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Música nacional y la necesidad de mantener la diversidad cultural

Por Jorge Pizarro, senador por la región de Coquimbo

19 de junio de 2014

Imagen foto_00000019Promover en la programación de las radiodifusoras de nuestro país, un determinado porcentaje de música nacional es una muy buena idea, por lo que me alegro que estemos discutiendo este proyecto de ley.

 

Asimismo, hay que reconocer que ha despertado inquietudes y reticencias entre los dueños de los medios que dicen: “no es posible establecerlo por ley porque se afecta la libertad de programación, de opinión, incluso la libertad de prensa; o directamente, la propiedad de los medios”.

 

Debemos admitir que vivimos en un mundo globalizado, donde especialmente las nuevas generaciones, viven conectadas al instante con el resto del mundo. En todos los foros, se plantea como un desafío para las sociedades modernas, mantener la diversidad cultural, y ello debería ser un objetivo a conseguir.

 

Se ha planteado que fijar un porcentaje podría ser inconstitucional, porque se afectaría la libertad de programación, de expresión o los derechos de quienes son propietarios de los medios. Pero, tuvimos un debate similar cuando discutimos la ley de Televisión Digital.

 

Podemos plantearnos la posibilidad de establecer algunos requisitos o regulaciones en materia de la transmisión -por parte de la radiodifusora- de un determinado tipo de música o producción musical. Esto porque el espectro radioeléctrico de nuestro país es un bien nacional de uso público y, por lo tanto, es propiedad del Estado y éste determina cómo se administra. A través de las concesiones, se entregan los permisos para que determinados operadores hagan uso de este espectro. Y es ahí donde está, entonces, la razón de fondo por la cual es perfectamente constitucional.

 

El negocio de las comunicaciones es cierto que es un negocio, pero también cumple un rol social. Un medio de comunicación influye en el desarrollo cultural de las comunidades.

 

Me parecen adecuadas las indicaciones que se hicieron a este proyecto, por ejemplo en qué horarios se debe transmitir la musical nacional porque no da lo mismo hacerlo a las dos, tres o cuatro de la mañana, o en las horas prime o punta donde hay mayor audiencia.

 

No se trata de determinar, desde el punto de vista editorial, el contenido. No estamos diciendo: “Mire, ustedes tienen que transmitir determinada cantidad de música y de tales músicos”. Eso no es así. Lo que planteamos es la necesidad que dentro de la programación y bajo todas las normas de libertad editorial -y resguardando lo que es la autonomía de cada uno de los operadores-, se distribuyera una cantidad de producción nacional.

 

Hemos recibido información, presión y opiniones de, fundamentalmente, los operadores. Nos han planteado que estamos cayendo en totalitarismo, o que vamos a terminar como Venezuela u otros países donde claramente ha habido una intervención del Estado para determinar qué es lo que transmiten los medios de comunicación. Me parece que no son argumentos válidos.

 

También valoro la indicación que señala que “una parte de la programación de música nacional deberá estar destinada a composiciones e interpretaciones musicales emergentes”. Y define por éstos a los artistas que han “grabado en los fonogramas en los últimos 3 años contados desde la fecha de la emisión radial”. Así establece que “las radioemisoras deberán acreditar que al menos, el 25% de la programación musical nacional emitida corresponde a composiciones musicales emergentes”.

 

Me he reunido varias veces con las asociaciones de músicos en la Región de Coquimbo. Algunos más consolidados, otros emergentes. Me han planteado que es necesario que se establezca un porcentaje de producción local o regional, al menos, dentro de esta exigencia del 20%. Me argumentaban que de lo contrario, “las radios por una cuestión comercial, van a colocar siempre a los autores o cantantes más populares”.

                           

Además en las propias regiones tenemos realidades culturales muy distintas. No se escucha la misma música en el norte que en el sur ni en el centro ni en los sectores urbanos respecto de lo rural. Entonces el componente regional o local también se debe considerar.                       

 

Voy a respaldar esta propuesta. Creo que es absolutamente necesaria, justa y obedece al objetivo de proteger el patrimonio cultural en todo el sentido de la palabra.

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