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No podemos vivir a espaldas de la ciencia y la investigación

Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

10 de enero de 2014

Imagen foto_00000015El Senado chileno está –por estos días- realizando uno de los aportes más relevantes para quienes piensan en el país del mañana. El Tercer Congreso del Futuro es una iniciativa ideada por esta Corporación con el objetivo de proyectar el pensamiento científico a las necesidades, desafíos y potencialidades que Chile tiene y que debe asumir si quiere progresar.

 

No podemos vivir a espaldas de la ciencia y la investigación, no podemos pretender llegar al desarrollo sólo sobre la base de indicadores de crecimiento, productividad o ingresos. El desarrollo sólo se logra cuando los países son capaces de dar valor agregado a su economía, su ciencia, su técnica y su cultura.

 

Durante tres días el Senado habrá realizado este Congreso al que fueron convocados varios científicos ganadores de Premios Nobel y muchos exponentes de disciplinas de alta complejidad. Esto es un tremendo impulso al desarrollo de la ciencia, la investigación y al pensamiento crítico que son indispensables para las sociedades. Este Tercer Congreso debe dejarnos enseñanzas y sobre todo tareas inmediatas.

 

Un reciente informe de la  OCDE señaló que en recursos para la Investigación y Desarrollo (I+D), Chile se encuentra en el último lugar donde la participación del sector privado es preocupantemente baja. Este estudio agregó que faltan investigadores con cifras que no sólo están bajas para los estándares de la OCDE sino que también para los países considerados como emergentes.

 

Si el gobierno, los empresarios, los gremios, las organizaciones políticas, académicas o la sociedad en general piensan que estos temas son “voladas de algunos”, “poesía” o “discusiones bizantinas”, incurren en un profundo y crítico error. Es hora de que Chile y todos sus actores políticos, económicos, sociales y culturales, comiencen a ver en la ciencia, la innovación y el desarrollo de investigación, la real herramienta para asegurar que nuestras riquezas no terminarán siendo agotadas sin posibilidad de asegurar el crecimiento futuro.

 

El debate está abierto. Hay sectores que consideran que debe haber una institucionalidad específica, como un Ministerio de la Ciencia, dedicada al impulso de estos temas; otros abogan por un rol más activo de las universidades y los centros de estudio para cumplir con la labor de “pensar el país del futuro”. Lo concreto es que si queremos ser parte del siglo XXI debemos empezar desde ya a debatir, avanzar y concretar medidas urgentes en materia de investigación y aseguramiento de nuestra productividad a largo plazo.

 

Energía, medicina, medio ambiente, recursos naturales son sólo algunas de las áreas en las Chile tiene tremendas oportunidades y potencialidades. En nuestro país se hace ciencia de altísima calidad, pero debemos reconocer que aún falta una respuesta más coordinada de parte del Estado y del mundo privado para sostener y apoyar este enorme esfuerzo de nuestros científicos.

 

Como sociedad debemos hacernos preguntas, cuestionarnos, ponernos metas exigentes y desafíos cada vez mayores. Quien no se hace ninguna pregunta no obtiene ninguna respuesta y esa actitud científica e inquisidora, debe guiarnos para construir una mejor nación para todos, tarea que también debe asumir el nuevo Gobierno con suma urgencia.

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