A Sala proyecto que regula a las farmacias y prohíbe integración vertical con laboratorios
La iniciativa -originada en diversas mociones de senadores que se refundieron en una sola- también establece fuertes sanciones para quienes adulteren recetas médicas o entreguen incentivos o ¿canelas¿ por preferir determinados productos.
3 de agosto de 2010
Después de una extensa tramitación la Comisión de Salud aprobó y despachó a la Sala el proyecto que regula las farmacias, prohibiendo entre otras medidas que sean dueñas de laboratorios.
Así lo informó el presidente de la citada instancia, senador Guido Girardi, tras explicar que la iniciativa apunta a sancionar duramente la sustitución de recetas, el reemplazo de recetas por medicamentos más caros, obliga a tener lista de precios y prohíbe la integración vertical.
"Esta Comisión evaluó que no es bueno que las farmacias sean dueñas de laboratorios", dijo el parlamentario tras precisar que dicha norma fue aprobada con los votos a favor de él y de los senadores Mariano Ruiz-Esquide y Fulvio Rossi y con el voto en contra de la senadora Evelyn Matthei quien hizo reparos de constitucionalidad.
"Este proyecto prohíbe a las farmacias y a las cadenas ser dueñas de laboratorios al mismo tiempo. En Argentina y en todas partes del mundo ni siquiera está permitido tener más de 10 farmacias; en Europa las farmacias son públicas y aquí las farmacias son monopolio y más encima son dueñas de laboratorios y de marcas propias que prefieren vender esas marcas porque les generan más utilidades que vender otros productos", señaló.
MARCO REGULATORIO
El senador Girardi precisó que la iniciativa "establece las normas de cómo tienen que funcionar las farmacias, desde que tienen que contar con un químico farmacéutico. Este proyecto obliga a que los precios estén en el envase del medicamento para poder comparar todas las marcas de un mismo medicamento".
Agregó que "sólo se podrá expender a público con una receta extendida por un profesional habilitado y establecerá además los requisitos que necesita tener una receta, hasta el punto que el médico está obligado a escribir con letra clara. Si el médico emite una receta médica con letra ilegible se expone a ser sancionado".
Asimismo, explicó que el proyecto "sanciona penalmente el que adultere y modifique recetas y se sanciona muy severamente el que se de canela al dependiente para que venda determinado producto".
En tal sentido, el proyecto señala que se prohíbe todo incentivo de cualquier índole que induzca a profesionales, dependientes o consumidores a la prescripción, venta, dispensación, administración y consumo de determinado producto farmacéutico. Se entiende por incentivo toda oferta al público, comisión de venta, cualquier acción realizada por laboratorios, establecimientos farmacéuticos, profesionales habilitados para recetar y auxiliares de farmacias que promuevan el consumo de productos farmacéuticos que requiera de receta médica.