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Educación y Salud deben ser prioridad en el Presupuesto 2016

Por José García Ruminot, senador por la región de La Araucanía

9 de octubre de 2015

Imagen foto_00000038Respecto a las señales del Gobierno de que el presupuesto no será expansivo, creo que debemos procurar que no ocurra lo mismo que en 2015 y construir sobre bases realistas.

 

El presupuesto 2015 se construyó con una estimación de crecimiento de la economía, que al momento de elaborarse, ya se sabía que era imposible de cumplir. El menor crecimiento económico afectó los ingresos fiscales y, por lo tanto, los niveles de gasto público, porque al no haber certeza respecto de los ingresos, el Ejecutivo debe ser más cauteloso. Y para no aumentar significativamente el déficit, no puede ponerle celeridad a la ejecución del presupuesto.

 

Eso explica este año la baja inversión en Salud y la bajísima inversión en Educación, a pesar de tener presupuestos aprobados muy altos.

 

A mi juicio, estas dos partidas deben ser la prioridad en el presupuesto de la Nación para el próximo año.

 

En Educación, está el tema de la gratuidad en la enseñanza superior, la nueva carrera docente, y la ley que comienza a regir el próximo año, que financia parte del copago que hoy realizan las familias a la educación básica y media, y que tiene que empezar a ser financiado por el fisco.

 

En la cartera de Salud, se debe cumplir el compromiso de los 20 hospitales que tienen que estar inaugurados durante la actual administración. También debemos destinar importantes recursos a la disminución de las listas de espera en los hospitales, tanto en consultas de especialidades, como en cirugías no AUGE, que están alcanzando niveles francamente dramáticos. De igual manera, debemos disminuir el endeudamiento de los hospitales, que también ha alcanzado niveles enormes, y que termina resintiendo la calidad de la atención a los pacientes.

 

Todos los ministerios, a excepción de Educación y Salud, de alguna manera van a quedar susceptibles de que sus presupuestos se mantengan o disminuyan, por lo que pueden y deben hacer un esfuerzo en lo que son consumos básicos y contratación a honorarios. Eso debe tener una restricción fuerte, además de revisar los programas que muchas veces no representan ningún mejoramiento significativo a la calidad de vida de la población.

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