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Luz Ebensperger: “no somos súper héroes, pero hay mucha gente que necesita que las escuchen y orienten y que se pongan en sus zapatos”

Con esta entrevista damos por inaugurado “el ciclo en profundidad” donde queremos conocer “a la persona” detrás de los nuevos senadores que nos acompañarán por 8 años. Hoy es el turno de la abogada que representa a Tarapacá, quien nos sorprendió por su simpatía, inteligencia y amor por lo que hace.

25 de marzo de 2018

Una sonrisa amable nos recibe, nos abre la puerta e invita a pasar a su sencilla y recién inaugurada oficina con vista a los cerros de Valparaíso. Papeles sobre el escritorio, una pequeña cartera, una taza de té y una gaseosa forman parte del entorno de la flamante senadora por la Región de Tarapacá, Luz Eliana Ebensperger Orrego.

 

Y aunque esta empoderada abogada no es “una aparición” en política, lleva 25 años trabajando “en segundo plano, pero trabajando full”, como ella misma confiesa, es una de las nuevas integrantes de la Cámara Alta y parte de las 10 mujeres del Senado, conformado por 43 integrantes, demás está decir que el resto son hombres.  

 

MUJER Y POLÍTICA

 

“Y ser mujer en política no es fácil -expresa la senadora- pero no pasa por un tema de género, pero sí por ciertas inconveniencias. Porque uno es política, pero nunca dejas de ser mamá, esposa y no dejas de tener que llevar adelante tu casa. Gracias a Dios yo ya tengo hijos grandes y un marido maravilloso que me apaña y me sigue en todas, así que lo he podido superar, pero creo que hay mujeres muy valiosas que podrían estar en política si de alguna manera -más que darles el espacio- se les facilitara un poco el resto de las labores”.

 

En este contexto, es imposible no preguntarle por la ley de cuotas y ella es enfática en afirmar que “no creo en la ley de cuotas. Creo que hay mujeres y hombres muy valiosos y uno tiene que ganarse los puestos por mérito, no por ser mujer, hombre, de un partido A o B; creo profundamente en la meritocracia y que en la vida uno tiene que trabajar para lograr los objetivos que nos trazamos”.Imagen foto_00000015

 

Son solo un par de minutos los que llevamos conversando, pero ya queda clara su pasión por lo que hace y la femineidad y simpatía son sus fieles aliadas. Imposible dejar pasar que esta mujer de 54 años y madre de tres universitarios luce “de punta en blanco”, aunque se declare “chascona por naturaleza”.     

 

Ha cambiado varias veces de looks, “tengo el pelo muy crespo y no tengo ningún problema, pero cuando llegué a la intendencia el año 2010, las personas que me asesoraban me decían que me veía muy chascona y ahí lo dejé largo y liso, pero la verdad es que me da lata perder tanto tiempo en eso, sobre todos cuando el tiempo es un bien tan valioso”.

 

Como infidencia nos contó que para la campaña senatorial su peluquero en Iquique le dijo “vamos a cambiar el look, te voy a hacer un corte en el que crespo o liso te va a quedar bien (…). Pero ahora no solamente por uno, sino que por respeto a los demás, me parece que debo preocuparme un poco más y estar presentable y me lo aliso una o dos veces a la semana, pero de repente me van a ver llegar crespa”, ríe.

 

COCINA, MÚSICA Y ALGO MÁS…

 

Y ya que estábamos entrando en confianza, nos aprovechamos y le preguntamos algunos aspectos de su vida que serán difíciles de descubrir cuando la vorágine de la legislación y el trabajo en terreno se apoderen de la senadora. A ver qué nos contó…

 

¿Qué es lo que jamás podía faltar en su cartera? 

“Puedo salir no tan bien vestida, puedo salir un poco chascona, sin maquillaje, pero sin el celular ¡imposible!”

 

¿Cuál es su color favorito?

“Azul, en todas las tonalidades”.

