacen que la gravedad impulse en un 30% y un 70% de elementos que hacen que la gravedad ejerza una presión. Esto fue un resultado muy iluso y la gente no por rara razón estaba escéptica y hacía que hubiera esta fuerza impulsora, y era muy difícil de avalarlo, pero dos grandes experimentos se hicieron 5 años después.

 

Y aquí mostramos el diagrama, uno es un estudio de las galaxias que hicimos en Australia en que pudimos ver los movimientos de las galaxias y medir cuanta fuerza de gravedad había.  Nosotros podíamos pesar el universo en cuanto a la gravedad de atracción y cuando hicimos esas mediciones resultaron un 27%, es decir el universo tiene un 27% de esta cantidad de elementos que son necesarios para que sea justo, equilibrado o plano. Por otra parte nosotros podemos ver acá el universo primitivo con ésta, un universo con 13 mil millones de años de antigüedad , y vemos todas estas ondas de sonido que nos indican el tamaño  o la física nos dice cuál sería el tamaño de estas ondas de sonidos y nos indica, por lo tanto, la geometría del espacio.

 

Ahora la geometría del espacio se ve afectada por todo tipo de sustancias, cosas que hacen que la gravedad tanto atraiga como ejerza presión, y si juntamos estos dos elementos la medición de las ondas de sonido nos dice que el universo era plano, que tenía un 100% de cantidad de materiales que eran necesarios para que fuera justamente plano.

 

27% de todo ese material era aquél que hacía que la gravedad empujara, y cuando restamos esto nos queda el 73% de esta materia misteriosa que  pareciera ser la misma materia que descubrimos que estaba empujando, separando el universo. Luego, ¿qué nos deja esto? Bueno, nos deja con un enredo.  Vivimos en un universo enredado, el universo está aproximadamente con 13.7 mil millones de años de edad en donde aproximadamente el 72% es aquellas cosas que llamamos la energía oscura, lo que está empujando el universo, y 28% es aquél que está atrayendo al universo, pero ahí hay un problema:   cuando estamos viendo cuánta gravedad esto tiene y lo comparamos con cuántos átomos hay en el universo, existe mucha más gravedad que átomos.

 

Los átomos son sólo 4% del universo.  Aquellas cosas que sabemos y conocemos o entendemos es sólo la punta del iceberg, el resto es materia oscura como nosotros la llamamos, estas son cosas que podemos ver en la medida que afecta al cosmos pero no hemos aún identificado esto y pensamos que quizás es alguna partícula no descubierta y eso lo tendremos que ver. Y Nick llegó a esto un poco.

 

¿Por qué estudiamos astronomía?


Y bueno, me voy a alejar un poco en este momento de la ciencia y voy a ir hacia temas sociales. ¿Por qué estudiamos astronomía? Todos tendrán  su propia respuesta, pero finalmente esto tiene que ver con la estética, queremos comprender cuál es nuestro lugar en el universo.  Yo siempre doy charlas a chicos de 10 años de edad y lo hago muy seguido y no importa donde yo vaya en el mundo cuando estoy con chicos de 10 años de edad siempre están fascinados con la astronomía y también con dinosaurios. Dinosaurios y astronomía.

 

Es parte de el ser humano el saber dónde estamos en el mundo, pero la astronomía también es útil porque es investigación básica y la investigación básica, no sólo la astronomía, ofrece el conocimiento fundamental que siempre da un sustento a lo humano.

