Juan Pablo Letelier: "En el Parlamento se puede cambiar la vida a la gente con las leyes que uno hace"
23 de febrero de 2022
En las últimas semanas se ha dedicado a recolectar y organizar cientos de documentos y carpetas acumuladas en el marco de su labor legislativa. En ese proceso encontró un volante de una de sus primeras campañas a diputado a comienzos de 1990. “Contenía 10 puntos, uno de ellos era: un Congreso con capacidad constituyente, una asamblea constituyente para una nueva Constitución”.
Así recuerda el senador Juan Pablo Letelier, una de sus principales luchas desde que era un joven militante del Partido Socialista. “Regresé a Chile cuando cumplí la mayoría de edad y una de las primeras cosas que demandábamos era una nueva Constitución”.
Muchas veces fue tildado de ‘rebelde’ en un tiempo donde ese término tenía muchos costos pero recuerda que le tocó integrar una Comisión Mixta y compartir la mesa con personajes políticos tan antagónicos como los senadores Sergio Onofre Jarpa y el general Sinclair. “Era una época donde teníamos rota la convivencia cívica y tuvimos que discutir qué pasaba con los campos deportivos de la reforma agraria”.
Después de cuatro períodos como diputado llegó al Senado en representación de la región de O'Higgins, escaño que dejará en marzo de este año. Juan Pablo Letelier, dice estar "agradecido y honrado" de haber participado en el quehacer político de Chile en un período excepcional de la historia del país. Advierte que su "mayor pasión es legislar" y destaca el aporte que se puede hacer desde el Congreso a la vida de las personas, pues ahí donde se "fijan las reglas del juego" de un país.
¿Cómo calificaría el período que ha estado en el Congreso?
Me ha tocado ser parlamentario en un período excepcional de la historia de Chile. Soy de una generación marcada por la lucha contra la dictadura y después ser partícipe del proceso de recuperación de la democracia. Me ha tocado participar en el quehacer de nuestro país, desde el Parlamento y teniendo el honor de representar mi región, habiendo sido vicepresidente de la Cámara de Diputados y vicepresidente del Senado, y ser parte de una institución que tiene un rol: fijar las reglas del juego de la sociedad y construir acuerdos.
Sus intereses han estado centrados en temas de Derechos Humanos y relaciones Exteriores, ¿cómo ha sido esa experiencia?
Los valores y principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos me marcaron. Tuve el honor de luchar por los derechos humanos en nuestro país y lograr que Manuel Contreras, director de inteligencia de Pinochet, estuviera preso cuando era casi imposible hacerlo. Me volqué en la defensa de los derechos humanos desde el Parlamento, desde la comisión de Relaciones Exteriores y en órganos internacionales como el Parlamento Andino o la Unión Interparlamentaria, donde llegué a ser presidente del Comité de Derechos Humanos. Es importante condenar las dictaduras y violaciones de derechos humanos en donde sean.
¿Qué le parece el rol de las redes sociales en esta época?
Las redes sociales es algo que hay que abordar, porque uno ve que muchas veces no hay confrontación de ideas, sino que descalificación y eso tiende a polarizar la sociedad. Eso ha ido contaminado el quehacer político y ha ido tensionando sociedades. Necesitamos construir esa convivencia donde las redes sociales tengan una regulación y que también los políticos garanticemos que ese diálogo se de en un marco de respeto del otro. Donde hay deterioro de la convivencia parlamentaria es cuando hay una pérdida de los sistemas democráticos.
¿Qué piensa del proceso constituyente?
Esto de la nueva Constitución es una de las razones por las cuales me metí a la política, porque tengo la convicción que la convivencia en nuestro país está mediatizada por la Constitución que nos impusieron en la dictadura. Nos metieron el modelo económico dentro de la Constitución y eso limita mucho la soberanía popular porque se necesitan quórums muy altos para cambiarla. Tengo mucha confianza en que los constituyentes lo van a saber hacer bien y en los códigos y la forma en que las nuevas generaciones hacen las cosas.
¿Qué destacaría de su labor legislativa en estos años?
Soy muy trabajólico en mi territorio, pero mi mayor pasión es legislar y sería muy difícil que yo registrara un área o un proyecto. La ley de Presupuestos es de mis pasiones no solo, habiendo dirigido el proceso de debate presupuestario en dos oportunidades. En el Parlamento uno le puede cambiar la vida a la gente con las leyes que uno hace. Es increíble como uno le puede cambiar la vida a la gente para bien si lo hacemos en forma responsable, dialogada, y es un honor ser parte de esos procesos.
¿Hay algo que usted crea que quedó pendiente?
Para mí la mayor frustración es no tener un nuevo sistema de pensiones en Chile y otra cosa que espero es que Internet sea un servicio público. Esa es de las leyes que no logré sacar adelante y creo que marcan una época para asegurar la accesibilidad para todos los chilenos, sin importar donde viven.
¿Qué les diría a los senadores que llegan?
Que quieran esta institución y la cuiden. En nuestro país es el Congreso el que fija las reglas del juego y cuidar la institucionalidad es muy importante. Aquí se construye convivencia cívica, tolerancia y respeto. Estoy seguro de que los que vienen eso lo saben. Estar en el Senado es servir a Chile.
