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El bono marzo en el marco del sistema de protección social

Por Ricardo Lagos Weber, senador por la Región de Valparaíso

21 de marzo de 2014

Imagen foto_00000019Me tomé el trabajo de mirar lo que fueron las discusiones que tuvimos en el Senado en marzo del 2010 cuando asumió el Presidente Sebastián Piñera, particularmente, el debate que se dio en ese entonces y luego lo que fue la presentación del bono del año 2013.

 

Pues bien, el entonces candidato Sebastián Piñera en junio del 2009 adelantó que se iba a hacer efectivo un bono si es que él era elegido presidente al año siguiente. Nueve meses antes de asumir, ni un doctor en Economía de la Universidad de Harvard o el MIT podría haber previsto si habría una situación de crisis en marzo.

 

En el bono del 2013, el Presidente Piñera dijo: “A Chile le está yendo bien, porque tenemos recursos adicionales y deseamos distribuirlos a quienes lo necesitan”. En ese año y al igual como lo hice en el 2010, le recordamos su promesa de campaña.

 

El bono otorgado en 2013, a nuestro juicio, cometió un error imperdonable desde el punto de vista de la política pública. Con tal de priorizar la clase media emergente -que fue la impronta de Piñera-, se favoreció a aquellas familias cuyo ingreso total no superaba el millón 370 mil pesos, en circunstancias que los pensionados que percibían no más de 133 mil pesos, eran excluidos del beneficio.

 

Ahora, el presidente Eduardo Frei, cuando fue candidato también planteó un bono, pero ya avizorábamos que debía tener un carácter permanente, porque habíamos visto que lo correcto era establecer un sistema que no estuviera a la voluntad del gobernante de turno.

 

Así el presidente Ricardo Lagos dio cuatro bonos en seis años, la presidenta Bachelet otros cinco en cuatro años, y el presidente Piñera también cinco en cuatro años. Todos tuvieron una naturaleza distinta porque algunos fueron más justificados que otros.

 

Hoy lo que hace la reciente aprobada ley que concede el aporte familiar permanente de marzo y ajusta el bono invierno, es mitigar los numerosos gastos que se deben enfrentar durante este mes. A diferencia de los bonos anteriores que han tenido un carácter excepcional, esta propuesta se inserta dentro del sistema de protección social. Y adicionalmente, amplía la cobertura a más de 351 mil adultos mayores.

 

Todo ello significa un costo fiscal para el año 2014, de 162 mil 660 millones de pesos que estará orientado a quienes reciben el aporte familiar permanente, el subsidio familiar, la asignación familiar o maternal, así como los usuarios del “Chile Solidario”. Estamos hablando de más de un millón 601 mil familias que se verán beneficiadas en estas categorías.

 

El monto del aporte familiar permanente varía en función de los beneficiarios y los causantes. En el caso de los acogidos al subsidio familiar o asignación familiar o maternal, el monto del bono será de 40 mil pesos por cada causante; mientras que las familias usuarias del “Chile Solidario”, recibirán siempre 40 mil pesos por núcleo.

 

A aquellas familias del “Chile Solidario” y del Subsistema de Seguridad y Oportunidades que sí tengan causante de subsidio único familiar o asignación familiar, recibirán un aporte por cada uno de ellos. En suma, se van a otorgar 3 millones 542 mil aportes familiares permanentes.

 

El aporte permanente será de cargo fiscal y se pagará a través del Instituto de Previsión Social en una sola cuota en marzo de cada año. También es necesario saber que quienes perciban indebidamente el aporte, se les aplicarán las sanciones administrativas y penales que pudieran corresponderles, sin perjuicio además de la obligación de restituir la suma indebidamente percibida.

 

El costo fiscal de este proyecto asciende a 162 mil 660 millones, los que se financiarán con cargo a los recursos contemplados en el Tesoro Público de la Ley de Presupuestos y, en los años siguientes se seguirá la misma regla.

 

Lo que estamos haciendo acá -que lo advirtió el presidente Frei en su oportunidad, luego la presidenta Bachelet hizo lo propio- es generar un bono permanente para ayudar a los más vulnerables.

 

A medida que el sistema se perfecciona, la Superintendencia de Seguridad Social se ha vuelto más exigente, por lo que los beneficiarios de la asignación familiar han ido disminuyendo en el tiempo. Hoy existen más requisitos y control. Eso explica por qué el bono no va a todo el mundo.

 

Me alegro de que tengamos un apoyo permanente a la familia chilena. Ojalá que se pueda mejorar en el tiempo.

                                

                              

 

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