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Doble vía en Chiloé: prioritaria, necesaria y justa

Por Rabindranath Quinteros, senador por la Región de Los Lagos

12 de junio de 2014

Imagen foto_00000019Durante las últimas semanas se han alzado voces críticas que cuestionan el proyecto de construir, mediante el sistema de concesiones, una doble vía al interior de la Isla de Chiloé. Las razones esgrimidas apuntan a la poca población de la isla y al hecho de que los chilotes no pagarán peaje dentro de la isla, aun cuando serán los principales usuarios de la vía.

 

Se advierte en estos cuestionamientos el habitual sesgo centralista que apuesta por establecer prioridades en función de un solapado menosprecio hacia aquellos territorios y personas alejados de los grandes centros urbanos.

 

Cuestionar la prioridad de la inversión en virtud de la cantidad de habitantes de Chiloé resulta un argumento escaso de razones. La doble vía al interior de Chiloé es necesaria y su valor social –que no es lo mismo que la manoseada rentabilidad social- resulta indiscutible. Y eso lo sabe cualquiera que haya hecho ese recorrido, no en calidad de turista en un soleado día de verano, sino durante el año entero, con mal tiempo, escasa visibilidad y alto riesgo, en una ruta insegura y en mal estado, en la que junto a automóviles y transporte público, circulan también peatones, camiones a alta velocidad y vehículos de tracción animal.

 

Adicionalmente, al sostener que resulta injusto que el peaje de la ruta concesionada lo paguen sólo quienes van de paso y no los chilotes que serán los usuarios habituales de la vía implica se omite, en principio, el concepto de equidad, que implica dar a cada quien lo que merece. Y Chiloé merece más de lo que tiene, pues por décadas ha entregado más de lo que ha recibido.

 

Durante demasiado tiempo las regiones han debido contribuir al financiamiento, mediante impuestos y tributos, de los mayores gastos provocados por la concentración generada en la Región Metropolitana, cuya población creciente obliga, permanentemente, a destinar recursos para construir más calles, aumentar el transporte público y generar planes anti contaminación.

 

Chiloé –al igual que Palena y otras zonas alejadas- ha debido sufrir históricamente los costos del aislamiento geográfico y del descuido del propio Estado de Chile. Allí el problema no es que los vecinos deban esperar una hora por el microbús. El problema es que no hay caminos internos, que sus teléfonos no funcionan porque no hay cobertura y que el mal tiempo los puede dejar aislados por días e incluso semanas, en sectores que muchas veces no cuentan ni siquiera con los servicios elementales.

 

La fórmula de la concesión para construir la doble vía al interior de Chiloé permitirá que los recursos del Ministerio de Obras Públicas destinados a mantenimiento y reparación de esa ruta sean redestinados a otros proyectos viales, entre ellos la ruta costera y un conjunto de rutas secundarias que conforman un tramado de caminos productivos y con potencial turístico dentro de la isla, que complementarán las obras del puente sobre Chacao y el conjunto de proyectos que forman el Plan Chiloé y que este Gobierno ha reimpulsado decididamente.

Razones para promover la construcción de la doble vía al interior de Chiloé hay bastantes, tantas como necesidades de mejor infraestructura vial y deseos de mayor calidad de vida hay en la isla.

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