 

Todo en esta sala, todo lo que conocemos de una manera u otra, está basada en la ciencia y es así como avanza la humanidad y comienza con la ciencia básica.  Ahora esta ciencia básica sí nos lleva al concepto de innovación.  La innovación es ¿cómo?, en forma efectiva se hacen aquellas cosas que la gente encuentra útil y lo hace desde la ciencia básica, y la tremenda pregunta que tiene la astronomía ofrece siempre una plataforma para que podamos abrir nuestra mente para investigar al mundo que nos rodea.  Es una fantástica manera de interesar a las personas en estudiar no sólo astronomía sino que cualquier forma de ciencia y tecnología, pero también ofrece una manera tremendamente interesante de estudiar al mundo, no restringida por una dirección impuesta; podemos aprender e inventar cosas nuevas más allá de nuestro ámbito de comprensión y por eso la investigación básica es importante.  Si sólo están intentando inventar lo que ya conocen, bueno eso es todo lo que van a inventar.

 

La investigación básica les permite inventar cosas nuevas, así por ejemplo en Australia nosotros tenemos a este señor John O’Sullivan. Él era un radioastrónomo australiano que estaba buscando los hoyos negros que se evaporaban y nunca los encontró, pero las técnicas que utilizó para medir y buscar esos hoyos negros evaporándose fue la técnica que él y colegas utilizaron en Australia para poder inventar el WiFi, la Internet inalámbrica, y ésta es la patente más importante que hay en Australia, utilizado por prácticamente todos alrededor del mundo. Y después de haber hecho esto se convirtió en un hombre muy rico. Pero volvió y dijo, ‘en realidad no me importa mucho el dinero voy a ser un radioastrónomo’, y en los últimos 10 años ha vuelto y ha sido un radioastrónomo intentando ayudarnos a nosotros a construir la siguiente generación de radiotelescopios y ha sido tremendamente exitoso en eso, y eso les muestra el poder de la investigación básica, que es un tremendo factor de motivación.

 

Acá tenemos a una persona que ganó cientos de millones de dólares y aun así al final volvió a donde él comenzó a estudiar el universo.  Ahora al hacer esto se necesita un plan estratégico si es que van a tener cosas útiles que van a sacar de su investigación básica; necesitan innovación y ciencia básica que funcionen juntas y esto requiere vincular a las universidades, instituciones académicas, la industria y también tener una cultura de innovación, y esto es algo que yo estoy intentando promover en Australia, algo que pienso que ustedes querrán promover acá en Chile, así que miremos hacia el futuro.

 

Australia y Chile son en realidad bastante similares en términos de su economía, ambos estamos pasando por prosperidad económica, básicamente sustentada en el boom de los commodities.  Ambos tenemos la oportunidad de tomar nuestra riqueza mineral y transformarla en lo que es incluso más valioso, que es el capital humano, y una cosa que me impresiona es un país tan pequeño al norte de nuestro país, que es Singapur.

 

Singapur no tiene recursos naturales para nada, sólo tiene a su gente.  En 1965, cuando obtuvo su independencia, se embarcó en un programa de ofrecer a sus ciudadanos la mejor educación posible, vinculó a sus universidades con el sector industrial y quiero que ustedes vean qué ha hecho la economía en Singapur.

 

Acá tenemos un gráfico que muestra Australia, Chile y Singapur desde aproximadamente la década del ‘60 hasta la época actual y ustedes verán que Australia y Chile han crecido bastante juntas y cada vez más prósperas.

 

Singapur, que no ha tenido los beneficios de nuestra riqueza natural de ambos países, nos ha sobrepasado a ambos.  Singapur ha pasado de un país muchísimo más pobre que Australia a ser muchísimo más rico que Australia, simplemente invirtiendo en su gente, y así finalmente el futuro de Chile, tanto como el de Singapur, el futuro está en su gente; invertir en educación es que lo que la OCDE dice que es una de las mejores maneras que llevan a la prosperidad y resulta que lo que se necesitan son profesores de alta calidad, lo mismo que nosotros necesitamos en Australia, necesitamos tener educación de calidad para todos, talento en Chile va desde Perú hasta la Antártica y ustedes no quieren dejar a la gente atrás porque no se pueden dar ese lujo. Así, éstas son las dos lecciones que ofrece la OCDE y es algo que creo todos están de acuerdo, en que sólo se requiere la voluntad para poder gastar el dinero y el tiempo para hacer esa tarea.

