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Proteger y conservar la Araucaria y destinar recursos para un plan de monitoreo: objetivos del acuerdo presentado al Senado

Un grupo transversal de legisladores presentaron un proyecto de acuerdo, por medio del cual solicitan a la Presidenta de la República instruya a los ministerios correspondientes para que adopten las medidas para evitar que se siga deteriorando.

2 de abril de 2017

Imagen foto_00000003A través de un proyecto de acuerdo los senadores Alfonso De Urresti, Adriana Muñoz, Lily Pérez San Martín, Francisco Chahuán, Alberto Espina, José García Ruminot, Alejandro García-Huidobro, Felipe Harboe, Antonio Horvath, Carlos Montes, Alejandro Navarro, Manuel José Ossandón, Víctor Pérez Varela, Jorge Pizarro, Baldo Prokurica, Jaime Quintana, Rabindranath Quinteros, Fulvio Rossi, Eugenio Tuma y Andrés Zaldívar, solicitaron a la Presidenta de la República instruir a los ministros de Agricultura, de Medio Ambiente, de Bienes Nacionales, de Educación y de Hacienda, así como al Director Ejecutivo de la CONAF, para que se adopten todas las medidas administrativas necesarias para proteger de mejor manera y conservar la especie Araucaria araucana y, entre otras acciones y políticas públicas.

 

Asimismo, pidieron que se destinen recursos para el diseño e implementación de un plan de monitoreo para la araucaria que permita realizar un seguimiento permanente al estado de la especie en el territorio y se puedan establecer períodos de veda de la cosecha del piñón, con cuotas por persona y con métodos regulados para no dañar el árbol, medida de la cual deben estar liberados los pehuenches.

 

FIN AL DETERIORO

 

La propuesta está en condiciones de ser votada por la Sala de la Cámara Alta y tiene entre sus principales consideraciones, que la Araucaria araucana es una de las especies más longevas del planeta, pudiendo superar los mil años. También conocida como pehuén por los mapuches, quienes recolectan su fruto, el piñón, es una especie arbórea endémica de los bosques subantárticos. Fue declarada Monumento Natural en 1990, gracias a la defensa que de ella hicieron comunidades pehuenches, frente a la amenaza de iniciativas de explotación y fue clasificada en la categoría de “Vulnerable”.

 

La preocupación surge porque desde hace casi un año, Conaf dio la alarma sobre el visible deterioro que estaban sufriendo las araucarias en el sur de Chile. Los síntomas de esta extraña “enfermedad” son la pérdida de color verde de las hojas en las ramas inferiores, las que pasan a un color café y se secan. Luego, se sigue secando hacia las ramas superiores, causando en muchos casos la muerte del árbol. Respecto al alcance de los daños en el territorio, las cifras van de 50% a 80% en los sectores más afectados, hasta sitios donde todos los individuos se encuentran sanos.

 

En un reciente estudio que buscaba establecer las causas que han generado el deterioro de las araucarias en el sur del país, científicos de la Universidad Austral de Chile y del Centro de Investigación en Ecosistemas Patagónicos, encontraron pruebas de que las araucarias del Parque Nacional Conguillío, en particular, se encuentran en un importante estado de déficit energético, el que sería responsable de generar en ellas el deterioro de sus funciones.

 

Del total de 253 mil hectáreas de araucarias, sólo un 48% está en áreas protegidas. Además, como especie primitiva le cuesta más competir con la flora moderna a la hora de repoblar, y aún más en terrenos estériles por efecto del fuego. Por eso, proteger el pehuén es clave, y en ese sentido debe regularse su cosecha estableciendo períodos de veda, igual que en Argentina, donde están todas protegidas en parques nacionales y sólo se puede cosechar 10 semanas al año,  con  cuotas por persona y  con métodos regulados para no dañar el árbol. 

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