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Responsabilidad informativa y terremoto

Por Jaime Orpis, senador por la Región de Arica y Parinacota; y Tarapacá

25 de abril de 2014

Imagen foto_00000016Lo más probable es que el planteamiento que voy a hacer sea políticamente incorrecto. Pero, mi conciencia me obliga al menos a dejar un testimonio sobre el problema a que me referiré.

 

Hace unas semanas a nuestra región le tocó vivir, en 27 horas, dos terremotos.

 

Esos fenómenos de la naturaleza provocaron pánico en la población. Hubo dos evacuaciones durante la noche. Numerosos habitantes de la Región de Tarapacá y de Arica debieron caminar largas distancias y pasar la noche a la intemperie, algunos de ellos en carpas.

 

En lo personal, creo profundamente en la libertad de expresión y en la libertad editorial de los medios de comunicación. Pero también creo que en determinadas circunstancias esos medios deben actuar con mayor responsabilidad.

 

Al día siguiente de la catástrofe o dos días después, en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión abierta, había una verdadera competencia por determinar qué sismólogo anunciaba el terremoto más grande que debía venir.

 

Eso no solo generó pánico en la población. Lo más feroz que se ha vivido en el norte es el daño psicológico que sufre la población, del cual nadie se va a hacer cargo.

 

Quiero apelar a la responsabilidad de los medios de comunicación. Sin duda, tienen libertad de expresión y libertad editorial. Pero a mi juicio, frente a una catástrofe deben actuar responsablemente.

 

No puede regir el rating on-line durante las horas de una catástrofe. Es inadmisible que en esos instantes existan espacios que generen más pánico.

 

En mi concepto, corresponden la contención y la información, pero no la provocación de más pánico. Allá se ha generado más pánico, y este sigue existiendo. ¡Había más de 4 mil personas viviendo en carpa, pensando en el cataclismo anunciado para el día siguiente!

 

Por lo tanto, hay que eliminar definitivamente el rating on-line en los momentos de una catástrofe.

 

A raíz de la experiencia relatada -porque prácticamente no hubo nada que generara contención e información, salvo toda la acción preventiva que se desarrolló-, he llegado a la convicción de que es fundamental que la ONEMI tenga un canal abierto.

 

Chile es un país de catástrofes en distintas partes del territorio. Por consiguiente, se requiere más información y contención que nunca durante los minutos de mayor dificultad que vive la población. Por eso, humildemente, hago desde este estrado un llamado a la responsabilidad.

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