 

La astronomía acá en Chile tiene un futuro brillante también.  Chile es el mejor lugar del mundo para poder hacer la astronomía óptica.  Chile ha realizado un fantástico trabajo al poder tener los observatorios y a los distintos países de astrónomos acá, y la siguiente generación de telescopios ya existe, ALMA, que es el radiotelescopio terrestre más costoso de aproximadamente 1.5 mil millones de dólares, un proyecto conjunto de Estados Unidos con Europa, a través de la OES, Japón y Taiwán. Los desiertos secos acá ofrecen el mejor lugar para hacerlo.  Está siendo construido, está al norte del país a una gran altitud y toma estas mediciones tan precisas de una manera fantástica en el universo distante y hay otros proyectos que aún no comienzan, que es el LSST (el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos), la prioridad astronómica número uno de Estados Unidos, en donde va a ir al cielo 10 veces más rápido que cualquier otro telescopio y va a estar en Cerro Pachón, fuera de La Serena.

 

Estuve en la Universidad de Arizona y aunque era un telescopio virtual su espejo no lo es.  Aquí está siendo pulido el espejo en la Universidad de Arizona en tiempo real y es un telescopio bastante extraño porque son dos espejos en uno, algo que no fue posible hacer hace varios años atrás y en 5 años más ese espejo estará acá.

 

Australia también está invirtiendo en Chile y aun cuando tenemos muchos telescopios en Australia, Chile es un mejor lugar para tener telescopios ópticos, luego viene Australia, y nosotros somos parte del Telescopio Gigante Magallánico con Corea, con la Institución Carnegie Texas, Texas A&M, Harvard Smithsonians y la Universidad de Chicago.

 

Acá utilizamos 7 espejos que funcionan como un espejo único.  Nosotros armamos esto.

 

Este observatorio, este telescopio está instalado en Las Campanas, al norte de La Serena, y ustedes pueden ver la escala de este telescopio comparado al semitrailer con el vagón que hay abajo y este telescopio también está siendo construido y aquí tenemos el primer espejo totalmente pulido, preciso, a 19 nanómetros. Un nanómetro es una billonésima de un milímetro; es así lo bien que ha sido pulido esto.  Este es el primer espejo y aquí tenemos el espejo dos, este espejo ahora será pulido, hay 5 más por hacer y al final de la década este telescopio debiera estar en línea. Finalmente están los europeos, estos son el grupo más ambicioso y están viendo un telescopio que será el más grande y más costoso, está siendo diseñado y la construcción deberá comenzar el próximo año.  Este telescopio es enorme, 39 metros de diámetro, el tamaño de esta sala, es impresionante: Los astrónomos australianos están activamente buscando ser parte de la ESO, no hemos convencido al gobierno, pero ciertamente a nuestros astrónomos los hemos convencido.

 

Chile se está convirtiendo en el Centro Astronómico del Mundo, Chile va a tener acceso a tanto tiempo de telescopio como Estados Unidos. Existen entonces enormes oportunidades tanto en la ciencia como en la tecnología y claramente lo que ustedes necesitan son astrónomos de primer nivel y yo he visto como la astronomía ha crecido 5 veces en los 20 años desde que visité Chile por primera vez, y tienen la oportunidad para incluso hacer más, pero Chile no debiera sólo albergar telescopios, tiene la oportunidad de construirlos y es ahí donde pueden obtener más industrias, los ingenieros trabajarán con los europeos y los estadounidenses, para poder ayudar a encontrar la tecnología que sus astrónomos utilizarán para descubrir el universo. Para lograr esto se requiere una tremenda unión para asegurarse que la industria sea lo suficientemente hábil para poder hacer este tipo de actividad y veo la astronomía como un catalizador que puede ser usado para mejorar la educación básica y la secundaria, para mejorar la educación de las personas, incluirlas en la ciencia y tecnología, aunque probablemente lo más importante es aumentar las capacidades del país en términos de investigación y desarrollo.

