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La agenda del Gobierno y las críticas infundadas

Por Adriana Muñoz, senadora por la Región de Coquimbo

10 de julio de 2015

Imagen foto_00000001Hay expresiones o ideas que a punta de reiterarse se encarnan en el inconsciente, aún cuando no sean ciertas. “Miente, miente, que algo queda”, se dice habitualmente para expresar esa idea de denostar al adversario, enredándolo y obligándolo a dar explicaciones aún por asuntos evidentemente falsos.

 

Algo de eso existe en el ambiente político. Tras una brutal campaña de desprestigio contra la Presidenta de la República, el Gobierno y las reformas, sectores de la oposición y del empresariado han empezado a sostener que el Ejecutivo está inmovilizado y critican una supuesta falta de liderazgo.

 

Lo curioso es que, al mismo tiempo, reclaman por el avance de la reforma laboral, por que las circulares para aplicar la reforma tributaria no recogen sus observaciones, se quejan  de las movilizaciones estudiantiles y de profesores como respuesta a los proyectos sobre gratuidad y carrera nacional docente y, fundamentalmente, discuten la decisión de la Presidenta Bachelet de impulsar un cambio constitucional.

 

Vale decir, reclaman de proyectos y acciones concretas del Gobierno, que buenas o malas, demuestran que hay un impulso claro. La reforma laboral se aprobó en la Cámara de Diputados, los proyectos de ley sobre educación se presentan y los afectados ejercen su legítimo derecho a manifestarse por lo que estiman perjudicial. Los innumerables textos sobre probidad están también sobre la mesa. En cuanto a los nombramientos, como señaló la propia primera mandataria, si se nombran muy rápido hay improvisación, si se tarda algunos días, hay incertidumbre.

 

Es hora de abandonar la crítica fácil. Es tiempo de dejar de generar impresiones interesadas que no responden a la realidad. Podemos tener diversas opiniones sobre la agenda del Gobierno y sus objetivos, pero no se puede hablar de inmovilismo cuando las iniciativas no son lo que algunos esperan ni se echa pié atrás en las reformas estructurales comprometidas.

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