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  Hay que incorporarse a la cadena de valor de este mineral

  Por Baldo Prokurica, senador por la Región de Atacama

13 de abril de 2012

ImagenEl litio es una sustancia no concesible, de acuerdo a la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras, de 1982  y al Código de Minería, de 1983. Por su parte, la Constitución Política establece que "La exploración, la explotación o el beneficio de los yacimientos que contengan sustancias no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse directamente por el Estado o por sus empresas, o por medio de concesiones administrativas o de contratos"... "que el Presidente de la República fije, para cada caso, por decreto supremo".

 

Por tanto, esta no es una discusión entre quienes resguardan el litio para Chile como un bien preciado, contra quienes quieren regalárselo a las transnacionales gratuitamente.

 

La discusión debe centrarse en cómo hacer que este bien tan relevante en el día de hoy, pueda reportar para Chile y para las Regiones que lo producen, los mayores beneficios posibles incorporándose a la cadena de valor de este mineral.

 

Es por eso que debemos iniciar esta discusión despejando varias hipótesis que se han planteado sobre este mineral no metálico. La primera de ellas es que el litio es un mineral estratégico, como el uranio o como el torio.

 

Creo que los elementos que dieron lugar para que se diera un marco jurídico determinado han desaparecido. Y es por eso que quiero citar, entre otras, la opinión de quien fuera uno de los redactores del Código de Minería y de la disposición que establece que el litio es un mineral no concesible. Me refiero al abogado y jurista Juan Luis Ossa, quien dijo hace un par de semanas atrás en la Comisión de Minería del Senado que "en esa época creíamos que el litio era indispensable para el denominado proceso de fusión nuclear, situación que hoy en día ha quedado superada en el tiempo, y yo mismo, que era el principal sostenedor de esa idea, creo que hoy el litio no es un mineral estratégico".

 

Por otra parte, el Director de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) ha sostenido, en esa misma Comisión, que no hay certeza de la condición de estratégica del litio.

 

Una característica de los bienes estratégicos es su escasez, situación que en el caso del litio no se da, por cuanto es un mineral que existe en abundancia en el mundo y está ampliamente distribuido a través del planeta.

 

Prueba de lo anterior es que el Gobierno de los Estados Unidos considera como estratégicos aquellos elementos claves para satisfacer necesidades militares, energéticas y requerimientos esenciales para los civiles, y no considera al litio dentro de esas características.

 

Por otra parte, se ha sostenido que el litio es un bien escaso, que solo existiría en una decena de países y cuya principal reserva estaría en nuestro país y por ello debiéramos proteger este mineral no metálico con disposiciones constitucionales.

 

El litio no solo existe en Chile, sino también en Argentina, Bolivia, Canadá, Estados Unidos, Australia, China, Zaire, Rusia, Serbia y otros países más.

 

Se debe destacar que en Sudamérica, en el denominado "Triángulo del Litio", formado por Chile, Argentina y Bolivia, se concentra el 85% de la reserva mundial de litio, siendo nuestro país quien posee las mejores ventajas comparativas, por las altas concentraciones del mineral, las condiciones climáticas que permiten operar todo el año, la cercanía a los puertos y los bajos costos de procesamiento, que van entre 1 y 1,7 dólares el kilo.

 

El otro tema que debemos despejar es aquel planteado, erróneamente, en que se sostiene que el litio sería el petróleo blanco o la nueva "viga maestra" de Chile, cuestión que, si miramos las cifras en materia económica, podemos sostener que esta afirmación dista mucho de la realidad. Se calcula que el mercado mundial del litio al año 2011 era de unos 800 millones de dólares, y si consideramos que Chile produce el 40 %, entonces representaría unos 320 millones de dólares, muy por debajo de las recaudaciones obtenidas por el cobre, que es 150 veces más grande.

 

El litio representa solo, el 0,3% de las exportaciones de Chile. Esto es menos de la mitad de las exportaciones de vino. Y eso, francamente, no puede ser considerado un tema tan estratégico.

 

Chile, al igual que otros países del mundo, en la Constitución estableció que los hidrocarburos líquidos y gaseosos no pueden ser concesionados. Y creo que con esto se ha cometido un tremendo error, porque otros países, como Brasil, que en algún minuto tuvieron esta disposición y que liberaron a través de privatizar parte de Petrobras, después de décadas de invertir recursos para poder sustentar el tema del petróleo, terminaron siendo hoy día una de las mayores reservas y exportaciones de petróleo en el mundo.

 

Es por eso que mi propuesta, más que modificación a la actual legislación que rige el litio, es buscar una fórmula que signifique elegir la mejor manera para que, por un lado, Chile no pierda, sino que mejore su actual condición de principal productor y exportador mundial, sino que además se generen las condiciones necesarias para que el país y también las Regiones donde se produce, obtengan el mejor y mayor beneficio posible.

 

Por ejemplo, transformándose en el principal productor de baterías de litio para autos eléctricos, o de baterías de celulares u otros elementos tecnológicos que hoy día generan una mejor condición para salir de un mercado de US$ 800 millones y subirse a un mercado de US$ 25 mil millones.

 

El camino de restringir aún más la propiedad y el trabajo no es el lógico. Lógico es abrirse a los privados, es trabajar en la mejor manera posible este mineral no metálico y, además, agregarse a la cadena del valor, en donde lamentablemente hemos perdido mucho tiempo. En Corea solo una empresa mixta privado-pública tiene mil ingenieros estudiando los posibles usos del litio. En Chile no hay muchos científicos y no hay muchos ingenieros en este tema.

 

Basta de discutir si estatizamos o si privatizamos. Lo que tenemos que hacer es subirnos a la cadena de valor para que esto reporte más recursos para Chile y también para las Regiones que sustentan y tienen este mineral.

 

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