Click acá para ir directamente al contenido

  A un paso de convertirse en ley acuerdo que posibilita la creación de un registro con la huella balística de cada arma

  El Senado ratificó un proyecto de acuerdo que aprueba el Protocolo contra la fabricación y el tráfico de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones.

8 de junio de 2010

A un paso de convertirse en ley quedó el proyecto de acuerdo que aprueba el Protocolo contra la Fabricación y el Tráfico de Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, que entre otras medidas posibilita la creación de un registro con la huella balística de cada arma.

Esto, luego que la Sala del Senado aprobara en forma unánime la iniciativa en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados, corporación que deberá remitir el texto legal al Ejecutivo.

Durante la votación intervinieron los senadores Hernán Larraín, Baldo Prokurica y Eugenio Tuma, quienes destacaron la importancia de este Protocolo que tiene como objetivo promover, facilitar y reforzar la cooperación entre los Estados parte para prevenir, combatir y erradicar la fabricación y el tráfico ilícito de armas de fuego, sus piezas y componentes y también las municiones.

Cabe precisar que el Protocolo no se aplicará a las transacciones entre Estados ni a las transferencias estatales, cuando la aplicación de este instrumento internacional hubiere perjudicado el derecho de un Estado parte a adoptar medidas en aras de su seguridad nacional.

El senador Larraín, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, señaló que este instrumento internacional tiene por propósito perfeccionar las acciones que se están realizando a nivel global para regular y reducir el comercio ilícito en materia de armas pequeñas y ligeras, complementando la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

El legislador advirtió que la tenencia y porte de armas de fuego se ha visto incrementada en nuestro país en los últimos años y su uso también se advierte con más fuerza en delitos graves y violentos como tráfico de drogas, lavado de dinero o robo con violencia e intimidación.

Agregó que en Chile, una de cada 4 intimidaciones se produce con armas de fuego y que la tenencia de armas en poder de personas naturales, corresponde a un 96,74% del universo de las inscritas, lo que denota una cifra muy elevada.

El senador Larraín precisó que en nuestro país hay más de un millón de armas, de las cuales aproximadamente solo 750 mil se encuentran inscritas legalmente. En tal sentido, señaló que el Protocolo va en la correcta dirección y agrega algunas innovaciones como la huella balística que es como el ADN de cada arma.

RESTRICCIONES LEGALES

En tanto, el senador Prokurica manifestó que Chile es uno de los países más restrictivos para la tenencia de armas por parte de las personas naturales, pero advirtió que todas estas limitaciones sólo las respetan quienes cumplen la ley y no los delincuentes.

Agregó que hay un porcentaje importante de armas que no están inscritas y otro tanto que nunca se podrán controlar por la vía legal como son las armas hechizas. En tal sentido manifestó que estas legislaciones lo único que hacen es restringir a aquellas personas que legítimamente quieren defenderse de los delincuentes, pues quien quiera inscribir un arma se demora meses de trámite y todos los años debe tener un certificado de un siquiatra o un sicólogo, mientras los delincuentes campean con armas importadas ilegalmente, con armas hechizas o con armas modificadas.

El senador Prokurica agregó tiene la impresión que todos los países que han seguido la lógica de restringir al máximo los requisitos para poder tener un arma, han tenido un resultado al revés.

Finalmente el senador Tuma manifestó que el Protocolo avanza en la dirección correcta en el control de armas de fuego, pues entrega instrumentos a las policías para la investigación de delitos cometidos con armas de fuego, al abrir un registro para la huella balística.

No obstante señaló que el país debiera intentar que los ciudadanos se sientan más seguros desde el punto de vista de contar con una normativa de seguridad pública y no que cada uno tenga un arma al cinto.

Imprimir