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Lo que esperamos de INDESPA

Por Rabindranath Quinteros, senador por la región de Los Lagos

5 de agosto de 2016

Imagen foto_00000019Desde hace muchos años los pescadores artesanales del país, y en particular de nuestra región, han demandado la creación de un organismo nacional de fomento de la pesca artesanal que, en sus aspiraciones, debía parecerse al INDAP. Es decir, una institución que permitiese el acceso a crédito, capacitación y transferencia tecnológica de manera directa, sin intermediaciones de ningún tipo.

 

En el gobierno de Sebastián Piñera se presentó un proyecto para la creación de tal instituto, sin embargo, y dadas las limitaciones que presentaba, fue retirado. Hace un año se presentó una nueva iniciativa, que se conoce hoy como INDESPA.

 

Este nuevo proyecto, que ya fue despachado por la Cámara de Diputados y que hoy se encuentra en la Comisión de Pesca del Senado, todavía presenta serias limitaciones. A pesar de ello, sin duda constituye un avance en la materia.

 

La propuesta en trámite debe nacer grande, y no como una simple fusión del Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal (FFPA) y del Fondo de Administración Pesquera (FAP), fondos que, en muchas de sus acciones, se financian con recursos que aportan las propias regiones.

 

Bastante se ha criticado el escaso financiamiento con que contará INDESPA, el que como mucho podrá cubrir parcialmente las necesidades de desarrollo y fomento del sector. Pero hay también otros aspectos sensibles. Que sólo ofrezca facilitar el acceso al crédito, que en su Consejo Directivo no se considere la presencia de los pescadores artesanales, que no defina -por ejemplo- qué es la “pequeña acuicultura” y que su institucionalidad sea centralizada –con una presencia regional mínima-, constituyen sin  duda limitaciones que se distancian mucho de la reales necesidades y aspiraciones del sector pesquero artesanal.

 

La creación del INDESPA no puede ser entendida como una solución sobredimensionada a las necesidades a cubrir. No obstante, debe ofrecer un equilibrio entre las posibilidades ciertas del Estado y un programa de largo plazo de inversión en el sector.

 

La oportunidad que se nos brinda con esta nueva institucionalidad permitiría–si aunamos voluntades- enfrentar de manera definitiva y pertinente el desarrollo de la pesca artesanal, asegurando de paso la sostenibilidad de los recursos mediante acciones de repoblamiento, hoy en su mayoría sobrexplotados.

 

La inversión en capacitación y en activos, así como la transferencia tecnológica requerida para enfrentar los desafíos de la pesca artesanal, debe realizarse acorde con a un plan de pertinencia local y no a una generalización nacional de decisión centralizada.

 

Del mismo modo, la operación debe ser directa, sin intermediadores financieros, sin consultoras de capacitación y transferencia tecnológica. La institucionalidad propuesta debe poder actuar directamente sobre sus beneficiarios.

 

El INDESPA debe, además, ser una herramienta de aplicación de una Ley General de Pesca y Acuicultura debidamente reformulada y legitimada ante el país, tal y como hoy es demandado por la inmensa mayoría de la ciudadanía.

 

El oficio de pescador artesanal debe ser considerado como un patrimonio cultural que aporta al beneficio social, económico y de salud de todo el país. Este proyecto de ley debe por tanto, no considerarse sólo como un gasto, sino una inversión de renta económica, social, cultural y por supuesto de sustentabilidad biológica y ambiental.

 

 

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