 

Chile gasta 4 décimas partes de un porcentaje de investigación y desarrollo y para prosperar en el futuro hay que gastar más y la astronomía ofrece un portal para ese proceso que puede hacerse en conjunto con el resto del mundo para desarrollar la economía, las habilidades y finalmente poder hacer que Chile sea una sociedad más próspera.

 

 

El futuro del universo


Bueno, he hablado de lo que yo llamo el futuro de Chile, pero entonces ¿qué es el futuro del universo? El futuro del universo pareciera ser la energía oscura.  La energía oscura es parte del espacio en sí mismo.  La energía oscura hace que el universo se expanda más rápidamente y eso produce más energía oscura creando una expansión interminable.

 

Eventualmente la expansión de la energía ocurre tan rápido que las galaxias que podemos ver hoy día van a desaparecer debido a que el espacio entre nosotros se creará más rápido de lo que puede viajar la luz, entonces la idea es que la luz de una galaxia distante se nos acerca, pero el espacio entre nosotros y esa galaxia va a ser creado más rápidamente y esa luz va a perderse en la creación del espacio.

 

Ahora nuestra parte del universo no se está expandiendo en este lugar, en nuestra sala no se está expandiendo porque esta parte del universo tiene tanta gravedad que 13 mil millones de años atrás dejó de expandirse, colapsó, creó la Vía Láctea, creó la Tierra y creó el donde estamos.  Nuestra parte del universo nunca ha permitido que esta energía oscura le ponga el pie a la puerta.

 

Eventualmente las galaxias más cercanas tampoco se están expandiendo sino que se están acercando a nosotros, pero son sólo algunas, y nosotros nos vamos a crear y formar una súper galaxia, la Vía Láctea, Andrómeda, todas se van a unir en unos 4 mil millones de años más y van a formar un nuevo tipo de galaxia que realmente son muchas estrellas y polvo y nosotros viviremos en un universo isla, en un universo de estrellas en donde todas las galaxias que yo estudio hoy día eventualmente van a verse aceleradas tan lejos que ya no seré capaz de verlas y estudiarlas.

 

Los cosmólogos en el futuro quedarán cesantes, no van a tener nada más que hacer y es por eso que estoy estudiando también las estrellas y los planetas para no quedarme sin trabajo. Bueno, esto va a ser en todo caso en unos 30 mil millones años en el futuro.  La realidad es que hasta que comprendamos lo que está acelerando el cosmos todo es posible. Ver la energía oscura puede cambiar en el futuro y puede desacelerar el universo o acelerarlo incluso en una velocidad mayor, y sin embargo, si desaparece repentinamente esta energía oscura el universo seguirá en esta tasa de expansión y se desvanecerá.  

 

Este es el fin de la historia. Muchas gracias.

 

*Astrofísico estadounidense. Premio Nobel de Física 2011 por aportar evidencias a favor de la expansión acelerada del universo.   Es un destacado académico del Consejo de Investigaciones Científicas y miembro del Centro Nacional de Investigación de Astronomía y Astrofísica de Australia, y forma parte de la Universidad Nacional de Australia y del Observatorio Astronómico de Monte Stromlo.

 

 

Discurso del Dr. José Maza*

 

Buenas tardes a todos.  Estoy un poco apabullado porque hablar ahora después de la charla de Brian no es fácil. Comentar la charla de Brian me parece que no es en realidad lo que yo debo hacer en esta ocasión. A cambio, les quiero narrar una pequeña historia. Yo soy un enamorado de la historia de la astronomía y, bueno, soy parte de ella en alguna medida, y les quiero transmitir cómo empezó todo esto.

