Es el momento de sacar adelante los acuerdos

El esfuerzo de la comunidad regional de Aysén ha sido notable.  Tuvo la unidad, sin la cual no hay fuerza y la amplitud, cuya ausencia puede debilitar decisivamente.  Tuvo firmeza para soportar momentos muy duros y la seguridad para llegar a acuerdos indispensables.

Ahora la autoridad no puede fallar.  La estrategia de confrontación fracasó; sólo provocó un costo social que se pudo evitar.  La estrategia del entendimiento fue el camino justo.  No era posible tapar el sol con un dedo.  La autoridad debía ceder; con ello no se deshonraba; al revés, se fortalecía.  Ahora es el momento de sacar adelante los acuerdos.

Los avances obtenidos por el Movimiento Social de Aysén son muy relevantes.  Pero abren el camino, en ningún caso lo cierran.  Es decisivo generar ahora una nueva manera de comprender y realizar el rol del Estado. 

La inversión pública en infraestructura y el refinanciamiento de las redes de Educación y Salud son fundamentales para detener la inmigración y lograr el crecimiento de las regiones patagónicas.  Hay que reenfocar urgentemente el papel del sistema público de educación y garantizar que suban sus estándares de calidad, de lo contrario, se obliga a las familias a buscar otros destinos o condenarse a la pobreza. 

La inversión regional no puede seguir siendo asistencialista, de a gotas, para salir del paso.  Se necesita un nuevo Estado, regionalizado, pensado en la tarea de proteger a las familias.

He propuesto duplicar la asignación por carga familiar en las zonas extremas.  No es un desembolso imposible para el Fisco y, de lograrse, colaboraría al desahogo de los presupuestos de miles de hogares que están estrechos o deficitarios.

Chile es uno solo.  Pero no radica sólo en el centro.  La región de Aysén nos ha convocado a un nuevo ciclo de transformaciones en las instituciones que deben orientar y dirigir al desarrollo en cada rincón de Chile.