Click acá para ir directamente al contenido

  Recorte de inversiones en zonas extremas es perjudicial

22 de abril de 2010

Imagen

La situación de las zonas extremas y las no afectadas por el terremoto, tras las reasignaciones del presupuesto de la nación por 730 millones de dólares es compleja.

 

Las zonas extremas representan el 45 por ciento de la superficie de Chile y apenas el 5,8 por ciento de la población del país. Sin embargo, si vemos sus potenciales, la visión que surge es que desde el Estado se debería hacer algo por ellas.

 

Por ejemplo a la Región de Aysén se le ha recortado, o recalendarizado 40 millones de dólares, de esos 14 mil millones de dólares corresponden a obras públicas, y del orden de los 6 mil millones de dólares se están recuperando de a poco, en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, porque nos han dicho que es una suerte de préstamo.

 

El Ejecutivo ha dejado en claro que con 8 mil 434 millones de dólares se cubre el daño dejado por el terremoto y tsunami; con 9 mil 253, se cubre el programa de Gobierno, y otros 2 mil millones de dólares servirán para volver a la estructura de equilibrio económico que el país requiere.

 

Por lo tanto, en esta perspectiva, el efecto de estos ajustes en las zonas extremas pasa a ser francamente mayor.

 

El 21 de abril recién pasado se cumplieron tres años del sismo y tsunami que golpeó a Aysén, y que costó más de 10 vidas. Desde entonces, una serie de compromisos todavía están pendientes.

 

Además una Región como Aysén, por motivos de su aislamiento, depende en un 70 por ciento de los fondos de inversión pública para su actividad económica. Obviamente que esto hay que revertirlo hacia el futuro, de manera que estos fondos hagan que los potenciales se puedan desarrollar.

 

A esto se superpone además la crisis de la salmonicultura; la actividad minera, por la crisis financiera internacional, que está detenida en el General Carrera; y además, la precaria condición de continuidad territorial, la erupción del volcán Chaitén de mayo del año 2007 pasado.

 

Por lo tanto no podemos, sin dejar de ser solidarios, pasar los efectos del terremoto a estas Regiones extremas que dependen de la inversión gubernamental, pero que a la vez, tienen un enorme potencial en materia productiva, turismo y servicios. Por eso, cada peso que se invierta en estas zonas extremas con buenos proyectos, lo va a recuperar el Estado y con creces.

 

Imprimir