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  Presidente del Senado expuso sobre la relación que existe entre el centralismo y la pobreza en nuestro país

  El titular de la Cámara Alta, senador Camilo Escalona, participó en el ¿Desayuno Análisis¿ organizado por el diario El Mercurio de Valparaíso.

10 de mayo de 2012

Una detallada reflexión sobre la relación que existe entre el agudo fenómeno del centralismo y la pobreza en nuestro país, hizo el Presidente del Senado, Camilo Escalona, durante el "Desayuno Análisis" que realiza periódicamente el diario El Mercurio de Valparaíso, para conocer por parte de expertos y autoridades, su visión sobre temas de interés nacional y local.

 

En la oportunidad, el titular de la Cámara Alta manifestó que uno de los problemas "severos" que tiene nuestro Estado nacional es el "agudo fenómeno del centralismo" que debiese ser evaluado a fondo con miras de vigorizar el crecimiento de las regiones a través de medidas más profundas de descentralización.

 

Agregó que la forma de "cortar" con el fenómeno cultural de una centralización exacerbada, requiere "generar una institucionalidad política que sea capaz de representar a las regiones frente a la autoridad central, el Estado. De lo contrario, vamos a tener, simplemente, progresos mínimos o irrelevantes en un tema de Nación que pienso es cada vez más grave y más agudo".

 

El legislador se refirió a la situación de la comuna de Puerto Montt -una de las que representa en el Senado- señalando que sólo entre el 2011 y 2012 el número de usuarios del Fondo Nacional de Salud de la comuna creció en más de 40 mil inscritos, los que en su mayoría provienen de localidades vecinas como Fresia, Los Muermos, Cochamó, Hualaihué, Maullín e incluso Puerto Varas, que tiene un mayor desarrollo urbano.

 

Ello, a su juicio, demuestra la migración que está teniendo la población desde el campo a la ciudad, debido a que no tienen expectativas en el mundo rural o a que no ven posibilidades de movilidad social. A ello se suma, dijo, a que entre otras cosas la educación está orientada para que la gente se vaya a las ciudades.

 

"Nuestro tipo de crecimiento no ha logrado cortar y generar las condiciones para que las familias puedan tener una perspectiva para desarrollarse y para mejorar la dignidad de sus descendientes en la economía rural. Si este fenómeno es de esta naturaleza en Puerto Montt, imaginémonos este fenómeno a escala en relación con la ciudad de Santiago", dijo el parlamentario.

 

CENTRALISMO Y POBREZA

 

Agregó que "tenemos es un tipo de desarrollo deformado que va generando, paulatinamente, pero persistentemente sin que ese proceso se detenga sino que, lamentablemente, se mantiene la tendencia a que se vayan generando los barrios, poblaciones, en la periferia de ciudad, donde todos sabemos que las condiciones de pobreza conducen a la drogadicción, la delincuencia, el alcoholismo y la mala calidad de vida. Es decir, no logramos, como país, construir una manera de pensar que posibilite romper o cortar, limitar o anular la tendencia al crecimiento exorbitado del centro del país".

 

El senador Escalona también ejemplificó el centralismo con el tema del Transantiago, manifestando que las decisiones que se han adoptado sobre la materia siempre terminan beneficiando a la capital tanto en materia de precios de los pasajes como en obras de infraestructura.

 

A su juicio, "la distorsión de gasto estimula el proceso de migración al centro. Y ese proceso, en consecuencia, acentúa el fenómeno de pobreza que se produce en las regiones".

 

Agregó que "el país no cuenta con una mirada cultural que aborde el tema de la descentralización. La autoridad actúa pensando de manera centralizada. Por eso, creo que no podrían subvalorarse decisiones políticas, como por ejemplo, la elección universal del intendente o presidente del gobierno regional, o un nombre al cual se arribara de común acuerdo, pero que fuera lo suficientemente relevante como para connotar que esa es la primera autoridad regional".

 

Ello, porque a su juicio "la posibilidad de que la autoridad central actúe de manera distinta es que tenga como interlocutor y contraparte a una autoridad regional que representa directamente a la región; y no a su representante en la región, como ocurre hoy. Mientras el jefe de la región sea una autoridad designada por la administración central, su rol de interlocutor y de representante de la región, en las condiciones del agudo centralismo, no es posible".

 

En tal sentido, precisó que "mientras no se modifique la institucionalidad política, siento que este agudo proceso de centralismo que tiene nuestra Nación no va a entrar en un proceso de disminución ni de amortiguamiento, sino que, lamentablemente, se acentúa".

 

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