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“La droga es quizás la mayor causa de violencia que existe hoy en día"

Región del Libertador General Bernardo O´Higgins

3 de diciembre de 2015

Con respecto al proyecto de ley que facilita la aplicación efectiva de las penas establecidas para los delitos de robo, hurto y receptación y que fue aprobado en general por el Senado, quiero manifestar una mirada distinta: lo que está en juego son los Derechos Humanos de los ciudadanos de nuestro país que son víctimas del abuso de una fuerza superior, que violenta su derecho a vivir en un medio seguro y sano.

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En nuestro país tenemos un problema dramático con el crimen organizado y la delincuencia. El uso de la fuerza excesiva ha hecho que muchas familias se encierren en sus casas, anden por las calles en forma insegura y tengan que incluso recurrir a la privatización de medidas de protección.

 

En este contexto, valoro a esta mal llamada “Ley corta”, que se empezó a discutir hace ya varios meses, incluso cuando el ex Ministro Peñailillo todavía estaba en ejercicio de sus funciones, y fue planteando la necesidad de subir los estándares de la persecución penal para asegurar que un conjunto de delincuentes no volviera constantemente a las calles.

 

Se calcula que con esta ley deberían entrar a las cárceles más de 20 mil personas, y no podemos desconocer este tremendo esfuerzo. Sin embargo, también es cierto que hay otros temas que no se están abordando debidamente en esta iniciativa legal. Me refiero a la droga y al impacto que su consumo tiene en la violencia con que los delincuentes actúan.

 

En concreto, me sorprende que no se considere a la droga como un agravante en la comisión de un delito. Reconozcamos que el consumo de pasta base está destruyendo la convivencia en ciento y cientos de villas, poblaciones y sectores de nuestro país.

 

Un estudio realizado por el Banco Mundial en América Latina y el Caribe sobre las bandas juveniles y la violencia, indicó que las bandas juveniles que participaban en el tráfico de drogas por lo general actuaban con niveles de violencia más altos que las que no participaban en esa actividad.

 

Entonces me pregunto, ¿por qué aquí sólo están los delitos contra la propiedad y no se toma en cuenta quizás lo más violento que hoy se está viviendo en muchas poblaciones, que es lo que tiene relación con la droga?

 

La droga no se toca y es quizás la mayor causal de violencia que hay hoy en día, de forma cotidiana y destruyendo a miles y millones.

Para mí, lo que aquí está en juego es la defensa de los Derechos Humanos, el derecho a vivir seguros, a caminar por las calles tranquilos, a compartir los espacios públicos e incluso a estar en las casas, sin el temor latente a ser violentados.

 

Por ello, lo que propongo es que en este proyecto de ley ampliemos la mirada y pongamos un foco prioritario sobre las drogas, su tráfico, su consumo y el impacto que causa en la violencia con que actúan los antisociales, lo cual es tanto o más grave, por sus consecuencias, que el robo con fuerza de la propiedad.

 

Hago un llamado a que legislemos con responsabilidad, atendiendo la problemática de las drogas y abordándola integralmente y de forma prioritaria en este proyecto de ley, con el que buscamos combatir la delincuencia.

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