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  Oportunidad para crear instrumento que fomente y no liquide los emprendimientos

  Por Alejandro Navarro, senador de la Región del Biobío

29 de junio de 2012

ImagenEn Chile, se registran más de 150 quiebras anuales, en algunos casos es posible una reorganización, lo que depende, fundamentalmente, de flexibilidades que la ley no contempla.

Si se establece el proceso de reorganización a través del nombramiento de un veedor,y el de quiebra, por medio de un liquidador, estaremos dando un paso sustantivo para entender que quebrar no es caer en el precipicio más profundo ni en la estigmatización, sino un tropiezo en el camino de un desarrollo productivo, empresarial, de emprendimiento.

El proyecto del Ejecutivo, que sustituye el régimen concursal vigente por una ley de reorganización y liquidación de empresas y personas, y perfecciona el rol de la Superintendencia del ramo, nos permite iniciar una reformulación profunda, sobre un tema acerca del cual pocas veces se quiere discutir.

He consultado el artículo 37, relativo a cómo se nominarán los liquidadores, que los designará la Superintendencia. En ese punto, hay que hacer una evaluación especial y revisar el actual régimen de nombramiento de los síndicos, que presenta complejidades.

Del mismo modo, cuando el veedor busque la reorganización, tiene que haber, como señala la propuesta legislativa, condiciones que permitan garantizar la continuidad de la empresa, cuando ello proceda.

Existen síndicos que lo único que buscan es hacer que una firma quiebre, porque ganan un porcentaje. Espero que esta iniciativa termine con los incentivos perversos relacionados con los honorarios.

Corregir lo relativo al nombramiento de los síndicos, hoy denominados "liquidadores", e incorporar la figura del veedor para reorganizar las empresas, son enmiendas que traerán alivio.

Tales cambios permitirán ver como situaciones lejanas aquellas en las cuales los que pagan los costos de una quiebra no son sólo los empresarios, sino también los trabajadores.

En ese sentido, este nuevo proyecto debe reflejar claramente lo que requieren los emprendedores y el desarrollo productivo y no necesariamente lo que desean los abogados o los parlamentarios.

Esta iniciativa va a tener una buena acogida. Se trata de una oportunidad histórica para revisar la legislación sobre la materia; queremos que ese proyecto se transforme de verdad en un instrumento destinado al fomento y no a liquidar o matar los emprendimientos, como ha sucedido con la actual Ley de Quiebras, que ha causado tanto infortunio a familias completas, no sólo a los empresarios afectados, sino también a miles y miles de trabajadores que han pagado las consecuencias de errores que no son de su responsabilidad.

Asimismo, espero que durante el debate del articulado de la iniciativa del Ejecutivo, escuchemos a los trabajadores que han vivido procesos de quiebra. Espero que la nueva normativa constituya una herramienta para salvar a los que se pueda salvar; ordenar a los que se pueda ordenar, y para liquidar, de manera justa, a los que haya que liquidar, siempre y cuando no exista otra opción.

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