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Gran desafío de Chile: cumplir acuerdo de París sobre cambio climático

Por Iván Moreira, senador por la región de Los Lagos

4 de marzo de 2016

Imagen foto_00000002Entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre del año 2015, se celebró la Cumbre del Clima en París, que es la conferencia n° 21 de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En este encuentro se adoptó el llamado “Acuerdo de París”, que tiene como propósito disminuir el calentamiento global de la tierra.

 

En general, hay consenso en la comunidad científica que la temperatura de la atmosfera si supera los 2°C por sobre los niveles preindustriales puede traer consecuencias desastrosas para nuestro planeta y que serían irreversible.

 

Lo que busca este acuerdo es que todos los países deben contribuir en proporción a sus capacidades a limitar el aumento del calentamiento global restringiendo la emisión de gases de efecto invernaderos. No debemos olvidar que los principales países que producen estos gases son países desarrollados, como es el caso de EE.UU. o potencias mundiales como China. La contribución del resto de los países es marginal. Por eso es importante que Chile siempre haga presente este punto.

 

No sería justo que los países que lograron altos estándares de calidad de vida para sus ciudadanos producto de un desarrollo que arrasó con el medio ambiente ahora quieran vivir en un planeta “libre de contaminación” a costa del progreso de los países pobres o envías de desarrollo como sería nuestro caso. Solo para tener una idea, de acuerdo a los registros de la Agencia Internacional de Energía, el año 2012 el promedio per cápita de emisión  de CO2 de los países miembros de la OCDE fue de 9,7 toneladas, en cambio que Chile estaba por debajo de la mitad de dichos países con tan solo 4,5 toneladas.

 

De esta manera, es importante que el Estado de Chile mantenga una posición fuerte respecto al financiamiento de los costos que implican para un país como el nuestro el adoptar medidas que tengan por finalidad contribuir a la descontaminación global, porque deben ser los países que más contaminan (que por lo general son los más desarrollados) quienes concurran a cubrir, en gran parte, estos costos.

 

No obstante lo anterior, Chile debe, en las medidas de sus capacidades, buscar formas de desarrollo que sean lo más sustentables posibles, porque no solo se trata de crecer a un corto plazo sino que también estos asuntos transcienden a una cuestión ética sobre el cuidado que debemos tener hacia nuestro entorno y el país que le queremos entregar a nuestras futuras generaciones. Además debemos ser capaces de prever un desarrollo a largo plazo, pues debemos administrar nuestros recursos naturales y paisajísticos con una visión económica que sea duradera en el tiempo. En este sentido, creemos que el gobierno acertó en ir poniendo metas ambiciosas en donde el Estado se comprometía a cumplir ciertas metas tendientes a controlar la emisión de gases de efectos invernaderos pero siempre condicionadas a las posibilidades de nuestro país y ligada a nuestro crecimiento económico.

 

De esta manera, creo que Chile tiene un doble desafío que es, por una parte, lograr terminar con la pobreza, consolidar de mejor manera nuestra clase media, lo que se consigue con un mayor desarrollo económico del país, y por otra parte, hacerlo en armonía con el cuidado del medio ambiente.

 

Esperamos que los esfuerzos que ha asumido Chile en París sean reconocidos por el resto de los países miembros, como asimismo, es de esperar que las principales potencias emisoras de los gases de efecto invernaderos como EE.UU., China e India, tengan la real voluntad en colaborar y cumplir sus compromisos en esta materia, de lo contrario todos nuestros esfuerzos serán en vano. 

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