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Reforma educacional es la llave para terminar con la desigualdad

Por Isabel Allende, Presidenta del Senado

19 de diciembre de 2014

La Reforma Educacional vivió un momento clave esta semana en la Sala del Senado, ya que se aprobó en general la idea de legislar del Proyecto de Inclusión Escolar, que busca terminar con el lucro, el copago y la selección. Esto es central para alcanzar el objetivo de esta gran reforma, que es tener una educación pública gratuita y de calidad para todas y todos.


Lo he dicho en innumerables ocasiones. No cabe duda que la Reforma Educacional, es la madre de todas las reformas, y la llave para terminar con los escandalosos niveles de desigualdad existentes actualmente en Chile y que sin duda nos avergüenzan. Su finalidad principal es generar las condiciones para recuperar el sentido integrador de la educación, que se perdió a causa del modelo de mercado heredado de la dictadura e imperante hasta la fecha.


Por lo tanto, con estas indispensables modificaciones, esperamos romper la actual situación que condiciona los resultados educacionales a las realidades socioeconómicas en la que nacen las personas. En este sentido, hay que mencionar que los componentes principales de la reforma abarcan los tres niveles de enseñanza: parvularia o preescolar, educación general y educación superior.


En este marco, el rol de las y los profesores es fundamental en la Reforma a la Educación. Cada una y uno de los docentes del país, debe contar con las remuneraciones y las condiciones generales óptimas para desempeñar su trascendental función educativa y pedagogía. También requieren capacitación y formación continua, para estar renovando su conocimiento, y así poder perfeccionarse de acuerdo a los desafíos del siglo XXI.

 

La Reforma debe potenciar y fomentar la Carrera Docente, estableciendo estándares de calidad, donde los parámetros sean de la OCDE. Las y los profesores son un capital humano que se debe apoyar en sus principales demandas, y avanzar hacia la dignificación y valoración del rol que desempeñan en la sociedad.

 

En cuanto a los proyectos de ley en trámite, el Proyecto de Inclusión Escolar tiene como finalidad equiparar la cancha y poner a disposición de todas y todos, las herramientas para salir adelante, crecer y avanzar, en una sociedad con ideales igualitarios, inclusivos y donde la paz social sea el denominador común.


Creo fundamental también mencionar el estado de las otras iniciativas ejes de esta gran reforma histórica, como lo es el proyecto que crea la Subsecretaría e Intendencia de Educación Parvularia, el que fue aprobado por unanimidad en la Sala del Senado y enviado a su 2º trámite constitucional.


También ha sido presentado el proyecto que crea la figura del Administrador Provisional para la Educación Superior, que está en trámite de promulgación con consulta de constitucionalidad, y estamos a la espera del pronunciamiento del Tribunal Constitucional. Además, está el que crea las Universidades Públicas de las Regiones de O’Higgins y Aysén. A éste, el Ejecutivo presentó indicaciones el 9 de diciembre pasado, y está en primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados.


Finalmente, está el proyecto que crea 15 Centros de Formación Técnica, el cual ingresó a trámite el 9 de diciembre en la Cámara de Diputados. Todas y cada una de estas iniciativas son eslabones indispensables para encausar la Reforma Educacional en curso.

 

Teniendo todos estos antecedentes, creemos que estamos haciendo un esfuerzo integral por modificar aspectos sustantivos que condicionan la búsqueda de un sistema educacional de calidad para el país: la integración e igualdad de oportunidades; la educación temprana; el reforzamiento de la educación pública en todos sus niveles; y el mejoramiento de la carrera docente.


No obstante, es muy importante precisar que independiente de la dirección que llevan los cambios encabezados por el Ministro Nicolás Eyzaguirre, debemos apuntar que en la discusión de cada artículo, es sano y republicano que cada parlamentario pueda aportar en indicaciones que sumen y hagan cada vez más robusta esta reforma, que nos permitirá alcanzar una sociedad moderna e igualitaria. Toda contribución es valiosa, siempre y cuando no cambie el sentido o curso de la iniciativa.

 

Las familias chilenas quieren tener educación gratuita, pero por sobre todo quieren calidad educativa para sus hijos. Este sueño lo supimos leer en la última campaña presidencial, por lo tanto el trabajo que debemos realizar en el Congreso Nacional es fundamental, para que podamos ofrecer una educación pública que las madres y los padres vean como una oportunidad efectiva para educar a sus hijos.

 

Nos hemos enfrentado a un debate comunicacional que no siempre se ha ajustado a la realidad de los proyectos en curso, y donde en muchos casos se ha tergiversado los efectos reales que esta reforma tendrá para Chile.

 

Se han escuchado acusaciones sobre ideologización de la educación, y se han instalado temores infundados en la ciudadanía, los cuales debemos comprender, pero a su vez, tener la capacidad de clarificar y reorientar el debate con las y los profesores, con las madres, padres y apoderados, como también con las y los sostenedores educacionales.

 

No podemos seguir aceptando que la educación es una mercancía que se transa en el mercado y que a ella acceden nuestros jóvenes, según los ingresos de sus madres y padres.

 

Por ello, tenemos que abocarnos decididamente a que nuestra legislación posibilite que nuestras niñas y niños, nuestros jóvenes, puedan acceder a una educación pública inclusiva, donde se encuentren con todas las clases sociales, y compartan una educación de calidad. Donde la discriminación se elimine y podamos construir una sociedad efectivamente igualitaria, con respeto y dignidad para todas y todos.

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