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  Estudian recurso ante el Tribunal Constitucional por aprobación de Convenio para la Protección de Obtenciones de Vegetales

  Senadores Ximena Rincón, Alejandro Navarro y Jaime Quintana rechazaron la aprobación del Convenio UPOV 91, ya que a su juicio, perjudicará a los pequeños agricultores. No obstante, el senador Hernán Larraín, desestimó las críticas ya que el proyecto "solo protege a los creadores de semillas".

17 de mayo de 2011

Impedir la publicación de la ley aprobatoria del "Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales" de 2 de diciembre de 1961, revisado en Ginebra según el Acta de 19 de marzo de 1991, es el fin que pretenden los senadores Ximena Rincón, Alejandro Navarro y Jaime Quintana al recurrir al Tribunal Constitucional (TC).

 

Los parlamentarios rechazaron la aprobación de este Convenio conocido por sus siglas UPOV 91, por parte del Senado y que dejó al instrumento internacional listo para ser promulgado por el Ejecutivo. Por ello, estudian la presentación en conjunto ante el TC.

 

El senador Navarro mencionó que el citado convenio internacional "impedirá a los campesinos guardar sus semillas -ya que deben comprarlas anualmente- y extenderá el tiempo de vigencia de los derechos y garantías de las transnacionales que vendan semillas híbridas y transgénicas en el país".

 

En tanto, la senadora Rincón explicó que "antes de votar la ratificación de este Convenio se debería haber debatido la Ley sobre Derechos de Obtentores Vegetales que deroga la ley Nº 19.342 por la cual se creó en Chile el registro de especies vegetales.  Mediante esa ley, el país firmó la versión anterior de este convenio (UPOV 78), cuyos términos eran menos lesivos para la agricultura".

 

El senador Jaime Quintana coincidió con sus pares en el sentido que  este Convenio impedirá a los campesinos guardar semillas y permitirá la venta, a través de las grandes transnacionales, de semillas híbridas y transgénicas en nuestro país.

 

Puntualizó que en el momento en que el Presidente Sebastián Piñera ratifique este instrumento internacional "comenzará a desaparecer una práctica campesina que por siglos había permitido la alimentación de la sociedad en forma saludable, además de afectar profundamente la pequeña agricultura y abrir una puerta a los transgénicos".

 

Por ello, anticipó que solicitará a través del Ministro Secretario de la Presidencia, Cristián Larroulet que se otorgue garantías de que la UPOV no contradecirá lo estipulado en el convenio 169, el cual tiene rango de norma constitucional, agregando que estudia la posibilidad de recurrir ante organismos internacionales como la misma Organización Internacional del Trabajo.

 

CREACIÓN DE SEMILLAS

 

Por su parte, el senador Hernán Larraín explicó los alcances de la aprobación del convenio Upov 91 con el fin de dilucidar dudas respecto de la reutilización de las semillas y del uso de éstas en procesos de transgenia, señalando que "hay demasiada desinformación" en estas materias.

 

El senador expresó que "se trata de proteger a los creadores de distintos tipos de semillas, entre las cuales está también, Chile. Por ejemplo, en materias de trigo o incluso de arroz, el grueso de las semillas que se producen son de producción nacional y lo que estamos evitando es que otros comercialicen y utilicen lo que es creación de chilenos".

 

Por lo tanto, aquí hay protección no solamente a extranjeros, sino también a chilenos" dijo el legislador y recalcó que "lo que se está prohibiendo no es la reutilización de la semilla: si alguien compra una semilla y ésta es reutilizada después por el mismo productor al año siguiente, no tiene ningún problema, la prohibición apunta a una comercialización de algo que adquirió producto del trabajo de otro".

 

Asimismo, el parlamentario hizo hincapié en que "las fuentes vegetales originarias, como las papas por ejemplo, no son patentables y, por lo tanto, respecto de éstas no va a haber nunca dificultades".

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