Estamos haciendo historia

¿Quién hubiera pensado que siete senadores de la República sesionarían en Magallanes?. Ni los más escépticos apostarían por la descentralización de una Comisión, pero con Zonas Extremas, podemos decir que el regionalismo pudo más y desde la Región más austral fuimos capaces de lograr consenso y apoyo para un trabajo que venía realizando hace algún tiempo y que responde a la necesidad de perfeccionar y darle continuidad en el tiempo a las mal llamadas leyes de excepción y que hoy reconocemos como leyes de igualación o corrección.

Puedo señalar con total convencimiento que estamos escribiendo un nuevo capítulo de la historia regional porque hemos sido capaces de dar a conocer un trabajo que hemos desarrollado y que tiene como único fin el desarrollo de nuestra Patagonia y nuestra gente.

Esta visita permitió presentar una propuesta que viene a revertir una situación que enfrentábamos con las mal llamadas leyes de excepción, que cada año debíamos revisar y pelear y desde la zona más austral le dijimos al gobierno que Magallanes y la Patagonia chilena van a entregar una completa propuesta para perfeccionar  y prolongar en el tiempo estas leyes.

La primera propuesta está en la necesidad de tener sueldos que vayan más allá del sueldo mínimo y para eso tenemos que revertir incentivos perversos como el ex Decreto Ley N° 889 del 30 de enero de 1975 que modifica el régimen aduanero, tributario y de incentivos a la I, II, III, XI y XII regiones, porque bonifica con el 17 % a quien paga un sueldo de hasta $190.000 y la propuesta al Ejecutivo es extenderlo -a lo menos por 30 años- y para los sueldos de entre $190.000 y hasta $600.000, de tal manera de beneficiar a la clase media.

En el caso del ex Fondo de Fomento y Desarrollo Zonas Extremas DFL 15 no podemos hacer de esto una ruleta de la suerte, sino que es fundamental que nuestros emprendedores -medianos y pequeños- al momento de participar sepan que van a tener esta devolución tributaria.

Con respecto a la Ley Austral, no podemos olvidar que ésta caduca en diciembre de este año, por lo que -a lo menos- hay que prorrogarla por 20 años, con un perfeccionamiento,  intentando involucrar a Última Esperanza y Puerto Natales y bajando la línea de corte para que no sólo se vean beneficiadas las grandes empresas, sino que favorecer a la micro y pequeña empresa que, en el caso de Magallanes representan a más del 70%.

Con estas medidas estamos seguros que se beneficiará el desarrollo de toda la Patagonia y debemos repetir este tipo de actividades que sacan a las comisiones del centralismo, dándoles la oportunidad de conocer en terreno las necesidades de Chile.