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Duro revés a las regiones

Por Iván Moreira, senador por la Región de Los Lagos

5 de junio de 2015

Imagen foto_00000015“No da lo mismo nacer en una de las grandes ciudades o una localidad aislada, porque ni las oportunidades ni el acceso a los beneficios serán parecidas”, con estas palabras la Presidenta Michelle Bachelet daba a conocer el 21 de mayo de 2014 sus medidas de descentralización y su plan para zonas aisladas.

 

Tras un año de esas propuestas para dar mayor poder a las regiones vemos con recelo el cumplimiento de estas. El plan participativo de las zonas extremas, excluyó a la provincia de Chiloé y Palena, poco se ha avanzado la conectividad de las zonas aisladas, como asimismo el subsidio al transporte público, que mientras se sigue inyectando recursos al Transantiago, las regiones carecen de un servicio de calidad.

 

La evaluación de la ley de pesca es otra de las promesas incumplidas por  este gobierno, que pese a la presión de los dirigentes de la pesca artesanal, no existe hasta la fecha algún atisbo de modificación tendiente a mejorar las reglas de esta actividad económica relevante para las regiones de la zona sur austral, de la cual dependen 28 mil familias aproximadamente en nuestra región.

 

 Se señala como una solución a la desigualdad territorial, la elección democrática de intendentes, pero ¿en qué podría ayudar tener una autoridad elegida por votación popular, sino hay traspaso de presupuesto y de las competencias necesarias para que pueda ejercer su rol a cabalidad?.

 

Por otra parte, de nada sirve tener un gobierno regional, sin municipios empoderados, para lo cual se requiere un sistema de gestión de capital humano, capaz de levantar proyectos de manera autónoma, con enfoque local. Como también es prioritaria la descentralización fiscal con una ley de rentas regionales destinado a alcanzar un gasto autónomo, y un fondo de convergencia que permita crear una garantía estatal de recursos para las zonas rezagadas.

 

Esta segunda Cuenta Pública de la Presidenta, sin duda, ha carecido de la impronta necesaria para las regiones. Más que grandes ideas o slogan, lo que se necesita son hechos concretos. Esperábamos  anuncios específicos frente a, por ejemplo, la reconstrucción de Chaitén, la conectividad de las islas o el acceso a las viviendas sociales. Lamentablemente nos enteramos de los atrasos en la construcción de los hospitales de Futaleufú y Quellón, como también alguna mención sobre la anhelada universidad estatal para Chiloé, que fue una promesa de la mandataria desde el año 2006, cuando se incluyó en el Plan de Chiloé.

 

Dudo que por el sólo hecho de elegir por votación popular a un intendente, que no contará con atribuciones, pueda cambiar la forma en que hoy se toman las decisiones sin criterios locales y desde los escritorios de los ministerios en Santiago, que carecen del conocimiento y la empatía con la realidad local de las regiones.

  

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