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Cuando uno legisla no lo hace para un caso determinado

Por Hernán Larraín, senador por la Región del Maule

30 de agosto de 2013

Imagen foto_00000014Este es un tema especialmente delicado y muy sensible, porque se ha planteado a raíz de una situación muy dramática, la de Emilia. Están sus padres aquí, con quienes hemos conversado en la Comisión de Constitución. Y entendemos el dolor. Y ese dolor nos ha hecho reaccionar, cambiando probablemente conceptos, en distinta forma. No hemos llegado a una solución común entre todos los integrantes de la Comisión. Pero quisiera explicar por qué.

 

Entiendo que quienes nos acompañan hoy día quieren una solución lo más dura posible, porque lo que ha ocurrido con Emilia merece una solución dura, merece que quien lo hizo tenga la pena de cárcel. Sin embargo, uno también puede imaginar circunstancias en donde el conductor ebrio mata a una persona y no merece esa pena de cárcel de la misma forma que otros casos.

 

Entonces, cuando uno legisla no lo hace para un caso determinado, lo hace para otros casos que también se pueden dar en el futuro, que tienen distinta naturaleza y circunstancia. La ley no puede prever todos los casos.

 

¿Por qué nos ha sido difícil pensar que el piso para aquel que conduzca en estado de ebriedad y cause la muerte de alguien sea cinco años? Porque eso significa equiparar esa conducta con el homicidio simple. Y no es lo mismo. En algunos casos puede serlo. Pero no siempre es así. Equivale a decir que las conductas negligentes son lo mismo que las conductas dolosas. Y eso también conceptualmente es distinto.

 

Por eso lo que hicimos en la Comisión fue decir “el delito que hoy día tiene tres años y un día a cinco, se le sube el techo a diez años”, dejando que el juez, ante circunstancia determinada, pueda asegurar que en casos más graves se aplique una sanción sobre los cinco años y un día, existiendo así  cárcel efectiva. Pero si estima que es menos grave, entonces se dicta una pena inferior existiendo la posibilidad de cumplir pena remitida.

 

Aquí hay muchas cosas que deben intervenir: las atenuantes, las agravantes, el concurso de delito, las reincidencias, todas las que son cuestiones que el juez tiene que ponderar. Pero al final es él el que toma la decisión. Por eso que hemos preferido ese camino del rango.

 

Creemos, y tengo la convicción, de que si esta norma, tal cual está propuesta por la Comisión, estuviera vigente, aquel chofer, que desgraciadamente produjo la muerte de Emilia estaría preso. Y de esa manera se cumpliría ese objetivo. Pero no todos los casos son iguales. Y por eso nos ha parecido conveniente hacerlo así.                       

 

Soy como todos: padre de familia, y no quisiera  que me pasara lo que le ha pasado a los padres de Emilia, pero tengo que pensar qué es lo mejor para la legislación. Esa es nuestra labor. A veces no es simpática, a veces no es comprendida, pero uno tiene que pensar cuál es lo mejor para la generalidad de situaciones que se puedan producir hacia delante. Uno se puede equivocar, no soy dueño de la verdad ni soy perfecto. Pero, también, quienes creen que estoy equivocado tienen que pensar que a lo mejor tampoco tienen la verdad. Todos tenemos que respetarnos en lo que pensamos, porque queremos el bien para Chile y evitar conductas horrorosas como las que han ocurrido en estos días.

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