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  Estabilidad como base las Relaciones Internacionales

  Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

5 de agosto de 2010

ImagenChile tiene hoy un capital indudable en materia de credibilidad internacional. Su manejo serio de las políticas económicas, la estabilidad social, su inquebrantable vocación por el diálogo y la institucionalidad internacional, hacen de nuestro país una nación respetada y admirada en la región y en otros continentes. Nada de esto puede ponerse en riesgo por el cambio de Gobierno, desde una coalición de centro izquierda a una de derecha.

Para nadie es un misterio que los Gobiernos de la Concertación tuvieron una afinidad ideológica, política, económica y social con el eje Atlántico y con los gobiernos progresistas de Uruguay, Brasil, Argentina, Bolivia y -en última hora- Paraguay; y que la llegada de la derecha a La Moneda ha hecho cambiar el foco hacia el Pacífico donde la influencia norteamericana es más nítida en Colombia y Perú.

Nada de esto es inusual. Lo que sí debe mantenernos muy alerta respecto de los pasos que el actual gobierno chileno hace en relaciones exteriores, es que no se pueden mezclar los planos. En esta cancha, las declaraciones de buena intención o los anuncios mediáticos no sirven de nada e incluso, a veces causas serios problemas. La enseñanza es clara: ni "chavismo" ni "uribismo".

Por el bien del país, es necesario que este Gobierno desarrolle una política de mayor integración con los vecinos, en especial Brasil o Ecuador, con quienes tenemos comunidad de intereses y son dos puntales esenciales en la visión geopolítica de Chile en cada lado del continente.

Hay tres valores que no pueden perderse de vista. Como país debemos profundizar la integración, el desarrollo, crecimiento y la estabilidad en las naciones del área. Junto con eso, hay que trabajar en pos de una mirada común en la región sobre los distintos desafíos que enfrentamos; esto nos dará más base de apoyo y más fuerza como país para llevar adelante nuestros postulados en los distintos foros que enfrentemos. El rol de UNASUR en este punto es clave y demasiado relevante a la hora de generar diálogo, entendimiento pacífico y generación de influencia.

En tercer lugar, y tal vez lo más relevante, es mantener la estabilidad en la política de relaciones exteriores de Chile. Este solo hecho permitirá contar con una visión de Estado en una materia tan trascendental para los objetivos que persigue el país. Es importante que el actual Gobierno no confunda sus propias visiones políticas, con las necesidades estratégicas de Chile en materia de alianzas, territorialidad, soberanía, integración y desarrollo. Hemos construido una sólida tradición en materia de apoyo al multilateralismo y, un país pequeño como el nuestro, necesita del diálogo para tener opciones a influir en política internacional.

Vamos a pedir al Gobierno que no actúe solo, que siempre mantenga el más claro y transparente diálogo con las instituciones de la República, de modo de continuar en la senda de estabilidad que se ha construido en materia de relaciones externas durante los últimos 20 años. Debemos continuar por el camino de la coherencia en la defensa de los derechos humanos, el apego al derecho institucional, a la democracia y al principio de la no intervención en los asuntos internos de los países. Así seremos un aporte a la paz y al diálogo en el mundo.

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