 

La tecnología parece que no es lo mío.  Yo hacia una búsqueda en Cerro El Roble hace 33 años.  Había regresado  de mi doctorado en Canadá  luego de realizar allá un trabajo con el profesor Sidney Van den Bergh, sobre supernovas, que nos llevó a darnos cuenta que había mucho que aprender al respecto.  El primer artículo científico que publiqué fue en el año 1976 acerca de estadísticas de supernovas, y en 1979 llegué acá. Había habido un convenio de la Universidad de Chile con la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, que trajo a Chile un telescopio de tipo Maksutov ubicado en Cerro El Roble y que no se ocupaba mucho porque los rusos, por razones bien conocidas, a mediados de septiembre del 1973 se fueron del país y quedó el telescopio Maksutov ahí. Aquel 1979 yo dije: “Bueno, está este telescopio que es muy bonito, ¿por qué no buscamos supernovas?”

 

Ahora les mostraré unas imágenes. Espero que no se vayan a latear.

 

Este es el Cerro Roble, esta es nuestra cúpula.  Como les conté, este telescopio es ruso. Fue construido a fines de los años ’60 y es realmente una joyita. El edificio lo construimos acá en Chile; no será una joyita, pero de lejos pega.  Ese es el Maksutov; tiene un espejo primario de un metro, un doble menisco de 70 centímetros y puede fotografiar un campo de 5x5 grados en el cielo al mismo tiempo.

 

Aquí tenemos el telescopio en varias posiciones. Y por acá -aparece por lo menos uno-, el que está de azul más claro, este joven delgado, es Luis Eduardo González, que está por allá, ni tan joven ni tan delgado… que empezó a trabajar conmigo en el año 1979.  Esto es un montaje del Maksutov. Por supuesto que la Vía Láctea no se ve así desde El Roble, pero con algo de photoshop todo se puede y, bueno, la maravilla de lo que teníamos: el Maksutov era un buen telescopio, pero teníamos a Juan Parra, lo que valía más que el Maksutov mismo.  Juan Parra era el superhombre de los observatorios. Los normales tienen 50 personas para operarlo, los observatorios pequeños en Las Campanas tenían un turno grande y un turno chico.  El turno grande constaba de 20 personas y el turno chico de 6.  Nosotros en el Cerro El Roble teníamos a Juan Parra, ese era el turno grande y el turno chico: sólo Juan Parra.  El manejaba el camión, él nos llevaba, nos subía, nos bajaba, nos hacia la comida, hacía un pan amasado maravilloso, además revelaba las placas y, cuando tomábamos las placas, él bajaba a Santiago y las traía acá.  Les cuento esto un poco para mostrarles que realmente con muy, muy pocos recursos pudimos hacer varias cosas.  

 

Tuve la suerte de que el astrónomo a cargo, que era Carlos Torres, fue bastante gentil conmigo y me explicó muchas cosas  y apoyó que usáramos su telescopio. Y don Claudio Anguita, que era decano de la Facultad, creyó que un joven que venía con algunas ideas raras en la cabeza podría llegar a alguna parte y entonces, tanto Claudio Anguita como don Hugo Moreno, entonces director del Observatorio, un  hombre de una gentileza muy grande y suficientemente  audaz como para permitirme que, además, hiciéramos una contratación de una nueva persona, y ahí apareció Luis Eduardo González, un joven que venía de San Fernando. Había llegado a la ciudad hacia un tiempo y por lo tanto él, con energía y talento, subía a tomar las placas.

 

Pero realmente, nuestra arma secreta se llamaba Marina Wischnjewsky. Si el apellido les resulta raro a ustedes, a mí todavía me cuesta pronunciarlo. Marina era de una familia rusa que había llegado a Chile en el año 1949, como nos ha ocurrido a muchos. Mi familia llegó como refugiada acá a Chile también. 

 

Después de pasar una cruenta guerra en Yugoslavia, Marina llegó al observatorio como traductora de ruso, porque  ellos  tenían la mala costumbre de escribir todo en su idioma, y había rumas de planos así de alto, escritos en ruso, y nadie sabía cómo leerlos. Pero ella, con una paciencia extraordinaria, lo hacía.

