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  La prueba de la blancura

  Por Carlos Bianchi, senador por la Región de Magallanes

18 de noviembre de 2011

ImagenEste proyecto sobre inscripción automática y voto voluntario fue fruto de un intenso trabajo que realizamos en las Comisiones Unidas de Gobierno y Constitución, para lograr el objetivo fundamental de regular un sistema automático de inscripciones electorales para incorporar en el padrón electoral a todas las personas que cumplan los requisitos que establecimos.

 

Pero me quiero referir a una indicación que presenté durante la discusión de este proyecto y que apunta a haber visto si estaba o no la voluntad de las y los senadores de haber querido de verdad avanzar en profundizar, en reconocer el cambio a un sistema binominal que acoja, obviamente, más allá de lo que hoy día tenemos de las fuerzas políticas.

 

Esa indicación lo que pretendía no es otra cosa que hacer que las personas independientes -es mi caso- puedan participar en iguales condiciones que quienes están dentro de las estructuras políticas. Pero ¿qué pasó cuando tuvimos la oportunidad de acogerla?. Una vez más todos o todas las integrantes y los integrantes de los distintos partidos políticos aquí representados en este Congreso, votaron en contra. ¡No pasaron la prueba de la blancura!

 

Desde un comienzo tenía claro que obviamente no iba a ser acogida por ningún parlamentario. Y no puede ser de otra forma porque, en definitiva, ven una competencia no deseada, cuando existe la posibilidad de que muchos han tenido un tercer lugar y hoy están aquí sentados en este Congreso Nacional  habiendo sido terceros en elecciones populares.

 

Cuando se quiere decir la verdad, hay que decirla completa. Y aquí hubo una indicación que tal cual lo establece nuestra Constitución,  en su artículo 18, pide la igualdad entre partidos políticos y personas independientes, pero se votó en contra. Y luego se dice que existe un ánimo de avanzar en cambiar el binominal, en que exista más competencias, en que haya una renovación, pero al momento de poder hacerlo, eso no ocurre.

 

Por otra parte, me alegro porque este proyecto en definitiva, va a permitir que efectivamente del orden de cuatro millones de personas puedan, si así lo desean, votar.

 

Pero eso no va a hacer el cambio. El cambio es el que tiene que dar la clase política. Nosotros pensamos que por el solo hecho de esta ley va a haber más gente votando. ¡Y eso es un tremendo error! Mientras la clase política y quienes hoy día estamos en esta actividad no seamos capaces de entender que hemos tenido un brutal distanciamiento con la gente, con nuestra ciudadanía.

 

Yo concursé con mi voto favorable en casi todas las indicaciones y lamento profundamente el que una vez más quienes están dentro de estas estructuras políticas de manera legítima no hayan querido permitir ni avanzar en la posibilidad de que exista igualdad entre quienes estamos en la condición de independiente y personas que están dentro de las estructuras políticas. Lo que se está pidiendo es que un candidato independiente tenga la misma condición que un candidato de un partido político, que es hacer pactos. Y eso hoy día no se está dando y es absolutamente inconstitucional.

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