Docentes en situación de pobreza progresiva

No deseo, que mis palabras trasunten pobres sentimientos ni melancólicas insatisfacciones. Sólo quiero que, dos instancias, en discusión actual, resulten con estrías de solución para ciudadanos, que donan todos sus órganos vitales, para aquellos que con nuestro sacrificio, llegan a transformarse en ilustres ciudadanos de nuestro querido y amado país.

La condición de vida a la que accede un docente de Educación General Básica, después de cuatro décadas, de esfuerzos y sacrificios, movidos por una fuerte y verdadera vocación de servicio, con la mirada y la fe de formar, educar, amar y proteger a cientos de miles de estudiantes chilenos, es triste, vergonzosa, injusta y mal merecida. Estas palabras no van dirigidas a ningún partido político, y menos a representantes de enclaves, conglomerados y/o alianzas de la mencionada connotación. Es un clamor sordo y silencioso, de algo así, como un medio centenar de mil docentes, (+ de 50.000) en situación de pobreza progresiva. Digo esto porque las alcancías van perdiendo chauchas por el 7% de Salud, por FONASA, por la implacable acción del tiempo, el robo-hormiga de la AFP, por los gastos en esto y aquello y finalmente... porque la pensión de hambre ni da para calmar esa vital necesidad humana; este es mensaje para el corazón y para el alma de nuestros ciudadanos ilustres que arduamente trabajan para mejorar y hacer cada día más grande a la Patria.

Honorables Ciudadanos Legisladores de la República de Chile: ¡Fuerza y Dedicación a la Reforma del Sistema Previsional!  ¡Una cabal demostración de Reconocimiento y Gratitud para el Magisterio chileno! ¡Y un simple pero efectivo gesto de comprensión para los Jubilados de Educación!

Nelson Renato Vera Moya