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El derecho debe ser capaz de reflejar valores vivos de la sociedad

Por Isabel Allende, Presidenta del Senado

14 de agosto de 2014

Desde mi rol como senadora de la República y asumiendo como Presidenta del Senado, he planteado que como Parlamento tenemos que revisar nuestra legislación para eliminar todo tipo de discriminaciones, en especial para las personas con capacidades diferentes.Imagen foto_00000002

 

Así y considerando que hace 43 años, se establecieron normas en el Código Orgánico de Tribunales que impidieron a personas en condición de ceguera, acceder al cargo de Juez, se impidió a abogados el ejercicio de la judicatura, sin consideración de sus aptitudes personales y profesionales, teniendo en consideración sólo su condición de ceguera.

 

La norma, a todas luces discriminatoria, respondía al contexto de una sociedad vertical e intolerante, que no terminaba de asumir la igualdad como un principio rector del pacto social y la no discriminación como un imperativo ético de la convivencia.

 

El espíritu del código es contradictorio con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos civiles y políticos y la Convención de las Naciones Unidas para la protección de la Personas con Discapacidad.

 

Es, además, contradictorio con la normativa Constitucional que impide todo acto de discriminación arbitraria y con la legislación nacional de más reciente aprobación.

 

La norma que impide a personas en situación de discapacidad el ejercicio jurisdiccional, atenta contra el espíritu del Chile actual, cada vez más proclive a las libertades civiles y a los derechos ciudadanos. El país ya no el mismo y nuestra legislación debe corregirse con arreglo a los nuevos tiempos. El derecho debe ser capaz de reflejar valores vivos de la sociedad.

 

Por ello, luego de cuatro décadas, este Senado que me honro en presidir, votó la derogación de estas normas de manera unánime, que discriminaban a chilenos sólo por su condición de discapacidad, y estoy segura que se aprobará este proyecto que permitirá a personas ciegas, sordas y mudas acceder a los cargos de Juez o Notario.

Este Senado actuó plenamente con enfoque de derechos, observando tratados internacionales, pero por sobre todo, hemos puesto al ser humano en el epicentro de su trabajo legislativo, entendiendo que todos los hijos de esta patria deben recibir igual trato.

 

Es por ello que creo que el Senado está haciendo justicia con las personas en situación de discapacidad, por cuanto en tiempo record hemos llevado a votación este proyecto que deroga anquilosados y vetustos preceptos legales, que injusta y arbitrariamente impiden a personas no videntes, sordas y mudas acceder a los cargos que antes estuvieron vedados para ellos.

 

Hoy permitiremos que Darío Alfaro, joven estudiante de 5° año de la carrera de Derecho de la Universidad de Chile, pueda cumplir su sueño de niño, el cual es convertirse en Juez de la República.

 

Ello porque como Senado hemos entendido que las discriminaciones arbitrarias, son algo que debemos superar, dejar en el pasado, que el único requisito para acceder a un cargo o empleo debe ser aquel que se derive únicamente del esfuerzo y capacidad personal.

 

En esta votación, se han derogado las normas del Código Orgánico de Tribunales, que datan de 1943, que impiden a chilenos acceder al cargo de Juez o Notario. Han pasado ya 71 años de la injusta vigencia de esas normas discriminativas y excluyentes. Porque ha llegado el momento de eliminarlas y expulsarlas de nuestro ordenamiento jurídico, para que no existan barreras legales injustas que impidan la plena inclusión de todas y todos.

 

La Constitución impide que se efectúen discriminaciones arbitrarias (19 N° 2), y con la aprobación de este proyecto, avanzaremos en el respeto al bloque de Derechos Fundamentales consagradas en nuestra Constitución.

 

En ese contexto, este proyecto de ley representa un paso adelante en esta materia, que después de la “Ley Zamudio” (Ley 20.609), es un camino que como Senado hemos comenzado a transitar.

 

Cada vez que con nuestro trabajo legislativo, impedimos alguna forma de discriminación contra cualquier ciudadana o ciudadano, hacemos de Chile una mejor nación, que observa y cumple tratados internacionales, y a la vez que es capaz de entender que la discriminación es un acto contra la humanidad, y que los Derechos Fundamentales son el norte de nuestro quehacer legislativo, siendo la persona humana el epicentro de nuestro trabajo y su desarrollo e inclusión nuestro objetivo.

 

Agradezco a mis colegas por haber entregado un amplio respalda a la presente iniciativa que busca mayores espacios de integración social, de mayor justicia, de mayor igualdad y por supuesto de mayor cohesión e inclusión.

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