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Reforma tributaria y nuevas empresas: mala noticia

Por Andrés Allamand, senador por la Región Metropolitana

12 de junio de 2014

Imagen foto_00000019Desde que se inició el debate tributario, ha estado arriba de la mesa el debate acerca de su impacto negativo. Para el gobierno este es virtualmente inexistente; para todo el resto es significativo.

 

En cualquier caso, hay un hecho contundente que todos admiten: La reforma del gobierno tiene un grave error de diseño porque simplemente elimina los mecanismos efectivos de incentivo al ahorro, tanto para las empresas como para las personas. Y el ahorro es el primer paso para la inversión que a su turno genera trabajo. Esa es la trilogía virtuosa: ahorro, inversión, trabajo.

 

De igual forma, es una reforma ANTI PYME y PRO BANCOS. ¿Por qué razón? Hoy el sistema tributario le permite a las empresas destinar las utilidades que no hayan repartido entre los socios para financiar inversiones, nuevos negocios y contratar personas. La reforma tributaria del gobierno termina con tal posibilidad. 

 

Y entonces ¿Cómo se financiarán las PYMES para emprender y crecer? Con financiamiento bancario. No hay otra. Pero si hay un problema: Los bancos invariablemente le prestan a las PYMES a  tasas mucho más caras que a las grandes empresas y le exigen garantías que ellas habitualmente no tienen disponibles.

 

Por todo lo anterior, no es casualidad que la creación de empresas  ha disminuido notablemente y ha caído a su peor registro desde el 2009. Y no hay que ser Premio Nobel de Economía para advertir que si no se crean empresas inevitablemente aumentará el desempleo.

 

La reforma tributaria del Gobierno tiene serios errores de diseño e impactará adversamente al ahorro, el  empleo, las PYMES y la clase media. Aún estamos a tiempo de corregirla  en el Senado, pero para ello la clave es que el gobierno acceda a cambiar su actual intransigencia y se abra a hacer las cosas bien.

 

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