Click acá para ir directamente al contenido

  Las personas deciden cómo vivir en comunidad

  Por Víctor Pérez, senador por la Región del Biobío

15 de julio de 2010

El Senado rechazó el  proyecto de ley  que pretendía eliminar la facultad de prohibir la tenencia deImagen mascotas que tienen los copropietarios de condominios, porque la mayoría estimó que no resolvía adecuadamente las dificultades que presenta la tenencia de animales domésticos.

Me cuento entre los que creen que la actual legislación establece un mecanismo para que las personas que viven en comunidad, en condominios, puedan, frente a situaciones de esta naturaleza, a través de procedimientos reglados, democráticos, públicos y transparentes, resolver la situación en cada condominio o comunidad habitacional.

A mi juicio, al pretender quitarles esa facultad, se estaría alterando una atribución fundamental que se ha entregado a quienes han decidido vivir en comunidad. Es decir, poder establecer ellos mismos a través de los distintos reglamentos comunitarios, ciertas obligaciones, ciertos deberes y ciertos derechos de los comuneros.

Cuando alguien adquiere un departamento o adquiere una vivienda con condominio, quién vende entrega siempre un tipo de reglamento tipo, el cual puede ser modificado libremente por las partes, por quienes viven en ese edificio departamento o condominio.

Por lo tanto, son ellos los que tienen que fijar las condiciones en las cuales quieren vivir en comunidad. Y así algunos han resuelto que es absolutamente permitido y factible que las personas tengan animales domésticos, y otros, libremente también, han decidido que en ese condominio o en ese edificio de departamentos no es posible tener animales domésticos porque alteran lo que su visión de lo que es la vida en comunidad.

Pienso que eso es sano. Además para modificar las normas respectivas de los reglamentos de los copropietarios se exigen altos quórum y la presencia de un alto número de propietarios para poder resolver sobre ésta y otras materias.

Ese es el mejor camino para poder atender una dificultad como ésta. No me parece que sea la ley, que sea el legislador, quién imponga un determinado tipo de conducta, porque eso sería sacar de la esfera de los derechos y de las atribuciones de las personas un elemento que es fundamental para su vida cotidiana.

Este mismo razonamiento se manifestó en la Comisión de Vivienda porque  este es un proyecto que tiene esa dificultad esencial que le resta y saca del ámbito de las personas, de los miembros de la comunidad, de los propietarios de un determinado condominio, la capacidad legítima de resolver temas de la vida en común.

Cuando uno vive en comunidad resuelve una serie de problemas, uno de ellos es la tenencia de los animales domésticos. Pero hay una serie de otros temas en que si la ley tuviera que resolver cada uno de esas dificultades, creo que haría la situación verdaderamente imposible.

Hasta el momento, esta legislación sobre copropiedad inmobiliaria ha funcionado adecuadamente. Y, por el contrario, si fuera la ley la que impone las reglas de convivencia, creo que los conflictos se agudizarían.

Imprimir