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  El rol relevante de la mujer y el empleo

  Por Fulvio Rossi, senador por la Región de Arica y Parinacota.

4 de mayo de 2012

ImagenEl proyecto sobre el ingreso ético familiar busca atacar la extrema pobreza. En Chile tenemos 170 mil familias, 640 mil personas, que están en esa situación, es decir, que tienen un ingreso menor a 32 mil pesos per cápita, que sería el equivalente a lo que se requiere para garantizar una dieta de al menos 2 mil calorías por cada uno de los integrantes del núcleo familiar. Como porcentaje puede parecer una cifra baja, pero se trata de 640 mil personas que están en una condición que ni siquiera les alcanza para satisfacer los requerimientos nutricionales mínimos.

 

Por otro lado, la pobreza y la extrema pobreza tienen rostro de niño y de mujer. Los datos que nos han entregado relatan que el 24 por ciento de la población entre los 0 y los 3 años está en esa situación y, de todos los hogares que viven bajo la línea de la pobreza, el 48 por ciento, tiene como jefe de hogar una mujer.

 

Y eso explica por qué el énfasis del proyecto de ley de ingreso ético familiar está puesto básicamente en la mujer, especialmente en su capacidad de obtener empleo y de preservar ese empleo a través de una capacitación continua y permanente.

 

Durante el estudio del proyecto en la Comisión de Gobierno se dieron a conocer cuatro factores que tienen incidencia en relación a la pobreza y la extrema pobreza: el precio de los alimentos; el empleo; el sueldo, y las políticas sociales. Y hoy día estamos hablando justamente de una política social que tiene dos antecesores: el Chile Solidario, el Programa Puente, y la asignación social.

 

No sacamos nada con diseñar una política social solamente con transferencias monetarias, porque al final ese tipo de asistencialismo tiende más bien a perpetuar la condición de pobreza.

 

Muy por el contrario, lo que se busca es, a través de una intervención sociolaboral, psicosocial, con transferencias monetarias condicionadas y otras no condicionadas, sacar a estas familias de la extrema pobreza y entregarles las herramientas, básicamente el empleo, que les permitan salir adelante de manera permanente, y no estar en una situación precaria de vulnerabilidad.

 

Desde esa perspectiva, la mujer tiene un rol central, y el empleo cumple un rol tremendamente relevante.

 

Este proyecto tiene tres pilares: un pilar de dignidad, que son las transferencias no condicionadas que se le entregan a la familia y de acuerdo al número de cargas; después hay un pilar que tiene que ver con ciertos deberes, y un pilar que tiene que ver con los logros.

 

Cuando hablamos del pilar de dignidad, estamos hablando de una transferencia que no está condicionada al cumplimiento de ningún deber, ni al cumplimiento de ningún logro. Son 13 mil pesos al mes, la transferencia familiar, y posteriormente, por integrante del grupo familiar 6 mil al mes en promedio. Por eso que se estima que una familia en donde existen dos adultos y dos niños habría 37 mil pesos mensuales.

 

Después tenemos un pilar de deberes, donde hay dos que se señalan como relevantes y que tienen que ver con la participación de los niños: en el control de niño sano, en el consultorio, en la atención primaria; y, por otro lado, la asistencia a clases, la asistencia a educación. De cumplirse esos deberes, estamos hablando de una cifra de 8 mil pesos por hijo, que se suma justamente a las transferencias del pilar dignidad, no condicionadas.

 

Y, finalmente, está el pilar de logros, que tiene que ver con logros en educación, y que tiene que ver con el empleo en la mujer.  Ahí se establece un bono al trabajo de la mujer, hay un subsidio al empleo que va más allá de la extrema pobreza, pero se focaliza fundamentalmente en la extrema pobreza, y que ha sido objeto de debate en cuanto a qué porcentaje se le entrega a la trabajadora y qué porcentaje al empleador  y hay un bono a la excelencia académica.

 

Es importante señalar que hay una intervención sociolaboral y psicosocial, y se va a hacer un seguimiento de al menos 24 meses.

 

Durante la discusión en general del proyecto se planteó con mucha fuerza la importancia de que quede como una garantía explícita y nítida, el derecho a acceder a estos beneficios si se cumplen ciertos requisitos. Y en general hay cierta preocupación, porque esos requisitos no quedaban claramente establecidos en la ley, sino que más bien iban a quedar establecidos en un reglamento.

 

Como esto es un programa dentro de un subsistema de seguridad y oportunidades, es importante que se establezca con total claridad y transparencia cuáles son los requisitos para poder gozar de la cobertura de estos beneficios y que no quede al arbitrio de la autoridad de turno o del Presupuesto anual. Algo así como ocurre con el AUGE, en donde todos sabemos justamente que, de presentarse una enfermedad, una patología en un paciente con ciertas características, va a gozar de toda la protección tanto financiera, tanto del punto de vista de la oportunidad como de la calidad de la atención el paciente en cuestión. Lo mismo estamos pidiendo en este caso.

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