 

Esto no era la cocina sino el laboratorio fotográfico. Ahí uno iba revelando y fijaba todas las placas y estaba horas y horas metido ahí respirando un humo bastante desagradable.  

 

Este es el team que nosotros hicimos en El Roble. Aquí está Juan Parra. Juan se acaba de jubilar y en realidad es una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida.

 

Esta es Marina, siempre mirando con cara así como de enojada. Bueno, desgraciadamente ella no está aquí ya con nosotros, pero Marina fue el corazón de la búsqueda.

 

Aquí está Luis Eduardo González que está por allá también 30 kilos después de cuando hacíamos aquéllo y yo también estoy con bastantes pelos menos en esta foto.

 

Bueno tuvimos la suerte en el año 1979, todo nos salió… Bueno, aprendíamos y nos salió bastante mal.  En el año 80 encontramos una supernova…  La foto de la izquierda es la Galaxia Fornax A, tomada en el año 77, eso es lo que creo que leo acá abajo y en diciembre del año 80 encontramos una supernova que está señalada con esa flecha, esa estrella está sólo en la imagen de la derecha.  Marina la encontró en diciembre del año 80 y ya con esa supernova eso sí que nos levantó el ánimo y llegamos a descubrir un montón de supernovas, incluso hasta mis colegas yo creo que le puede sorprender estos números.  En el año 79 nosotros acá en El Roble aprendiendo a buscar supernovas, descubrimos tres supernovas, pero en el mundo se descubrieron 7 en total, incluidas las 3 nuestras, es decir, nosotros aportamos con Juan Parra y Lucho Lalo y Marina Wischnjewsky, el 43%.

 

Estuvimos durante varios años, para no leerles todos los números.  En total en El Roble descubrimos 47 supernovas, de un total de 111 que se descubrieron en el mundo entero y, en particular en el año 1982, que fue nuestra mejor cosecha, encontramos 15 y el resto del mundo encontró 12. Nosotros encontramos el 56% de las supernovas.

 

Desgraciadamente algunos de los mayores acá recordarán que en el año 1982 tuvimos una crisis económica que llevó al dólar a pasar de $39 a $100 casi en forma instantánea y todo lo fotográfico, las placas, cada una de ellas, costaba unos 20 ó 30 dólares, y claro, cuando 20 dólares se traducían a 39 pesos la cosa era posible, pero cuando pasaron a costar $100 se nos hizo muy difícil seguir con esto.  

 

Bueno, incluso algunos recortes de diarios refieren que Chile era campeón en supernovas y yo creo que en realidad esos números que les acabo de mencionar sí lo demuestran.  En el año 1984 terminamos la búsqueda de supernovas, pero lo más interesante, lo más importante, es que habíamos aprendido a buscar supernovas, una artesanía que es bastante más difícil de lo que la mayoría puede creer.

 

En el año 1987 explotó una supernova en la nube grande en Magallanes y ahí de repente todo el interés del mundo cambió y las supernovas se pusieron de moda. Yo ya no estaba trabajando en supernovas, pero con mis amigos y colegas del Cerro Tololo dijimos, bueno, por qué no hacemos algo.

 

En Tololo trabajaban Mark Phillips, que lo veo ahí sentado, Nick Suntzeff, que está sentado aquí al lado, Bob Schommer, que ya  no está con nosotros, que eran los astrónomos senior.  En realidad éramos bastantes jóvenes en aquella época, bastante más jóvenes que ahora, pero eran astrónomos senior y había dos jóvenes con mucho empuje, que eran Lisa Wells y Mario Hamuy. Mario era el hombre que manejaba toda la parte de los nuevos detectores digitales y que sabía cómo usarlos.  Yo me crié con una regla de cálculo en la Escuela de Ingeniería así que pasar de esas reglas de cálculo a los computadores digitales se me hizo difícil. Mario era la persona que manejaba eso perfectamente.

