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  Reducir las listas de espera

  Por Evelyn Matthei, senadora por la Región de Coquimbo

3 de septiembre de 2010

ImagenEs preciso que otro tipo de profesionales pueda, además de los médicos oftalmólogos, ayudar a reducir las tremendas listas de espera que existen en el área. Hoy día tenemos 180 mil prestaciones AUGE atrasadas y de ellas, el 32% está vinculado a oftalmología.

Es decir, estamos hablando de casi 50 mil prestaciones AUGE atrasadas en oftalmología, por lo tanto las otras prestaciones, no AUGE, deberían ser más de un millón.

De este 32% de prestaciones AUGE atrasadas, el 75% tiene que ver con vicios de refracción. Es decir, es gente que no puede hacer una vida normal porque nadie le ha recetado un lente. Eso significa que existen costureras que no pueden coser, gente que no puede trabajar porque sencillamente nadie ha podido darle un lente, porque hasta este minuto ha habido un monopolio absoluto de parte de los médicos, en orden a que solo ellos podían recetar lentes. Ni siquiera se permite poder comprar libremente los lentes para la presbicia, en circunstancias que, en el resto de los países, se compran en cualquier lugar.

Pese a esto, no sabemos realmente cuál es la formación de los optometristas, porque ellos no se forman en Chile. Por lo tanto, nosotros optamos por darle la facultad de recetar lentes -y quiero decir que no fue fácil-, a los tecnólogos médicos, con mención en oftalmología que son profesionales que tienen una carrera de cinco años en nuestro país .

Creo que una vez que se promulgue la ley que otorga a los tecnólogos médicos competencias oftalmológicas, las universidades que están impartiendo tecnología médica, probablemente van a abrir muchos más cupos porque habrá una mayor demanda por tener la mención en oftalmología.

Hoy día, por ejemplo, las enfermeras, las matronas, los kinesiólogos tienen una función muy importante en la salud pública, y en la salud privada también. Pero a los tecnólogos médicos nunca se les ha dado ese mismo tipo de posibilidad de ejercer en forma independiente, pese a que son profesionales con carrera de cinco años de duración.

En cuanto a los optometristas, creo que este tema debe ser objeto de otra ley.

Nosotros perfectamente podríamos señalar en un proyecto, que puede recetar lentes cualquier persona que demuestre que ha tenido una carrera universitaria, con una cierta duración y que en su país de origen se impartieron ciertos conocimientos. De este modo, con un examen práctico, perfectamente se les podría incluir.

Pero eso no es tan fácil ahora porque esa carrera en Chile no existe. No tenemos cómo convalidarla; no sabemos qué han estudiado, y tampoco sabemos si en los distintos países del mundo en la carrera de optometrista se enseña y se exige lo mismo, por lo tanto no podemos comparar.

Un camino más fácil y más rápido es incorporar a los tecnólogos médicos, porque nosotros ya sabemos que ellos han estudiado, son universidades serias, es una carrera que tiene una tradición en Chile y creemos que están perfectamente preparados desde hace muchos años.

Este es un primer paso muy importante. Después tendremos que ver qué pasa con los optometristas. Porque es que es una vergüenza para Chile que mucha gente quede ciega porque no recibe atención médica, en forma oportuna. Esto le afecta sobre todo a nuestros compatriotas más pobres, porque la gente que tiene dinero puede ir a pagar una consulta y ellos no se quedan ciegos por el tema de la diabetes.

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