Redistribución de la riqueza

Junto con apoyar el proyecto que otorga un bono solidario de 40 mil pesos, a las familias de menores ingresos y de clase media vulnerables, también llamado “bono marzo” que fue originado por el Ejecutivo, debo reconocer que expresé inmediatamente mis críticas  acerca del sentido redistributivo que se pretende otorgar y en especial, “la letra chica”,  que afecta a la clase media.

Si nuestro país, quiere avanzar realmente en la redistribución de la riqueza, debemos adoptar medidas más eficaces, como la implementación de una reforma tributaria y laboral, que apunten efectivamente a corregir la enorme desigualdad existente. Asimismo,  llevar los resultados de la buena marcha del país a los hogares, por la vía de las propias remuneraciones o de programas de apoyo estatal.

El carácter que el actual gobierno del Presidente Sebastián Piñera, le ha dado a este bono, explicándolo como un dividendo que se entrega a las familias por las cifras macroeconómicas, es equivocado. Los bonos se determinan de mejor forma como una respuesta a situaciones de crisis, cuando se hace necesario reactivar la economía, pero no como medida redistributiva, para lo que son insuficientes, más aun considerando las auspiciosas cifras con que el Ejecutivo se auto aplaude.

En ese sentido, hago un llamado de atención sobre los efectos de este bono en las finanzas públicas. El país debe saber que las repercusiones de la reforma tributaria se han diluido. A las reducciones impositivas contenidas en el texto de la propia modificación aprobada el año pasado se han sumado la condonación de Johnson’s, este bono y la postergación del revalúo de inmuebles urbanos.

Finalmente, lamento la falta de claridad de los anuncios del gobierno en relación a la clase media. Al difundirse el “bono marzo”, recuerdo que se hizo mucho hincapié, como en otras políticas públicas, en que se beneficiaría también a sectores medios, pero en los hechos ello no ocurrió.

En la actualidad, existen miles de hogares que se sienten estafados, porque se han dado cuenta que no tendrán el “bono marzo” que creyeron que les correspondería.

Por ser pensionados, no tener cargas ni ficha de protección social y diversas otras razones, existe un cierto grupo de personas que no poseen este derecho y muchos de ellos han comenzado a concurrir a los municipios y otras oficinas públicas, exigiendo que se les confeccione la ficha o buscando explicaciones.