 

¿Qué olor le gusta?

“El olor a flores… a rosas… a limpio”, suspira al terminar su respuesta.

 

¿Qué la relaja?

“Cocinar, me encanta, me relaja y ahora mis hijos me explotan, porque como la mamá está en Santiago de lunes a jueves (ellos en la universidad) tengo que cocinarles todos los días en la noche el almuerzo para el otro día y los jueves, antes de irme a la región tengo que dejarles cocinado para el fin de semana, pero no es una carga, incluso en alguna época de mi vida también me dediqué a cocinar como emprendimiento”.

 

¿Y cuál es el plato que tiene más éxito y cuál su favorito?

“El que tiene más éxito es la paella y mi favorito siempre va a ser un buen plato de tallarines con salsa”.

 

¿Le gusta la música?

“Me gusta la música en español, más bien tranquila. Me gusta La Oreja de Van Gogh. El auto en Iquique tiene mala la radio, así que solo funciona el CD y es lo único que escucho y me sé todas las canciones”, sonríe nuevamente y mira hacia arriba como buscando ese recuerdo.

 

¿Tiene algún placer culpable?

“La comida y el cigarro”, y la senadora levanta los hombros sonriendo buscando la complicidad de que nadie es perfecto.

 

Cuando se nombre a Luz Ebensperger, ¿qué le gustaría que pensaran de usted?

Me gustaría que pensaran que soy una mujer trabajadora y que en este trabajo de verdad logré los objetivos por los que uno se saca la mugre y es mejorar la calidad de vida de la gente, que de verdad fui un aporte y que en política dejaste huella y no una huella de conocimiento, de popularidad, sino que una huella de verdad profunda de ayudar.

 

He aprendido que hay cosas que uno no puede solucionar, no eres un súper héroe, pero hay mucha gente que necesita que las escuchen y orienten y si diste ese tiempo con atención, te pusiste en sus zapatos, la comunidad se va profundamente agradecida y desahogada. Hoy día en esta sociedad en la que es todo tan rápido, tan automatizado, se ha perdido mucho el conversar, el saber escuchar y me gustaría que me recordaran así, como una trabajadora que sabía escuchar de verdad.

 

UNO ELIGE DONDE VIVIR

 

Si bien la senadora representa a la Región de Tarapacá, es oriunda de Puerto Montt y pasó por la realidad de la mayoría de los jóvenes de regiones, que al terminar sus estudios escolares, migran a universidades en otras regiones o a la capital.

 

Y fue justo lo que le pasó “tengo un gran cariño por mi ciudad natal y cuando me fui a la Universidad Católica a estudiar derecho, llegué cual “Carmela” a Santiago, terrible esto de las calles tan grandes, la locomoción (…) pero uno se acostumbra a todo. Luego me recibí, conocí a mi marido, nos casamos, vivimos en Santiago y el año 2003 por mi marido, me voy a Iquique. Íbamos por un tiempo corto y ya llevamos 16 años. Como familia elegimos la región para vivir, para hacer nuestra vida, y mi domicilio sigue siendo Iquique, mi marido sigue trabajando allá y yo viajo todas las semanas”.

 

Además de hablar con orgullo de su tierra por opción y adopción, su gente y bondades, deja en claro que el trabajo será arduo y que no claudicará, tal como lo hizo cuando fue parte del equipo (administradora) que creó la comuna de Alto Hospicio.

 

“La vida en región no es fácil, sobre todo para quienes tienen menos recursos y no tienen la posibilidad, por ejemplo cuando se enferman de acudir a Santiago por una mejor atención o por especialistas; por lo tanto, los que tenemos alguna presencia pública, tenemos que tratar de mejorar eso y que la gente sea capaz de resolver sus problemas en la misma región. Este es uno de los grandes desafíos que tenemos las autoridades que representamos a las regiones extremas”, reflexiona Luz Ebensperger.

 

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