 

En el Cerro Calán, en la Universidad de Chile, nuestra herramienta fundamental era Marina Wischnjewsky. Luis González andaba arrancado en Cerro Tololo, se lo habíamos prestado a Tololo por unos años. Roberto Antezana rápidamente adquirió la técnica; tiene una agudeza visual como yo no he visto en ninguna otra persona en el planeta, y Roberto y Marina, cada cual con un estilo bastante distinto, eran las personas que miraban las placas tomadas en Tololo.  En Tololo se tomaban las placas, se mandaban en un bus en la noche, y yo iba ahí temprano en la mañana a buscarlas y la subíamos al Cerro Calán.

 

Yo también era parte de ese team, para ponerme en alguna parte.  Este es Roberto Antezana, se ve chiquitito ahí al lado del Maksutov. Bueno, en Calán sabíamos cómo descubrir supernovas y en Tololo tenían toda la nueva tecnología, realmente hubo un cambio en tecnología.  La placa fotográfica se estaba muriendo y toda la detección digital de supernovas se hizo en Tololo con un equipo que sabía hacer todas las funciones, era una orquesta completa en la que cada uno tocaba un instrumento muy bien afinado.

 

En total descubrimos 50 supernovas, caracterizamos la supernova tipo 1A, como ya explicó muy bien Brian y con esa calibración que hicimos, una calibración que primero hizo Mark en el año 1993 y que nosotros refinamos. Brian y el grupo de Saul Perlmutter descubrieron la aceleración del universo en el año 1998. 

 

Pero recapitulando, esto partió con Claudio Anguita de decano; con Hugo Moreno de director del Departamento; con Juan Parra… sin él no hubiéramos hecho nada; con Luis Eduardo González y con Marina Wischnjewsky.  

 

Aquí hay una foto que fue tomada recientemente en Cerro Calán y es un grupo que ya somos como los del Mundial del ‘62 más o menos.  A la izquierda está Roberto Avilés, Marina Fernández Wischnjewsky, hija de Marina que está aquí representándola a ella; al lado Luis Eduardo González; después estamos Mario Hamuy y yo.

 

Un poquito más atrás está Chris Smith, que era un joven postdoc en Tololo que también se incorporó al equipo Calán Tololo; Roberto Antezana, y en el costado de acá una alumna que fue lo suficientemente valiente para irse a Tololo y estuvo ahí varios meses trabajando. Tanto con Nick como con Mark y Mario, hizo su tesis de magister en la Universidad de Chile, en supernovas.  Y en El Roble, para terminar, Juan Parra nos alimentaba a todos con dos patas o con cuatro patas y no tenía ninguna distinción y ahí está Juan alimentando.  Ese zorro se llamaba Claudio, y éste no es el hombre de las nieves sino Luis Eduardo González caminando con más de un metro de nieve en la cumbre.

 

Bueno, a partir de nuestro trabajo estudiando las supernovas muy distantes, Brian y su grupo descubrieron la aceleración de la expansión del universo. Gracias a Brian y a su grupo, y bueno, gracias por estar aquí. Quiero terminar por hacer una mención histórica también; uno de mis personajes favoritos en la historia de la ciencia es Tycho Brahe. Cuentan que cuando Tycho Brahe estaba en su lecho de muerte tomó tal vez a Kepler de la corbata. Dicen que Kepler lo mató, pero eso no está comprobado todavía; pero se supone que cuando se estaba muriendo, Tycho le dijo a Kepler: “Haz que yo no haya vivido en vano”.  La verdad es que después de que Brian y su grupo descubrieron la aceleración del universo yo no tengo que pedirle nada a nadie cuando me esté tocando esa hora.

 

Gracias.

 

 * Doctor en Astrofísica de la Universidad de Toronto, Canadá, académico del Departamento de Astronomía (DAS) de la Universidad de Chile, Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999.

 
 
 

 

 

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